Campañas y políticos, despreciados

Campañas y políticos, despreciados

Las campañas electorales están llenas de anuncios poco convincentes y de anécdotas, como bien anotó Alberto Aziz Nacif (El Universal, 10 de abril de 2012).
 
Lo más destacado han sido los tropiezos: Inicialmente los de Enrique Peña Nieto en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y de su hija Paulina, quien llamó proles a sus adversarios. Aunque ha pasado sin comentario uno grabado en Guadalajara en el cual dice que lo importante de Jalisco son sus mariachis, su tequila y su cultura (sic alcohólico). Como si los dos primeros, la música y la bebida, no formaran parte, justamente, de la cultura. Nueva regada del copetudo. Y luego confundió a Puerto Progreso con Mérida.
 
Los de Josefina Vázquez Mota son incontables. Algunos atribuidos a su personal de comunicación, como decirle Premio Nobel de la Paz a Mario Vargas Llosa, o Tlazcala en lugar de Tlaxcala y otros más. Lo que trajo la salida de Karla Garduño, quien en realidad era una externa que trabajaba para la firma Danilo Black, pero ya sabemos que ante las inepcias, deben rodar cabezas. En realidad todo es un desorden que incluso ha traído como resultado hasta el desvanecimiento de la señora.
 
Hay cambios para la abanderada del Partido Acción Nacional (PAN). Aunque más bien parece una suma de ineptitudes, pues hay lo mismo gente de Los Pinos que de Ernesto Cordero y hasta asesores extranjeros, de los cuales no se revelaron los nombres: ¡misterio de telenovela!
 
En su nuevo rumbo incluso se rebautizó al camión que lleva a la dama por muchos estados: se llamaba Pinabus (sic anglo) y ahora se denomina la Jefa. Esa palabra la usaron antes Marta Sahagún (por eso un libro de Olga Wornat tiene ese nombre) y Patricia Flores, la consentida durante años en Los Pinos. Así pues, no hay ideas diferentes, nuevas y atractivas, sino más de lo conocido.
 
Andrés Manuel López Obrador, con menos recursos que sus dos principales contrincantes, sigue en su bajo perfil haciendo anuncios que critican al PAN y al Partido Revolucionario Institucional (PRI), sumando personalidades –como Susana Zabaleta y varios artistas–, en sus reuniones donde ofrece un nuevo rumbo en muchas cuestiones y un nacionalismo a toda prueba. El más reciente precisando dónde ubicará cinco refinerías y la forma de crecer en comunicaciones, área a cargo de Javier Jiménez Espriú, técnico muy reconocido. Todo ello fue bien recibido, aunque poco difundido. La comunicación es un defecto que no acaba de resolver quien representa a las izquierdas. Y tampoco sus pleitos internos que van para largo.
 
Frente a este panorama lo mismo se dio a conocer un documento de 48 ciudadanos con 14 preguntas que no han respondido los aludidos, que un video de la organización Nuestro México del Futuro, donde niños exhiben que están aterrados por la corrupción, la violencia y la demagogia de los políticos. Ambos son un ejemplo de que la grilla es una actividad, como se sabe, de lo más devaluado en nuestro país.
 
Un desplegado publicado el 10 de abril en varios diarios, el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (nombre de un banquero poblano fallecido) señala que “las plataformas electorales [de los partidos] son genéricas, a menudo contradictorias y muchos de los planteamientos son excesivamente vagos y con frecuencia pobres. Ello deriva en que sean poco útiles para distinguir y valorar lo que propone cada candidato”. El análisis lo efectuaron más de 50 personas de distintas tendencias políticas, incluidos exdirigentes partidistas.
 
Hay más peticiones o reclamos, pero los anteriores son una muestra de que no hay una buena acogida a lo que proponen los cuatro contendientes en acción, no obstante que nos saturan con 82 mensajes diarios en cada estación radiofónica o canal televisivo. Los anuncios más que escuchados o vistos, son tiempos muertos para la audiencia.
 
Que todo es confusión lo dio a conocer el periódico Reforma, el 10 de abril. En su página seis presentó no una similitud entre el PRI y el Partido Nueva Alianza (Panal) en el tema de  educación, sino en general, una copia descarada uno de otro. Son varios rubros: oportunidades, mejor futuro, bienestar, estrategias, gasto, desafíos, profesionalización, evaluación y programas.
 
Es como si Elba Esther Gordillo (que fue expulsada del tricolor y por eso fundó su Panal), hubiera dictado a su antigua organización lo que tenía que expresar en un asunto que le compete como a nadie. Y, además, como si la famosa alianza entre ambas agrupaciones nunca se hubiera disuelto.
 
En el tema de evaluación se dice en los dos textos: “…la evaluación universal obligatoria para docentes, directivos y docentes en funciones de apoyo técnico pedagógico…”. Además de lo mal redactado y las confusiones a que se presta, no hay ni siquiera una coma que altere uno y otro.
 
Estamos, pues, ante la simulación más descarada. Por lo tanto, muchos se plantean: “¿Vale la pena votar?”.
 
PD. En los próximos tiempos, sólo los famosos debates, si en realidad son a fondo, podrán quitar este aburrimiento, desaliento, rechazo de los ciudadanos a una fórmula electoral y política desgastada. Lo necesitamos, ya que de seguir por ese camino, de la enana democracia mexicana, lo que se augura es una sacudida ciudadana de gran tamaño. Y es que las transformaciones que urgen al país no únicamente están arrumbadas, sino que parecieran no tomarlos en cuenta la inmensa mayoría que cobra mucho, trabaja poco, es inepta y además prepotente. Entre ellos los funcionarios, los partidos, el Instituto Federal Elctoral y hasta organizaciones como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
 
*Periodista
 
 
 
 
 
 

FUENTE: Revista Contralínea 281 /
22 de abril de 2012
Contralínea 281