Primero fue la comida como arma de guerra en Gaza y luego llegó el agua…

Primero fue la comida como arma de guerra en Gaza y luego llegó el agua…

Líbano alberga a aproximadamente 1.5 millones de personas refugiadas sirias y a más de 11 mil refugiados de otros países.
FOTO: 123RF

De acuerdo con el informe Crímenes de guerra del agua de Oxfam, Israel ha reducido la cantidad de agua disponible en Gaza en 94 por ciento. Los palestinos son obligados a sobrevivir con apenas 4.74 litros al día

Naciones Unidas. Los palestinos de Gaza han sido víctimas de una doble tragedia: asesinatos por las armas de Israel, en su mayoría de fabricación estadunidense, y muerte por inanición.

Y ahora llega la revelación de una nueva arma de guerra: cómo Israel ha estado utilizando el agua contra los palestinos de Gaza, según un nuevo informe de la coalición internacional sobre pobreza y derechos humanos Oxfam, dado a conocer el 18 de este mes.

El informe, Crímenes de guerra del agua, concluye que el corte del suministro externo de agua por parte de Israel; la destrucción sistemática de las instalaciones de agua, y la obstrucción deliberada de la ayuda han reducido la cantidad de agua disponible en Gaza en 94 por ciento.

En consecuencia, se ha llevado la disponibilidad de agua a sólo 4.74 litros al día por persona, algo menos de un tercio del mínimo recomendado en situaciones de emergencia y menos que una sola descarga de inodoro.

El análisis de Oxfam también descubrió:

Los ataques militares israelíes han dañado o destruido cinco infraestructuras de agua y saneamiento cada tres días desde el comienzo de la guerra, el 7 de octubre de 2023.

La destrucción de las infraestructuras de agua y electricidad y las restricciones a la entrada de piezas de repuesto y combustible –de media se permite la entrada de una quinta parte de la cantidad necesaria– provocaron un descenso del 84 por ciento en la producción de agua en Gaza. El suministro externo de la compañía nacional de agua israelí Mekorot cayó en 78 por ciento.

Israel ha destruido 70 por ciento de las bombas de aguas residuales y 100 por ciento de las plantas de tratamiento de aguas residuales, así como los principales laboratorios de análisis de la calidad del agua en la Franja de Gaza, y ha restringido la entrada de los equipos de análisis de Oxfam.

James E Jennings, presidente de Conscience International y director ejecutivo de US Academics for Peace, dijo a IPS que las organizaciones de ayuda y desarrollo saben que el Agua y Saneamiento, o Watsan, son más básicos para la salud humana y la supervivencia, incluso más que la comida y la vivienda.

En los primeros días, Conscience International se dio cuenta “de que la campaña genocida de destrucción de Israel en Gaza de que la ausencia de suministros de agua potable para Gaza acabaría matando a mucha más gente que incluso las bombas”.

“En lo único que nos equivocamos fue en calcular cuánto tiempo se tardaría en llegar al punto mortal en el que nos encontramos ahora”, agregó.

Para Jennings, “es un tributo a la resistencia y al talento de los ciudadanos de Gaza que el agua limpia siga fluyendo de alguna manera en pequeñas cantidades, a pesar de que Israel ha destruido aproximadamente 94 por ciento de las instalaciones de purificación de Gaza”.

 

La escasez de agua potable impuesta no puede continuar durante el sofocante calor de julio, agosto, septiembre y octubre sin condenar a muerte a multitud de civiles. Los niños y los ancianos, quienes no participaron en el conflicto, son los más vulnerables.

“Aunque se levantaran inmediatamente todas las restricciones al acceso de la ayuda, seguirían muriendo muchos inocentes, porque los problemas logísticos y técnicos hacen casi imposible satisfacer la necesidad de agua potable”, aseguró Jennings.

Subrayó que esta crisis humanitaria era previsible e inevitable. La comunidad internacional no ha intervenido hasta ahora para detener el genocidio en curso. “Ahora es demasiado tarde”, se lamentó.

Asimismo, el informe de Oxfam destacaba el terrible impacto de esta falta extrema de agua potable y saneamiento en la salud de los palestinos, con más de una cuarta parte (26 por ciento) de la población de Gaza gravemente enferma de males prevenibles.

En enero, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) exigió a Israel que mejorara el acceso humanitario al considerar que Sudáfrica había presentado reclamaciones plausibles en virtud de la Convención sobre el Genocidio.

Desde entonces, Oxfam ha sido testigo directo de la obstrucción por parte de Israel de una respuesta humanitaria significativa, que está matando a civiles palestinos.

