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Cuauhtémoc negado*

Cuauhtémoc negado*

"Cuauhtémoc negado" de Jorge Veraza, recopila la polémica sobre la autenticidad de los restos de Cuauhtémoc, que permanecen en Guerrero

El libro Cuauhtémoc negado del doctor Jorge Veraza es importante en varios aspectos. Recopila la polémica sobre la autenticidad de los restos de Cuauhtémoc que permanecen en Ixcateopan, Guerrero. Punto por punto, demostró dónde está la verdad científica enarbolada por Eulalia Guzmán, Alfonso Quiroz Cuarón, José Gómez Robledo, entre otros científicos. Y también expuso cuáles son las manipulaciones políticas- e ideológicas de Alfonso Caso y su equipo.

Este libro despeja las dudas, aclara cada cuestión en torno a la polémica sobre la autenticidad de los restos de Cuauhtémoc. Al hacerlo, devela el proceder de las comisiones negacioncitas, de espaldas a la ciencia y en defensa de los intereses antipopulares. Éstos pisotean la memoria histórica, la historia oral y la tradición de Ixcateopan. Evitan que el pueblo reviva las llamas del patriotismo inspirado por el ejemplo del máximo exponente de la resistencia en México: Cuauhtémoc.

Cuauhtémoc negado actualiza y documenta la larga lucha que comenzaron el doctor Salvador Rodríguez Juárez, Eulalia Guzmán y el consejo de Ancianos de Ixcateopan, encabezado por el maestro Edilberto Morales. La misma ha sido seguida por miles de mexicanos que quieren reconocer y honrar los restos físicos del ueyi tlahtoani Cuauhtemoctzin. 

Hay quien dice que no importa. Año tras año, son honrados en el entierro de Santa María de la Asunción, pues representan un símbolo de cariño y reconocimiento. Esta posición no es del todo correcta, porque esos restos, que ahí descansan, son de Cuauhtémoc. El reconocer su autenticidad tiene un profundo significado político, histórico, social y cultural. En éste como en otros casos, es vital defender la verdad histórica.

En primer lugar, hay que honrarlos por la importancia que tuvo en el siglo XVI, como el más formidable defensor de los pueblos del Anáhuac contra el invasor extranjero. Asimismo, debemos honrarlos por la trascendencia que tiene su ejemplo y su obra en la actualidad.

Cuauhtémoc enfrentó al colonialismo español. Hoy, nos lleva a enfrentar al neocolonialismo actual encabezado por Estados Unidos. Éste es la continuación de la dominación, el saqueo, la violencia y la muerte. 

Fue el primero que llamó a los habitantes del Anáhuac –que estaban divididos en decenas de naciones originarias diferentes– a unirse en contra del enemigo común. Le tuvieron miedo porque encabezó una gran alianza de pueblos contra la invasión del Anáhuac. Unió a mexicas, matlazincas, malinalcas, cohuixcas, tepanecas, tlatelolcas, a los pueblos de Cuauhtitlan, Tenayuca, Otumba, Cuautlalpan y Tlalnepantla, en la defensa de su tierra frente a Hernán Cortés y sus aliados indígenas engañados. 

Cortés aprovechó que estos pueblos querían organizar una nueva alianza en sustitución a la conformada por México, Tacuba y Texcoco. De esta manera, pensaban lograr una nueva hegemonía en la región. 

Sin embargo, no podían imaginarse que iban a ser traicionados y sometidos a un gobierno español que se iba a adueñar de la tierra y del subsuelo para entregarlos al rey de España, un señor que vivía a 9 mil kilómetros de distancia al otro lado del Océano Atlántico. E impondría su lengua y dominio para saquear, violar, matar, monopolizar la economía y destruir su cultura.

Cuauhtémoc negado reconoce el trabajo cuidadoso de la maestra Eulalia Guzmán. Siendo una mujer activa y llena de compromisos, se dedicó a desentrañar la incógnita, apoyándose y confiando en Salvador Rodríguez Juárez, desde febrero hasta septiembre de 1949. Enfrentó una terrible campaña de calumnias y burlas en los medios de comunicación tradicionales. A pesar de los ataques, defendió la verdad, costara lo que costara.

