“No other land” y la hipocresía del mundo

“No other land” y la hipocresía del mundo

La industria cinematográfica intentó lavar sus culpas entregando el Óscar al mejor documental largo a “No other land”
FOTO: 123RF

Los palestinos son seres humanos que ríen,

lloran e incluso mueren, no sólo los matan.

Mahmud Darwish, poeta palestino

Teniendo como telón de fondo el genocidio del pueblo gazatíe en la región de Palestina ocupada conocida como Franja de Gaza, la hipocresía hollywoodense y del mundo no tuvo parangón. En la última entrega de los premios Óscar, la fiesta de la industria cinematográfica intentó lavar sus culpas al mejor estilo de Poncio Pilatos entregando el Óscar al mejor documental largo a “No other land” (2024), película documental que muestra cómo son despojados de sus tierras las y los palestinos, en tanto sus vidas ocurren sin que nadie detenga la colonización y “limpieza étnica” de la Palestina ocupada.

“No other land” muestra la crudeza del despojo, del asedio de las Fuerzas de Defensa israelíes, uno de los ejércitos mejor equipados del mundo, de los muy bien armados (ideológicamente y con armas de alto calibre) colonos, de la policía; pero también nos enseña sobre la resistencia, el arraigo a la tierra y la cultura, el deseo de vivir y florecer. Esta no es la única película en la que se narra la vida del pueblo palestino que vive bajo ocupación militar desde hace más de 70 años. Pero sí es la única que ha sido galardonada con un premio a lo mejor de la cinematografía de acuerdo con la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos, teniendo como ruido de fondo las bombas que siguen cayendo atrozmente en las cabezas de niñas, niños, ancianas, ancianos, mujeres y hombres en Franja de Gaza. Hollywood queriendo lavarse la cara y expiar sus culpas.

En el preludio de la Segunda Guerra Mundial y en el ascenso del facismo, el filósofo judío-alemán Walter Benjamin reflexionó sobre el arte y el nazismo, mencionaba que la humanidad había alcanzado un grado tal de autoenajenación que le permitía vivir su propia aniquilación como un goce estético de primer orden. “De esto se trata la estetización de la política puesta en práctica por el facismo.” Qué diría ante lo que hoy vivimos y vemos a diario. Aunque también hay que destacar que la premiación de la película genera visibilidad a un hecho que persiste durante más de siete décadas: la ocupación de palestina, el despojo, la colonización y la limpieza étnica.

No pasaron ni dos meses de que los directores del documental premiado dieron sus mensajes de agradecimiento, cuando Hamdan Ballal fue detenido como suelen hacerlo las Fuerzas de Defensa israelíes, esas a las que tanto defiende y admira Gal Gadot, la otrora Mujer Maravilla y que hoy personifica a Maléfica en la controvertida versión actual de Blanca Nieves, de Disney, por la noche y entrando violentamente a su domicilio.

Y mientras escribimos estas líneas se siguen perpetuando crímenes de guerra innombrables e inimaginables, con el telón de fondo de la ceremonia de premios Óscar y los aplausos de pie y el glamour y las risas y 536 días de genocidio en la Franja de Gaza.

Ruth Dávila*

*Directora de la División de Estudios Multidisciplinarios del Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE

 

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