Durante la noche del domingo 24 de septiembre, la embajada de Cuba en Washington fue objeto de un atentado terrorista, denunció el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez. Un individuo lanzó dos bombas molotov contra el inmueble; por fortuna, no hubo víctimas. Ya antes una persona disparó con un fusil contra las instalaciones en abril de 2020.

De manera ostensible, los grupos anticubanos emplean el terrorismo, pues se sienten impunes. El gobierno de Cuba ha denunciado ante las autoridades gubernamentales de Estados Unidos sobre estas actividades. A la fecha, no han actuado al respecto.

Este atentado se efectuó después de que el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, viajará a Nueva York, con el objetivo de participar en el 78 período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Mediante un discurso, señaló que Washington miente cuando acusa a la isla de ser “patrocinador del terrorismo”.

Otro hecho importante que motivó el mencionado asalto fue que se realizará la importante Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno del Grupo de los 77 y China en Cuba. En ésta, hablaron acerca de los retos actuales del desarrollo: el papel de la ciencia, la tecnología y la innovación.

El dirigente de la revolución cubana reiteró su llamado a los líderes latinoamericanos. Les insistió sobre la necesidad de “democratizar a la Organización de las Naciones Unidas [ONU]” y el sistema de relaciones internacionales. Además, recordó las advertencias de Fidel Castro: “mañana será demasiado tarde”.

La Cumbre reunió a mandatarios de 36 gobiernos y a representantes de 98 países. En este encuentro, se hizo evidente el fortalecimiento de Cuba y su fuerza en el contexto internacional actual.

El pasado 19 de agosto, el primer mandatario cubano asistió a la Cumbre de los BRICS en Sudáfrica por primera vez. Lo hizo en su condición de presidente protémpore del G-77 más China que encabeza su país este año.

Asimismo, Díaz-Canel pasó varios días en África, donde visitó “naciones hermanas a las que les une una historia marcada por la solidaridad a toda prueba”. De igual manera, recorrió Mozambique y Namibia.

El ataque del 24 de septiembre contra la representación cubana levantó una ola de indignación mundial. Desató la exigencia del cese del bloqueo contra la isla, así como el reclamo de que saquen a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, pues no lo es. Al contrario, ha puesto sus esfuerzos en el bienestar de la humanidad, como lo demuestran sus avances médicos y sus brigadas solidarias.

Dicha agresión se suma a una larga historia de ataques devastadores patrocinados por Washington. El gobierno de Estados Unidos ha practicado el terrorismo sistemático contra la nación antillana desde el comienzo de la revolución cubana. A lo largo de estos años, Cuba ha sufrido invasiones mercenarias, bombas en aviones, guerra biológica, entre muchos otros golpes. El resultado fatal ha sido 3 mil 478 personas fallecidas.

Nunca olvidaremos que, a través de Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, la CIA efectuó un ataque contra el vuelo 455 de Cubana de Aviación, el cual salía de Barbados el 6 de octubre de 1976. Mató a los 73 pasajeros en el peor atentado terrorista en el hemisferio occidental hasta esa fecha. En 1990, Bush perdonó a los responsables, quienes siguieron libres y campantes protegidos por el gobierno estadunidense.

La mayor de las Antillas sufre los sistemáticos golpes de Estados Unidos que desatan la desinformación. El Departamento de Estado y la Fundación Nacional para la Democracia (NED por sus siglas en inglés) dedican decenas de millones de dólares en asistencia a grupos que buscan desestabilizar a Cuba. Sin embargo, la isla sigue desarrollando su obra social en apoyo de su pueblo y los del mundo.

La educación es universal y gratuita. La revolución permitió a millones de cubanos de origen humilde llegar a ser médicos, abogados o ingenieros. Esto era algo impensable antes de 1959.

Con su programa “Yo sí puedo”, se han alfabetizado 10 millones de personas en 30 países en nueve idiomas. Y la Misión Milagro ha operado de cataratas a 3 millones 500 mil pacientes en 34 países.

Desde el triunfo de la revolución, las brigadas Henry Reeve han auxiliado a 150 naciones. Y, durante la pandemia de la Covid-19, apoyaron en más de 50 países. Mientras que 10 potencias acaparan 95 por ciento de las vacunas, la pequeña isla reparte sus vacunas con el mundo.

Ejemplar es el apoyo cubano a los pueblos que luchan por su soberanía, por ejemplo, el saharaui, al cual le enviaron ayuda en alimentos y en salud. En México, nos mandaron 806 médicos cubanos en 16 estados de la república con atención en 30 especialidades.

Cuba elaboró las vacunas Abdala, Soberana 02 y Soberana Plus –reconocidas por diversos países del mundo– y distribuyó lotes para diversas naciones necesitadas. El Heberprot–P es el único producto que puede evitar la amputación del pie diabético. Ha salvado a más de 250 mil pacientes.

Igualmente, ha desarrollado la vacuna terapéutica contra el cáncer de pulmón Cimavax. Ya está aprobada para una prueba de seguridad y eficacia de fase I en Estados Unidos y otros países. Forma parte del 67 por ciento de las investigaciones clínicas desarrolladas en Cuba, con el objetivo de tratar distintos tipos de esta enfermedad.

