Ante las presiones del sector empresarial a las que se enfrentan los consejeros del INE y los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, bajo el falso argumento de la sobrerrepresentación de la 4T en el Congreso de la Unión, el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió a los empresarios a dar la cara y admitir públicamente que buscan que se viole la Constitución para impedir la reforma judicial. Incluso, emplazó a las cinco personas más ricas de México a que den su opinión al pueblo sobre la reforma al Poder Judicial.
Ello, luego de que las organizaciones empresariales –como la Coparmex, el Consejo Mexicano de Negocios y el Consejo Coordinador Empresarial– se han pronunciado contra la asignación de plurinominales tal y como lo marca la carta magna, al asegurar que está en riesgo la democracia. Narrativa que también impulsa la oposición política para impedir el llamado Plan C, y por lo que el primer mandatario acusó que las presiones no sólo son por el nivel de influencia del llamado poder económico, sino también por su capacidad cooptación.
En ese contexto, esta mañana desde Palacio Nacional, López Obrador exhortó a los empresarios a que se informen y den su opinión de cara al pueblo. Y llamó a las cinco personas más ricas de México a explicar su postura –“no al presidente, al pueblo de México”– respecto la reforma judicial.
“Quiero proponer a cinco que me gustaría que conocieran sobre esta argumentación, los cinco más ricos de México, de acuerdo a la revista Forbes. No está aquí en cuestión cómo obtuvieron su riqueza, aquí lo que queremos es que ellos sean escuchados y respetados, y queremos que ayuden a que vivamos en un país con un auténtico Estado de derecho y que hagamos el compromiso de desterrar la corrupción y la impunidad, y que ellos nos den su opinión”. Y posteriormente leyó sus nombres: Carlos Slim, Germán Larrea, Ricardo Salinas Pliego, Alejandro Baillères y María Asunción Aramburuzabala.
Al magnate Carlos Slim, el titular del Ejecutivo federal lo describió como un hombre “inteligente” con “juicio práctico” y “sentido común”. “Que nos diga qué opina, si está bien que las organizaciones a las que él pertenece estén solicitando que se viole la Constitución, si eso es éticamente correcto, si ese es el México que queremos para nuestros hijos, nuestros nietos, para las nuevas generaciones, que siga la simulación que siga predominando el estado de ‘chueco’, el estado de cohecho, no un auténtico estado de derecho”.
López Obrador agregó que “sería muy extraño, raro, que el que tiene más dinero en México, Carlos Slim, esté a favor de que se viole la Constitución; pero quiero su opinión, porque ya nada de simulaciones, de que se tienen las organizaciones empresariales como un parapeto y nada más es la formalidad”.
Al respecto, expuso que el caso de la reforma judicial es emblemático y muy importante. Y recordó que en todo el periodo neoliberal y la aplicación de la política de pillaje “se aprobaron reformas a la Constitución, todas en contra del pueblo de México para legalizar el saqueo de los bienes de México y de su pueblo. En 36 años en el Poder Legislativo no se aprobó una reforma en beneficio del pueblo, todas para favorecer a una minoría rapaz, a traficantes de influencia, a políticos corruptos. Y ahora que se quiere hacer una reforma a la Constitución pensando en que se imparte justicia a todos, resulta que se oponen; pero no sólo los legisladores, sino se oponen los de las organizaciones económicas financieras”.
Tras criticar a las organizaciones empresariales, las apremió que dejen de estar “presionando a los del consejo del INE ni a los magistrados del tribunal, porque tampoco estoy hablando al tanteo”.
Minutos antes, en su misma conferencia matutina, el presidente López Obrador reflexionó que la reforma judicial y la transformación de México es una causa justa y la razón está del lado del pueblo, por lo que, dijo, no puede quedarse callado ante las campañas que han emprendido las organizaciones empresariales.
“Si pueden más los poderosos, porque son capaces de estar amenazando o coptando –para decirlo elegantemente–, queriendo coptar a consejeros y a tribunales y a los ministros del Tribunal Electoral para que resuelvan una barbaridad, violando la Constitución y las leyes, así, pero en el caso que se diera, que se cometiera una arbitrariedad violatoria de la Constitución, algo extremo, yo me quedaría tranquilo porque ya hice todo lo que pude; ya va a ser el pueblo el que va a tener la última palabra, en su momento; y de manera pacífica, yo ya cumplí”.
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