“Había la mala costumbre de ocultar las cosas, de proteger, había impunidad”, respondió esta mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador a la pregunta de Contralínea de si conocía las declaraciones del ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, quien ayer reveló las presiones que recibió de parte del entonces presidente Felipe Calderón y su secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, para tergiversar la realidad en torno a la muerte de los 49 bebés en el incendio de la guardería ABC (ocurrido el 5 de junio de 2009 en Hermosillo, Sonora).
Durante el recorrido de esta mañana por Palacio Nacional que el primer mandatario realizó con integrantes de la prensa, López Obrador también aseguró que desconocía las declaraciones del ministro, pues no le informaron de este tema en la reunión de seguridad. Al respecto, detalló que hay cosas que no se alcanzan a discutir en ese espacio, pero sobre todo porque lo único que se aborda de 6 a 7 de la mañana son temas de seguridad, y no de política.
Respecto de la mala costumbre de ocultar los crímenes en los gobiernos pasados, el presidente de la República agregó que eso también sucedió con los 43 jóvenes normalistas rurales de Ayotzinapa, Guerrero, desaparecidos el 26 de septiembre de 2014. “En qué le afecta a un presidente decir: ‘esto fue lo que sucedió y que el culpable sea castigado’. Para qué meterse a proteger”.
—En este caso era Margarita Zavala, la esposa del presidente –se le indicó al primer mandatario.
—Pero no podía llegar a ellos. Ni modo que ellos hubiesen ordenado que se quemara la guardería. No. Puede ser que existiera alguna responsabilidad, omisión, de algún familiar, pero qué tiene que ver un familiar o cualquier funcionario con un presidente. Es lo mismo que con Ayotzinapa: por qué no decir todo lo que sabían y por qué fabricar una mentira –sostuvo el presidente.
Ayer, durante la presentación del libro 10 años de derechos. Autobiografía jurisprudencial, el ministro Arturo Zaldívar acusó directamente a Felipe Calderón de “autoritario”, al ordenar al abogado Fernando Gómez-Mont Urueta que impidiera la aplicación de justicia en contra de los responsables de la muerte de los 49 infantes y las graves lesiones de otro centenar.
Al respecto, el ministro presidente de la Corte expuso: “el asunto que más me ha conmovido desde que soy ministro, el que siempre he considerado más cercano y que fue mi bautizo como ministro, es el de la guardería ABC.
“Cuando hoy veo el tiempo que le ha costado a algunos de mis compañeros aclimatarse en la Corte, tomo conciencia de lo importante que era tener a los dos meses de haber llegado a este asunto y el tamaño de la jugada que me quisieron hacer mis compañeros ministros chamaqueándome, pensaron que yo lo que iba a hacer era convalidar el autoritarismo de Felipe Calderón y su gobierno, y nunca se esperaron que yo fuera a presentar un proyecto como el que presenté.
“Previo a presentar el proyecto, por una cuestión de elemental lealtad institucional y personal, le avisé a quien era el secretario de Gobernación (Fernando Gómez-Mont Urueta) que iba a presentar el proyecto. Me fue a ver a mi oficina y estuvimos platicando un buen número de horas, y según mi entonces secretaria particular que entraba y salía a servirnos café, el tono de voz iba subiendo cada vez más, hasta que terminamos a gritos.
“En un momento me dice el secretario (Gómez-Mont): ‘Dice el presidente que no te apoyamos para esto’. Y le dije, ‘Dile al presidente que postuló a un ministro, no designó a un secretario de Estado, que yo no soy su empleado y no voy a llevar en mi conciencia la muerte de 49 niños’. Y allí terminó la plática.
“Ese día en la noche, era un miércoles, llamé a mi secretaria particular y coordinadora de ponencia. Firmé dos ejemplares del proyecto y les dije que los guardaran bajo llave, y que si a las ocho y media de la mañana yo no estaba en la Corte, lo sacaran a la prensa y lo bajaran a la Secretaría de Acuerdos. Era tal la tensión que yo no sabía si iba a poder llegar a la Corte.
“Y hoy puedo dar fe de una operación de Estado para proteger a la familia de la esposa del presidente (Margarita Zavala Gómez del Campo), para proteger a los altos funcionarios públicos de ese gobierno, que hoy viene a hablar de Estado de Derecho y de autonomía y de no se cuántas cosas, sin ninguna autoridad moral para decirlo, porque yo puedo dar fe de que eso es una hipocresía, porque no fue ese el comportamiento.”
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