“El cambio de la geopolítica internacional [es] irreversible, donde lo que se está cuestionando es [que] la arquitectura institucional, internacional, no sirve. Nunca sirvió en realidad. Las relaciones –políticas, económicas y estratégicas–en la periferia nunca sirvieron”, declaró la investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Técnicas y Científicas (CONICET), Silvina Romano. Al hablar sobre su reciente libro La OEA en tiempos de Almagro, abordó el tema del imperialismo como una realidad institucional, que se originó con la influencia de países internacionales y terminó subsumiendo a las naciones periféricas, lo cual es un fenómeno notable en América Latina.
Debido a ello, algunos políticos de ultraderecha –como el uruguayo Luis Almagro– utilizaron las instituciones para orquestar un aparato a favor de sus intereses. Éstos, acusó la doctora, secuestraron los mecanismos en favor de la ideología imperialista, la cooptación de la judicialización, el sistema de normas, las universidades, los medios de comunicación y, por supuesto, el sistema lawfare.
Asimismo, la académica Romano detalló que el caso de Almagro resulta particularmente escandaloso por su relación tan estrecha con el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump. Además del intervencionismo drástico que ejerce contra la autonomía de países latinoamericanos.
Como ejemplo, citó que el propio Almagro declaró: “la mejor ayuda humanitaria para Venezuela es que [el presidente Nicolás] Maduro se vaya”. Y al respecto de las elección bolivianas de 2019 externó: “Golpe en Bolivia, sí. En el momento en que decidieron robarse las elecciones el 20 de octubre y perpetuar a Evo Morales en el poder”.
La doctora Romano señaló que, al igual que Almagro, la ultraderecha se encuentra incrustada en una suerte de parainstitucionalidad, donde frena la autonomía nacional. Al mismo tiempo, se vende al sistema imperialista, el cual promueve un modelo neoliberal en favor del mejor postor económico.
En el caso particular de la Organización de los Estados Americanos, comentó que los intereses son tantos que Estados Unidos financia el 50 por ciento o más de esta organización. Asimismo, identificó que la OEA está vinculada estrechamente a la ultraderecha del gobierno estadunidense.
Acerca de América Latina, Romano destacó el apoyo hacia Almagro por parte de Tuto Quiroga, político de Bolivia de ultraderecha, quien está vinculado al fraude electoral de J.O. Hernández en Honduras.
Por otra parte, la responsable del Archivo Histórico del Museo Nacional de las Intervenciones (INAH), Tania Arroyo enfatizó que la vigencia del imperialismo estadunidense no es un monolito. “Mantenemos la vigencia de un imperialismo estadunidense, que si bien cambia con los tiempos políticos hay una constante. Se suele leer mucho desde afuera el funcionamiento de la política interna de Estados Unidos como si fuera un monolito, como si fuera una estructura que opera y despliega estrategias e intervención, pero no se comprende que en Washington hay muchos grupos políticos que operan y que muchas de las veces no están completamente de acuerdo. Pero lo cierto es que hay una permanencia que garantiza la continuidad de una política de intervención vigente en América Latina”.
De igual manera, insistió que los discursos imperialistas –que incluso violan los derechos humanos– han sido sostenidos a lo largo de la historia por un aparato mediático. “Ahora hemos tenido, una enorme cargada mediática tratando de reinterpretar lo que sucedió en Chile en el año 1963, diciendo que Salvador Allende habría sido responsable de la muerte de la democracia en Chile. O sea es tan tramposa la narrativa [mediática] que ahora están tratando esta relectura”.
En relación a los medios de comunicación, el internacionalista e integrante de estudios latinoamericanos, Ricardo Orozco, remarcó que el libro La OEA en tiempos de Almagro enfatiza el “nado sincronizado” de los medios de comunicación para legitimar algunos golpes de Estados que se vivieron en el pasado como fueron los de Perú o Bolivia.
“El problema de cómo los medios han construido, han disputado, los sentidos comunes sobre lo que significa intervención o sobre lo que significa soberanía, autodeterminación de los pueblos, es algo que está presente en todos los capítulos”.