“A mí me duele mucho que la gente pierda la vida: no quiero que nadie fallezca ni en México ni en Estados Unidos, menos por el exceso en el consumo de droga”, respondió esta mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador al senador estadunidense Dan Crenshaw, quien el 6 de marzo aseguró que al gobierno de México no le importaba que miles de ciudadanos del país vecino mueren por el uso de fentanilo.
Al respecto, el jefe del Ejecutivo federal indicó que su administración trabaja para atender las causas que originan el narcotráfico. Asimismo, cuestionó al político republicano y a la farmacéutica Purdue Pharma –propiedad de la multimillonaria familia Sackler–, que se benefició con la venta legal del opioide Oxycontin, que genera adicción.
“Él [Dan Crenshaw] debería de estar atendiendo las causas en Estados Unidos: qué provoca el consumo excesivo de drogas y en especial de fentanilo que causa, en efecto y duele mucho, la muerte de muchos estadunidenses. Pero ¿él qué hace?, ¿ha denunciado este señor senador a los que distribuyen el fentanilo? Porque el senador este que está pidiendo que el Ejército estadunidense intervenga en México para combatir a los narcotraficantes. Y ayer dijo que, si los fallecidos lamentablemente por fentanilo fuesen en México yo no estaría diciendo lo mismo [que es un asunto de propaganda que pidan la violación de la soberanía mexicana]”.
Al respecto, el primer mandatario mexicano recomendó la serie televisiva Dopesick, que aborda la responsabilidad de Purdue Pharma en la crisis de los opioides. Ésta, dijo López Obrador, revela “cómo una farmacéutica poderosísima de Estados Unidos inventó un producto [Oxycontin] supuestamente para quitar el dolor. Si se accidentaba alguien y tenía dolor, con este medicamento se le quitaba el dolor. Y sí, se quita el dolor, porque creo que todavía está en circulación o se comercializa, pero es adictivo, y la agencia de Salud de Estados Unidos dio el permiso para que se distribuyera. Eso trata la serie. Entonces, se distribuyó; generó, desde luego, adicción, perdieron la vida miles. Hicieron mucho dinero con la venta de esa droga en farmacias”.
El presidente señaló que la multa a la farmacéutica por el daño causado es menor a todo lo que ganó distribuyendo esa droga legalmente. “Imagínense que la agencia de salud ponga su etiqueta de que no es adictivo el medicamento. No sé si ya pagaron la multa, porque también estaba en trámite la acusación o el juicio. Pero, a ver, si esto es cierto, porque hay un juicio en Estados Unidos, ¿qué hizo ese senador —le pregunto— ante esto?, ¿declaró algo?”
López Obrador fue más allá en sus cuestionamientos al político Dan Crenshaw: “¿o qué ha hecho ese senador para evitar que se vendan las armas de alto poder en las armerías y hasta en los supermercados de Estados Unidos? Porque el 80 por ciento de las armas de alto poder que utilizan las bandas de la delincuencia en México las adquieren en Estados Unidos y no hay ningún control. ¿Qué ha hecho este senador? No sé, pero hay algunos senadores que hasta reciben dinero para sus campañas de las fábricas de armamento en Estados Unidos. Entonces, ya basta de hipocresías y estar viendo nada más la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”.
El primer mandatario aprovechó su conferencia para mandar un mensaje a los mexicanos y mexicanas que radican en Estados Unidos: tras afirmar que no es injerencismo, dijo que los paisanos deben tener presente cuando haya elecciones que Dan Crenshaw “es un senador que no quiere a México, que está en contra de nosotros, de los mexicanos”.
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