“Tengo una especie de religión: para mí el amor y el poder tienen que ser puros. El poder tiene que ser puro para que se convierta en virtud y se ponga al servicio de los demás. No me ha interesado nunca el dinero, nunca. Llevo décadas sin tener una cuenta de cheque. No cinco, 10 años, no; 30, 40 [años]. No sé llenar un cheque o una tarjeta de crédito, no sé. No traigo cartera, quien administra mis ingresos es Beatriz, y antes Rocío, y me daban para mis gastos, para lo elemental”, indicó esta mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Agregó: “no me importa, nunca me ha interesado el dinero, lo material, pero también siempre digo, porque no me gusta ofender a nadie, que no todo el que tiene es malvado, y respeto a todos, nada más que yo tengo una manera de pensar y de ser. Entonces, ¿cuándo van a encontrar algo ilícito? No soy corrupto. Les va a costar mucho trabajo, pero que sigan su camino. Les digo todo esto también para ver si se ahorran dinero en estar espiando, porque todo eso cuesta muchísimo, o en estar escribiendo libelos, pero también son muy libres”.
Por no traer dinero consigo, el primer mandatario se ha visto envuelto en algunos apuros que narró en su conferencia matutina. “Una vez, dos, tres veces me han pasado cosas, les voy a contar algunas. Una vez me fui con mi gran amigo ‘Chema’ Pérez Gay al aeropuerto, y ‘Chema’ igual que yo [sin dinero], y le dije: Vamos a tomarnos un café ahí en el aeropuerto y un pan, a comernos un pan. Y nos fuimos y nos damos cuenta de que había que pagar. ¿Y cómo le hacemos? Entonces, yo traía en la cartera –donde traigo mi identificación para poder pasar cuando vamos a viajar– ahí doblado un billetito, y él empezó y también, y ahí pagamos.”
Añadió que en otra ocasión, también en el aeropuerto, “me dejan ahí, iba yo a Tuxtla, y me pongo a leer y voy a ver el vuelo. No, ya se cerró, ya se fue, y el que me había llevado pues ya no estaba, y entonces ¿y ahora qué hago aquí en el aeropuerto? Y creo que traía yo, sí, también como 50 pesos, pero el viaje, el taxi… Ah, no tenía yo las llaves tampoco para el departamento, se le había dejado al que me había llevado al aeropuerto y no tenía yo. Y voy con los taxis y ya le dije: ¿Cuánto me cobra? ‘¿A qué lugar?’ Me acuerdo bien, a La Jornada, porque ahí está una mujer que quiero mucho, ‘Chabelita’, que la que atiende ahí, secretaria, asesora, todo, como Laura aquí, de toda la vida. Y ya llegué y le dije al taxista, y empezamos: ‘Ay, licenciado, es usted’. Ya había… Esto que les estoy platicando es después de haber sido jefe de gobierno. ¿Qué pasó? Pues fíjese que me dejó el avión y me va a esperar porque voy a conseguir el dinero para pagarle. Ya subí y ya me prestaron el dinero, y ahí hablé para que me trajeran la lleve y ya me fui al departamento”.
Esas no son las única veces en las que se ha quedado sin dinero. Narró que en “otra ocasión llego al aeropuerto y no había nadie, y no traía dinero. Entonces, me saluda muy cariñosamente una familia y entonces les digo:
“—¿A dónde van?
“—No, pues vamos a…
“— ¿No pueden llevarme?
“—Sí, cómo no, lo pasamos a dejar.
“Ya me había subido y en eso llegó el que me iba a buscar.”
El presidente dijo que tiene muchísimas anécdotas de esas.
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