Scott Paul, director asociado de Paz y Seguridad de Oxfam América, afirmó: “El nuevo análisis de Oxfam no deja lugar a dudas de que el gobierno del primer ministro Netanyahu ha destruido sistemáticamente el suministro de agua potable y las infraestructuras de Gaza”. Agregó que “hoy, los palestinos de Gaza casi no tienen agua para beber, y mucho menos para bañarse, cocinar o limpiar”.

Insistió en que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, debe restablecer el suministro suficiente de agua, alimentos, electricidad y otras ayudas vitales para toda la población de Gaza.

“En lugar de concederle la plataforma para redoblar su mortífera ofensiva mediante el Congreso, los líderes estadunidenses deben cortar el suministro de bombas que se están utilizando para matar a civiles y destruir Gaza y, con ella, cualquier esperanza de paz”, consideró Paul.

Lama Abdul Samad, especialista en agua y saneamiento de Oxfam, afirmó que estaba claro que Israel había creado una emergencia humanitaria devastadora que había provocado la muerte de civiles palestinos.

“La restricción deliberada del acceso al agua no es una táctica nueva. El gobierno israelí lleva muchos años privando a los palestinos de Cisjordania y Gaza de agua segura y suficiente”.

“La destrucción generalizada y las importantes restricciones a la entrega de ayuda en Gaza, que afectan al acceso al agua y a otros elementos esenciales para la supervivencia, ponen de relieve la urgente necesidad de que la comunidad internacional actúe con decisión para evitar más sufrimiento defendiendo la justicia y los derechos humanos, incluidos los consagrados en los Convenios de Ginebra y contra el Genocidio”.

Monther Shoblak, director general de la empresa de suministro de agua de la Franja de Gaza, aseguró que “mis compañeros y yo hemos vivido una pesadilla estos últimos nueve meses, pero seguimos sintiendo que es nuestra responsabilidad y nuestro deber garantizar que todo el mundo en Gaza recibe su derecho mínimo de agua potable limpia”.

“Ha sido muy difícil, pero estamos decididos a seguir intentándolo, incluso cuando somos testigos de cómo nuestros compañeros son atacados y asesinados por Israel mientras realizan su trabajo”.

Oxfam pide que se tomen medidas urgentes, como un alto el fuego inmediato y permanente; que Israel permita una respuesta humanitaria completa y sin restricciones; y pague la factura de la reconstrucción de las infraestructuras de agua y saneamiento.

Igualmente, Jennings relató que Amnistía Internacional señaló las consecuencias nefastas del control de Israel sobre los recursos hídricos ya en 2017. Lo calificó de “sistemático”, “devastador” y “discriminatorio”.

Años antes de que apareciera ese informe, la crisis de las aguas residuales de Gaza era motivo de preocupación de múltiples organismos administrativos locales.

Oxfam afirma ahora que los “crímenes de guerra del agua” de Israel han reducido el agua limpia disponible en Gaza al 6 por ciento de lo que era cuando empezó la guerra. Eso, cuando por ejemplo una empresa de perforación de pozos en África utiliza el eslogan “El agua es vida”, y realmente lo es.

Es más, los expertos han detectado el virus de la polio en charcos de lodo y aguas residuales en las ciudades de tiendas de campaña de Gaza, donde cientos de miles de palestinos se han refugiado para escapar de la mortífera campaña de bombardeos de Israel, que dura ya nueve meses.

Mientras tanto, la asombrosa cifra de 186 mil muertos en Gaza, frente a la cifra oficial de más de 37 mil, ha resucitado las acusaciones de genocidio y crímenes de guerra en el devastador conflicto de nueve meses entre Israel y la milicia islamista Hamas, sin signos de alto el fuego.

Las nuevas estimaciones proceden de la británica The Lancet, una de las más prestigiosas revistas médicas del mundo, de revisión y control por pares.

Según el artículo, titulado “Counting the Deaths in Gaza: Difficult but Essential” (“Contar las muertes en Gaza: difícil pero esencial”), las muertes indirectas oscilan entre tres y quince veces el número de muertes directas.

“Aplicando una estimación conservadora de cuatro muertes indirectas por cada muerte directa a las 37 mil 396 muertes registradas, no es inverosímil calcular que hasta 186 mil o incluso más muertes podrían atribuirse al actual conflicto en Gaza”, según The Lancet.

Los asesinatos desproporcionados en Gaza son en represalia por los 1 mil 200 asesinados por Hamas dentro de Israel, el 7 de octubre de 2023.

Thalif Deen/Inter Press Service (IPS)*

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