Bergoglio: el continuismo de la ultraderecha

Bergoglio: el continuismo de la ultraderecha

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A pesar del beneplácito del Poder Ejecutivo federal por la designación del papa, especialistas no ven con optimismo al nuevo pontífice argentino. Coinciden en que su nacionalidad no refleja algún cambio significativo en la jerarquía eclesiástica, en la cual se percibe un continuismo. “Se puede profesar la fe con respeto a las instituciones”, señala diputada

 
La elección del argentino Jorge Bergoglio como nuevo papa de la Iglesia Católica el pasado 13 de marzo, provocó que el presidente Enrique Peña Nieto manifestara su beneplácito por la designación, en especial por tratarse del primer pontífice latinoamericano en la historia de dicha institución religiosa.
 
“Saludamos con respeto y afecto al papa Francisco I, jefe del Estado Vaticano, con quienes deseamos establecer una relación cordial y cercana” [sic], escribió en su cuenta de Twitter el mandatario mexicano.
 
Para Edgar González Ruiz, maestro en filosofía y especialista en estudios acerca de la derecha política en México, la designación de Bergoglio completa una sucesión de pontífices de ultraderecha: “Juan Pablo II fue muy reaccionario y un anticomunista radical; Benedicto XVI tenía antecedentes nazis en su lejana juventud; y Bergoglio pude ser peor que ellos. Los sectores más reaccionarios de la Iglesia Católica esperan tener en el nuevo papa un líder de la ultraderecha católica, el cual ya colaboró con la dictadura argentina”.
 
—¿Con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se seguirá favoreciendo a la Iglesia Católica?
 
—No habrá un distanciamiento significativo, pero la Iglesia no es su aliado incondicional como sí lo fue con el PAN [Partido Acción Nacional]. Recordemos que los embajadores en El Vaticano fueron panistas de ultraderecha, como Luis Felipe Bravo Mena y Federico Ling Altamirano. Si Mariano Palacios Alcocer llega a ocupar el cargo, la relación será amistosa, pero no se le puede comparar ideológicamente con sus antecesores.
 
“El clero tiene aliados en los tres partidos; sin embargo, los más radicales, ultracatólicos y aliados incondicionales de El Vaticano sólo pueden existir en el PAN. A pesar del oportunismo del PRI y del Partido de la Revolución Democrática, la Iglesia Católica ya no tiene a su partido en el poder”, expone el investigador.
 
La diputada panista Elizabeth Yáñez señala que a pesar de la felicidad que causa tener un papa latinoamericano, la relación del Estado con la Iglesia debe de seguir siendo institucional.
 
“Durante los 2 sexenios panistas no se simuló la simpatía con la Iglesia; antes, con el PRI, a pesar de las buenas relaciones con la Iglesia, no se exponían abiertamente. Ahora, incluso Peña Nieto va a El Vaticano y nadie se sorprende. Se puede expresar la fe, siempre y cuando se haga con respeto de las instituciones.”
 
Finalmente, Roberto Blancarte Pimentel, especialista en sociología de la religión por el Colegio de México, comenta que el nuevo papa no es distinto de los europeos y tal vez no signifique un gran cambio.
 
“La designación [del papa] no representa cambios doctrinales ni ideológicos, no hay alguna razón que nos haga pensar en una reforma significativa en la Santa Sede.
 
“La Iglesia está orientada a los pobres, pero ello no significa que sea liberal o progresista. El discurso se centra en los pobres, pero desde las perspectivas más conservadoras”.
 
 
  
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Fuente: Contralínea 327 / marzo 2013