El presidente Andrés Manuel López Obrador exhortó a la Fiscalía General de la República a que informe acerca de la investigación que lleva sobre la presunta venta ilegal del software espía Pegasus. Ello, luego de que Contralínea le preguntara sobre los avances de la indagatoria que inició la FGR en 2019, misma que involucra al exprocurador General de la República, Jesús Murillo Karam –actualmente preso–; el prófugo Tomás Zerón de Lucio, exdirector de la Agencia de Investigación Criminal; el exconsejero jurídico de la Presidencia de la República, Humberto Castillejos Cervantes; su primo Alfredo Castillo Cervantes, excomisionado en Michoacán y exdirector de la Comisión Nacional del Deporte; el exdirector de la Unidad de Inteligencia Financiera y del ya extinto Cisen, Alberto Bazbaz; Walter Meade, primo del excandidato presidencial priísta José Antonio Meade y proveedor de armamento y equipo a las Fuerzas Armadas; y los extitulares de la PGR, Alberto Elías Beltrán y Raúl Cervantes.
Como esta revista lo ha informado, la carpeta de investigación se abrió luego de que la Consejería Jurídica de la Presidencia y la Unidad de Inteligencia Financiera denunciaran esta venta ilegal tras el descubrimiento de un centro clandestino de espionaje ubicado en el piso 35 de la Torre Impulso, en avenida Santa Fe número 443. En ese lugar, supuestamente propiedad de los empresarios Álvarez Puga, se aseguraron centenas de grabaciones de conversaciones privadas de varios funcionarios del actual gobierno federal, incluidas del presidente López Obrador.
Al respecto, el primer mandatario expuso: “sé que existen estas denuncias en la FGR y pedir a la Fiscalía que nos informe sobre estas informaciones. Todo lo relacionado con la adquisición de equipos de espionaje, incluidas las denuncias recientes porque también se afirmó que nosotros espiábamos a opositores, a periodistas, que todo esto se aclare”.
En su conferencia desde Palacio Nacional, indicó que “lo que es un hecho es que en los gobiernos anteriores tenían como práctica común espiar a los opositores, a periodistas, y que estos equipos de espionaje los compraban gobiernos estatales, desde luego el gobierno federal pero también agrupaciones políticas y organizaciones supuestamente de la sociedad civil”.
López Obrador advirtió que el centro de espionaje clandestino ubicado en Santa Fe, que hizo intercepciones ilegales de comunicaciones presuntamente con el malware Pegasus, está relacionado con el Pejeleake, “que se echó a andar, entre otros planes, para espiarnos”. Al respecto señaló que “ya hay mucha información sobre eso. Pero que sea la Fiscalía la que informe. Es un buen tema y hay que ir al fondo”.
El primer mandatario consideró que, además, el espionaje “es un jugoso negocio porque venían empresas del extranjero de algunos países especializados en el espionaje, que no la inteligencia, y se dedicaban a vender estos equipos y se llevaban muchas utilidades. Habían funcionarios públicos, que no servidores públicos que terminando su función se dedicaban a eso al espionaje, a vender equipos, creo que en eso también estaba metido en seguridad y que también tenía equipos y vínculos con empresas del extranjero. Era un negocio muy lucrativo . entonces sí convendría que se supiera para la no repetición para que estas cosas vergonzosas no vuelvan a suceder en nuestro país. Y que no se vea como un asunto normal”.
El presidente contó una anécdota de su hijo Gonzalo. “El otro día me contó algo increíble por el nivel de perversidad: ellos padecieron de acoso, sobre todo los grandes pero ya es distinto, aunque también Jesús ha sufrido mucha discriminación… Gonzalo tiene ahora como 32 o 33 años y dice que cuando estaba pequeñito en la primaria, en Villahermosa, iba a las maquinitas de la tienda de la esquina, en Villahermosa, y llevaba su dinero y se le acababa. Entonces, de repente llega un señor y le dice: ‘yo soy amigo de tu papá, toma para que sigas jugando’. ‘Ah, pues gracias’. Y le dice [el señor]: ‘oye, y cómo se llevan ahora tu papá y tu mamá. ¿Ya no le sigue pegando tu papá a tu mamá?’ ‘No’. Pero a un niño, sacándole información a un niño. Y va Gonzalo y se lo cuenta a la mamá. Entonces ella le dice: ‘no, ese no es amigo de tu padre. Ése es de los que vigila a tu padre’. Eran los que estaban enfrente de la casa día y noche, vigilando , espiando. Me dice [Gonzalo] que lo veía y le producía mucho miedo cada vez que lo veía después. Entonces todo eso debe desaparecer”.
El presidente agregó que “eso de los espías, las colas para seguir a los opositores a todos lados, lo cambiaron con el tiempo a las escuchas. Hasta se escuchaba la grabadora cuando uno hablaba por teléfono porque ni siquiera eran equipos buenos. Nos reíamos de que tenían que aguantarse todo el rosario que se leían ahí las amigas de mi suegra por teléfono, grabar todo eso. Pero siempre, ha existido y ahora en los últimos tiempos se sofisticó mucho y hay que denunciarlo y enterrarlo y no permitir que se repita.”
Finalmente, López Obrador reiteró: “vamos a ver qué ha hecho la Fiscalía y que nos informe. Es un buen tema para que nunca más haya invasión a la intimidad de opositores, de periodistas. Y debe haber investigación e inteligencia, que no espionaje, para la delincuencia organizada, para los que cometen delitos de cuello blanco y todos los que tienen que ser investigados, porque además hay que pedir autorización para poder dar seguimiento a un presunto delincuente, no es así nada más de que cualquier corporación, cualquier persona, cualquier gobierno va a investigar si no existe una autorización de una autoridad competente”.
Te puede interesar: Pegasus, el espionaje en México