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Asesinato de Carlos Sinhué: las responsabilidades de la UNAM y la Fiscalía

¿Qué hacía una patrulla en el mismo lugar e instante en que el activista estudiantil Carlos Sinuhé Cuevas Mejía recibía 16 impactos de bala al bajarse del camión de transporte público una noche en Topilejo? ¿Por qué no se pudo establecer ni la matrícula del vehículo ni la identidad de los ocupantes? ¿A qué se presentó en el lugar de los hechos un militar de la Primera Zona Militar de la Secretaría de la Defensa Nacional y qué partes informativos entregó a sus superiores? ¿A qué llegó un policía de inteligencia del alto mando policial de la Ciudad de México? ¿Cuándo ocurrió la “inundación” por la que los informes de este policía “se perdieron” en oficinas de la Secretaría de Seguridad Pública, ubicadas en Liverpool, 136, segundo piso?

El alcalde que mandó golpear a la periodista

En su nota informativa, la reportera Fabiola Martínez escribió: “En México, los principales agresores de periodistas y defensores de derechos humanos son los propios servidores públicos (incluidos aquí policías, integrantes de los tres niveles de gobierno y de las Fuerzas Armadas, entre otros)”. Ampliando más esa información (La Jornada, 13 de marzo de 2016), se precisa cómo esos funcionarios han atacado sobre todo a reporteros, como fue el caso de Karla Janeth Silva Guerrero, quien en 2013 fue brutalmente golpeada dentro de las instalaciones del periódico El Heraldo de Silao, Guanajuato, por órdenes del entonces alcalde Enrique Benjamín Solís Arzola. Éste ordenó a su jefe policiaco que contratara a delincuentes y fueran a cometer las agresiones que pusieron en gravedad extrema la vida de la reportera. Dos años después es que se ha procedido contra el funcionario, acusado de amenazas cumplidas como lesiones y robo calificado, más allanamiento de domicilio.

Miles de estadunidenses mueren por armas cortas

La mayor parte de los 30 mil estadunidenses muertos por herida de bala son jóvenes menores de 19 años. En esta cifra no figuran los muertos por herida de bala disparada por policías o por agentes del servicio de fronteras entre Estados Unidos y México y otro tipo de muertes violentas. Es como si muriesen acribillados todos los participantes del maratón de Nueva York, o los ocupantes de 100 aviones jumbos, o la población de una pequeña ciudad, o los asistentes a un partido de fútbol en el estadio de un gran equipo.

No te aprendas contraseñas, usa una fórmula

La contraseña se ha convertido en un bien muy valioso, más apreciado por los hackers que por los usuarios. Para los primeros es una puerta de acceso a un botín económico; para los segundos, una monserga: un paso que hay que cubrir antes de leer su correo o acceder a sus redes sociales.

La traición a México

Los primeros 3 años del sexenio de Enrique Peña Nieto, las Fuerzas Armadas Mexicanas, especialmente el Ejército Mexicano, se ganaron la desconfianza y el desprecio del pueblo. Se echó por la borda casi 1 siglo de merecer el cariño de las clases populares –en las cuales, además, está su propio origen– a partir de la Revolución Mexicana de 1910, promulgada el 5 de febrero de 1917 después de derrotar dos veces consecutivas al Ejército Federal del general Porfirio Díaz convertido en tirano a lo largo de 30 años de gobierno, apoyado por las bayonetas de la tropa reclutada de leva, que era conducida por generales aristocráticos provenientes de la clase gobernante compuesta por latifundistas, patrones explotadores, el clero fanatizador y empresarios extranjeros que esclavizaron a los indígenas y a los pobres de la nación.

2 de octubre, deberes incumplidos

No puedo iniciar este artículo sin señalar que el 2 de octubre es una fecha significativa para el país. La matanza de Tlatelolco en 1968 no se olvida, como tampoco el movimiento crítico y consciente que surge en su contexto.

Tropas del Ejército y agentes del Cisen contra el SME

Dos instituciones encargadas de la seguridad nacional fueron utilizadas contra el Sindicato Mexicano de Electricistas durante el sexenio pasado: la Sedena y el Cisen. La primera envió soldados –disfrazados de policías– a las instalaciones de la entonces paraestatal Luz y Fuerza del Centro para desalojar a los trabajadores.

Desaparecidos en México: “La vida no vale nada”

En México la vida vale muy poco para nuestras autoridades, al menos eso es lo que le han hecho sentir a las madres, padres y familiares de los miles de desaparecidos en los últimos años. Pero no sólo a ellos: la mayoría de los mexicanos se siente absolutamente indefensa ante los secuestros, asesinatos y desapariciones perpetrados por el crimen organizado, las Fuerzas Armadas y las diferentes corporaciones policiacas.

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