A punto del no retorno planetario

A punto del no retorno planetario

Un excesivo calentamiento puede llegar a un punto tal que el deshielo de las capas del planeta sea imposible detener.
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Las actividades humanas, sin lugar a dudas, han calentado nuestro planeta, advierte el sexto y último informe del Panel Intergubernamental de Expertos del Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC).

A pesar de que tenemos un consenso científico contundente desde hace décadas sobre las causas y las consecuencias de la crisis climática, no se ha logrado frenar el aumento de las emisiones de gases que calientan la atmósfera (Stoddard et al., 2021). Cada año, se rompen récords de emisiones y de temperatura, y nos azotan eventos meteorológicos cada vez más extremos.

Los científicos siempre hablamos de limitar el calentamiento global, idealmente a no más de 1.5 °C en relación con niveles preindustriales (antes de 1850). ¿Por qué?

Para entender por qué es de suma importancia limitar el calentamiento global al menos a 1.5 °C, tenemos que entender el concepto más importante de la crisis climática y ambiental: los puntos de inflexión, puntos de quiebre, o puntos de no retorno.

El concepto de punto de inflexión es sencillo: es un punto o momento a partir del cual una perturbación genera un proceso imparable e irreversible en un sistema.

Como analogía, podemos pensar en una persona balanceándose en una silla. La silla tiende a regresar a su lugar. Pero a partir de cierto punto, cuando la silla se inclina demasiado hacia atrás, ya no puedes regresar, y cae hacia atrás.

También podemos imaginar una taza en la orilla de una mesa. Si la empujas un poco, se queda en la mesa; la empujas otro poco y permanece en la mesa. Pero si fuerzas el movimiento un poco más, la taza perderá el equilibrio y caerá. Ese punto en el cual la taza se cae, o la silla cae hacia atrás, es el punto de quiebre.

De la misma manera, podemos pensar en el planeta como un sistema muy grande y muy complejo. Dentro del sistema terrestre está el sistema climático, el cual contiene, como muñecas rusas, todos los aspectos del planeta que regulan la temperatura.

Dentro del sistema climático hay subsistemas, como las capas de hielo de Groenlandia, las del Oeste de la Antártida, la selva del Amazonas y las corrientes de circulación marinas. Todos estos sistemas globales/regionales tienen puntos de quiebre. Umbrales o puntos que, una vez alcanzados, llevan a que ese sistema se transforme de modo imparable e irreversible.

Por ejemplo, la capa de hielo de Groenlandia se está derritiendo, y entre más delgada está, el hielo se expone al aire más caliente, que está abajo, más cerca del nivel del mar. Con suficiente calor, el derretimiento de la capa sería imparable.

Esto significa que con excesivo calentamiento, se puede llegar a un punto tal que el deshielo de las capas del planeta sea imposible detener. Esa temperatura también puede ser fatal para la selva del Amazonas, que puede convertirse en una sabana, una llanura con escasa vegetación. Asimismo, después de cruzar cierto umbral, pueden morir todos los arrecifes de coral del planeta.

Por desgracia, la probabilidad de alcanzar esos umbrales crece con mayor nivel de calentamiento global.

La trayectoria que está trazando el planeta es terrorífica. Sin cambios radicales, se cruzarán esos puntos de inflexión y, como consecuencia, grandes extensiones del planeta serán inhabitables.

Algunos medios de narrativas neoliberales nos dicen que en cualquier momento se puede frenar la crisis climática. Sin embargo, la ciencia asegura que una vez alcanzados esos umbrales, el planeta se transformaría en un infierno.

Hoy en día, estamos a 1.2 °C de calentamiento global. Por desgracia, ya estamos en riesgo de cruzar, o de haber cruzado varios de estos puntos. Además, hacia donde se mueve el mundo en términos de calentamiento, cruzaríamos varios de estos puntos, incluidos:

