Síguenos en redes

El hambre, persistente amenaza en la era Covid

El hambre, persistente amenaza en la era Covid

En la era del gran avance tecnológico y de la exploración de Marte en busca de recursos naturales y condiciones para habitarlo, hay millones de personas en la Tierra que no pueden satisfacer la necesidad más elemental: comer.

El debilitamiento de la economía derivado de las medidas de contención de la Covid-19 ha contribuido a uno de los mayores aumentos de hambre mundial registrados en decenios de acuerdo con el Informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) 2021.

México es uno de los países que producen más alimentos a nivel mundial y, sin embargo, el año pasado 10.8 millones de personas padecieron hambre y 28.6 millones tuvieron carencia alimentaria, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Pública (Coneval).

De acuerdo con la Secretaría de Agricultura, en 2020 la producción de alimentos en nuestro país superó las expectativas, con lo cual México se colocó en el lugar 12 de los principales productores a nivel mundial.

Desde el 2015 la venta de alimentos al exterior ha superado a las compras, es decir, el país vende más alimentos de los que compra. México produce frutas y verduras; carne de res, cerdo y pollo; huevo y leche; pescados y mariscos; maíz, trigo y sorgo; etc., en cantidad suficiente para alimentar a la población mexicana. De hecho, el país produce el 92 por ciento de sus necesidades alimentarias.

“El problema del hambre en México no está en la poca disponibilidad de alimentos, sino en la falta de ingresos monetarios que impide a las familias adquirir la canasta básica, es decir, es un problema de acceso”, asegura Jorge López Hernández, economista por la UNAM.

De acuerdo con el último informe de la FAO sobre alimentación, en 2020, entre 720 y 811 millones de personas padecieron hambre, el 30.4 por ciento de la población mundial sufrió inseguridad alimentaria (carencia de acceso regular a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para un crecimiento y desarrollo normales),  y 3 mil millones de personas no pudieron acceder a una dieta saludable.

Como resultado, el informe menciona que el 22 por ciento de los niños menores de 5 años sufrió retraso del crecimiento y 45.4 millones de niños padecieron emaciación (disminución excesiva del peso corporal respecto a la estatura, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)

A escala mundial, se estima que el 29.9 por ciento de las mujeres entre 15 a 49 años padece anemia a causa de la mala nutrición.

El hambre frena el desarrollo pleno de millones de personas que la padecen. En la niñez, pone en riesgo su futuro, pues al no ingerir los nutrientes necesarios para su sano crecimiento, les impide un pleno desarrollo físico y mental que determinará la salud y las condiciones materiales de su vida adulta.

A los adultos les impide, por un lado, desarrollar su potencial en su etapa productiva y, así, no pueden acceder a trabajos bien remunerados, además de que el hambre siempre genera y detona enfermedades que deterioran constantemente la salud, señala el catedrático.

Destaca que el hambre es una de las peores catástrofes que ha padecido la humanidad y que no se ha podido erradicar no porque no se produzcan los alimentos suficientes para alimentar a la población sino por la mala distribución de la riqueza.

“En el sistema capitalista, la clase trabajadora accede a la riqueza que genera a través del mercado y solo en el equivalente a su salario. De esta manera el mercado decide quién puede satisfacer sus necesidades y quién no. Está claro que bajo este sistema económico los pobres de la Tierra no podrán alimentarse aunque el planeta esté inundado de alimentos”, subraya López Hernández.

Te puede interesar: En México, 9 millones de personas subalimentadas: ONU