En 2015, la Organización Mundial de la Salud reconoció a Cuba como el primer país del mundo en eliminar la transmisión del VIH de madre a hijo. En la isla, los ancianos no son abandonados. Al contrario, se les brinda atención preventiva, curativa y de rehabilitación. De esa manera, logran tener una vida activa y creativa.

Según la Unicef, la tasa de mortalidad infantil es de las más bajas. Asimismo, la revolución ayudó a la emancipación de la mujer. La gran mayoría trabaja, gana los mismos sueldos que los hombres y tiene acceso a jardines infantiles para cuidar a sus hijos.

Desde hace 65 años, el papel de Cuba –como paladín de la defensa de su soberanía y de la soberanía de los pueblos del mundo– es vivido por Washington como un peligro para su hegemonía mundial. Por ello, están en guerra contra este pueblo.

El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos es un acto de guerra en tiempos de paz. Éste se ha endurecido a lo largo de más de 60 años. Viola las leyes internacionales, mientras afecta a los ciudadanos cubanos y los demás pueblos del mundo. A estos últimos, se les impide gozar de los productos que brinda Cuba.

El 3 de noviembre de 2022, la Asamblea General de la ONU condenó el bloqueo a Cuba por trigésima vez. Votaron 185 países a favor de la resolución, mientras Estados Unidos e Israel votaron en contra. La isla se sobrepone a las limitaciones materiales, económicas y financieras a favor del desarrollo nacional y de la solidaridad internacional.

El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, insta a formar un nuevo orden mundial. Ha denunciado el recrudecimiento del bloqueo tras la aplicación de medidas coercitivas unilaterales por la administración Trump, la persecución a la compra de combustibles y la inclusión de la isla en la lista de naciones que patrocinan el terrorismo, entre otras acciones criminales.

Sin embargo, ha señalado que, pese a estos obstáculos, Cuba ha salido adelante gracias a la resistencia creativa. Pero no sin grandes costos y sufrimiento humano y familiar.

La economía está en una situación compleja. El bloqueo impide la importación de alimentos y energéticos, de equipos y partes. Ante el acoso de Estados Unidos, hay proveedores y países que no han querido o podido cumplir contratos. Esto se ha traducido en escasez de productos como los combustibles. A su vez, significa dificultades en el transporte, dotación de electricidad y de agua. La crisis sanitaria por la Covid-19 causó gran daño al turismo que es una fuente de divisas.

El gobierno ha implementado medidas como la Tarea Ordenamiento que contempla la unificación monetaria: la apertura de tiendas en divisas; la apertura a los inversionistas extranjeros en algunas empresas de capital mixto, y el impulso a pequeñas y medianas empresas (MIPYMES). En agosto, Granma informó que la bancarización fue una respuesta estratégica a las necesidades de su sistema bancario.

Lo principal es que los cubanos toman medidas para priorizar la producción nacional. Buscan apoyarse en sus propias fuerzas, a desarrollar y mejorar su capacidad productiva.

Una cuestión importante es el desarrollo de la agricultura urbana, de barrio y familiar para enfrentar la crisis alimentaria. Como consecuencia de las sanciones de Washington y de su guerra económica y política, Cuba vive un éxodo migratorio desde hace varios años. Está vinculado a los ataques del exterior, los cuales obstaculizan el desarrollo económico del país a grado extremo. En México, entre los grupos de inmigrantes que recibimos, están los cubanos.

El gobierno mexicano ha apoyado en varios aspectos a Cuba. Según un estudio elaborado con datos de plataformas de seguimiento de buques petroleros con los precios del mercado, la isla ha recibido un total de 2 millones 810 mil barriles de crudo y derivados desde marzo. De acuerdo con los cálculos del Instituto de Energía de la Universidad de Texas a –los cuales tuvo acceso EFE. (Forbes 30-9-23) –, México ha enviado unos 200 millones de dólares de petróleo este año.

Hoy por hoy, es imprescindible renovar la solidaridad con Cuba y su pueblo. Es una tarea, a la cual nos debemos comprometer los mexicanos. Debemos luchar para que impere el respeto a todas las naciones. De esta manera, prevalecerá la paz. La solidaridad entre los pueblos del mundo crece, mientras la resistencia del pueblo y gobierno cubano se redobla.

En un mundo dominado por las potencias que provocan violencia y desestabilización para justificar su injerencia y continuar con el saqueo y la subordinación a sus dictados, Cuba resiste heroicamente. En medio de las políticas de sanciones de Estados Unidos como arma favorita para su dominio, las cuales tienen el fin de mantener amenazadas a las naciones, la isla inspira a los pueblos y naciones a defender su soberanía, mientras permanece a unas millas del imperio más poderoso y mejor armado.

Por eso el gran odio de Washington. En medio de grandes dificultades y ante su asombro, Cuba sabrá salir adelante como lo ha hecho hasta ahora. Todo el amor y la solidaridad de los pueblos para el hermano pueblo cubano.

Pablo Moctezuma Barragán*

*Doctor en estudios urbanos, politólogo, historiador y militante social

Te puede interesar: Perú: “Hay golpes en la vida, tan fuertes…”