  • El colapso de la capa de hielo de Groenlandia (nivel de calentamiento más probable en el cual se llega al umbral: 1.5 °C; rango de incertidumbre: 0.8-3 °C).
  • El colapso de la capa de hielo del Oeste de la Antártida (nivel de calentamiento más probable en el cual se llega al umbral: 1.5 °C; rango de incertidumbre: 1-3 °C).
  • La muerte de los arrecifes de coral de baja latitud (nivel de calentamiento más probable en el cual se llega al umbral: 1.5 °C; rango de incertidumbre: 1-2 °C).
  • La descongelación abrupta del permafrost boreal (nivel de calentamiento más probable en el cual se llega al umbral: 2 °C; rango de incertidumbre: 1.5-3 °C).
  • La pérdida de glaciares de montaña (nivel de calentamiento más probable en el cual se llega al umbral: 1.5 °C; rango de incertidumbre: 0.8-3 °C).
  • La pérdida abrupta del hielo del mar de Barents (nivel de calentamiento más probable en el cual se llega al umbral: 1.6 °C; rango de incertidumbre: 1.5-1.7 °C) (OECD, 2022).

Las proyecciones científicas dicen que vamos hacia un nivel de calentamiento global de 3.2 °C para finales de siglo. Esto quiere decir que la trayectoria en la que estamos asegura cruzar puntos de quiebre de varios sistemas globales climáticos.

Una cosa es cierta: al romper estos puntos de quiebre, la tierra se transformaría radicalmente, amenazando la vida humana misma (OECD, 2022). ¿Por qué? Porque, por ejemplo, cruzar el umbral del colapso de la capa de hielo del Oeste de la Antártida, llevaría a su derretimiento imparable, lo que eventualmente aumentaría los niveles del mar alrededor de cinco metros, desplazando a cerca de 400 millones de personas (de la población actual), produciendo inundaciones y desplazamientos forzados de zonas costeras. El proceso de derretimiento de esta capa de hielo puede tomar varios siglos, pero sería imparable.

Lo mismo pasaría si se cruza el umbral del colapso de la capa de hielo de Groenlandia, ya que llevaría a un aumento de los niveles del mar, de alrededor de siete metros.

Por otra parte, si perdemos los arrecifes de coral, se amenazaría (o aniquilaría) la vida de una de cada ocho personas, ya que se estima que mil millones de personas dependen de los arrecifes de coral para subsistir.

Un aspecto sumamente preocupante es que mientras más estudiamos estos sistemas, más entendemos lo altamente sensibles que son a perturbaciones. En 2001, el IPCC consideraba ‘altamente probable’ cruzar puntos de quiebre solo a partir de un calentamiento global promedio de 6 °C en relación con niveles preindustriales, mientras que el último informe del IPCC (publicado en el 2022) alerta que ese riesgo podría ocurrir por debajo de los 2 °C (ahora estamos a 1.2 °C).

Por último, estos sistemas están conectados entre sí, y pueden desestabilizar a otros. Esto quiere decir que podríamos generar un efecto dominó, en donde cruzar un umbral, llevaría al rompimiento sucesivo de los otros.

¿El mensaje final? Tenemos que hacer todo lo que esté en nuestras manos para no cruzar esos puntos de inflexión. De cruzarlos, estaríamos entrando a territorio completamente desconocido para la humanidad, y los científicos pensamos que es casi imposible que nuestras sociedades puedan adaptarse a esas nuevas condiciones terrestres.

REFERENCIAS:

  • IPCC, 2022: Climate Change 2022: Impacts, Adaptation and Vulnerability. Contribution of Working Group II to the Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change [H.-O. Pörtner, D.C. Roberts, M. Tignor, E.S. Poloczanska, K. Mintenbeck, A. Alegría, M. Craig, S. Langsdorf, S. Löschke, V. Möller, A. Okem, B. Rama (eds.)]. Cambridge University Press. Cambridge University Press, Cambridge, UK and New York, NY, USA, 3056 pp., doi:10.1017/9781009325844. https://www.ipcc.ch/report/sixth-assessment-report-working-group-ii/
  • Organisation for Economic Co-operation and Development, 2023. Climate Tipping Points: Insights for Effective Policy Action. OECD Publishing.
  • Stoddard, I., Anderson, K., Capstick, S., Carton, W., Depledge, J., Facer, K., … & Williams, M. (2021). Three decades of climate mitigation: why haven’t we bent the global emissions curve? Annual Review of Environment and Resources, 46, 653-689.

Ornela De Gasperin Quintero*

*Bióloga por la UNAM y doctora en zoología. Investigadora titular A de tiempo completo, INECOL, AC; miembro del Laboratorio Nacional Conahcyt de Biología del Cambio Climático; integrante y vocera de la colectiva Rebelión Científica, capítulo México.

 

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