Cuauhtémoc negado de Jorge Veraza honra la tradición de Ixcateopan, trasmitida durante 400 años por vía oral y luego escrita. Ésta refiere que rescataron el cuerpo de Cuauhtémoc a escondidas.

Tzilacatzin y una treintena de sus acompañantes arriesgaron sus vidas en secreto. Lo trasladaron a su lugar de nacimiento, Ixcateopan, de donde era oriunda su mamá Cuayauhtitali, siendo su papá el mexica Ahuizotl, hijo del tlahtoani del mismo nombre.

La preservación en secreto de los restos de Cuauhtémoc muestra la enorme importancia que tienen las raíces comunitarias y la capacidad de los pueblos de salvaguardar y defender la historia, la cultura popular. Nos enseña la importancia de la historia oral como arma para enfrentar las narrativas oficiales colonialistas y neocolonialistas de los círculos de poder.

FOTO: INAH/CUARTOSCURO.COM

Un pueblo fue capaz de preservar esa herencia sagrada durante más de 400 años. No sólo se representa en los restos mortales, sino también en el profundo significado que tienen más allá de lo material. 

Es la prueba de la fortaleza de una gran civilización milenaria. No sólo sustentó la vida y la sociedad en armonía entre los seres humanos y con la naturaleza, sino también nos da pistas para construir un México soberano en el futuro.

El cadáver del héroe asesinado en Itzamkanac fue rescatado por sus compañeros. Cortés lo dejó colgado a la intemperie, en un acto de barbarie colonialista. Sin embargo, a pesar de estar esclavizados y sometidos, arriesgaron la vida para darle sepultura en su sitio natal.

El profundo respeto hacia su líder y guía muestra que el gobernante representaba a su comunidad. Esto contradice la narrativa hispanista que presentó a los gobernantes del Anáhuac como tiranos y crueles déspotas. 

El cariño que despertaban los tlahtoanis entre su pueblo se exhibe en este acto de valentía de salvaguardar su cadáver y trasladarlo miles de kilómetros al lugar de su nacimiento honrando sus tradiciones.

El hecho de que Cortés tuvo que matarlo en Itzamkanac, hoy Campeche, a 1 mil 120 kilómetros de Tenochtitlan, demuestra el enorme cariño que le tenía su pueblo. Temía a una sublevación. El invasor se alejó lo más posible para esconder su crimen.

Fray Toribio de Benavente, también conocido como Motolinia, llegó a Ixcateopan en 1529. Buscaba los restos de fray Juan de Tecto, quien viajaba en la expedición rumbo a las Hibueras y fue asesinado junto a Cuauhtémoc. Cuando Motolinia se enteró del paradero de los restos del tlahtoani, hizo que los pobladores, con gran sigilo, lo enterraran nuevamente.

El hecho de que los restos de Cuauhtémoc se encuentren en Ixcateopan exhibe los rasgos auténticos de la organización política y social del Anáhuac a los ojos del mundo. Además, desmiente la idea europea de que existía un imperio tiránico y que Cuauhtémoc era un emperador. 

Muestra que lo que prevalecía era una alianza amplia de pueblos que, incorporados a la confederación, tenían plenos derechos. A tal grado de que el hijo de una mujer del pueblo aliado podía llegar a ser electo ueyi tlahtoani. Los mexicas buscaban contraer matrimonio con mujeres de los pueblos aliados para consolidar las uniones.

Es una muestra del sistema, en el cual los pueblos se aliaban para preservar la paz y resolver los problemas por la vía del diálogo y el derecho. Además, la sociedad del Anáhuac era avanzada en su cultura política y en sus formas de organización.

Esto demuestra la mentira de los hispanistas. En 1521, propagaron la falacia de que no hubo conquista –por lo tanto, tampoco invasión–. Asimismo, divulgaron que la caída de Tenochtitlan se debió a la rebelión generalizada de los pueblos que eran sometidos y saqueados por el malévolo imperio.

Los restos venerables de Cuauhtémoc exhiben el crimen de los colonialistas españoles. En lugar de respetarlo como un prisionero de guerra, lo torturaron, le quemaron los pies y las manos para dejarlo inutilizado y luego lo asesinaron.

FOTO: IVAN STEPHENS/CUARTOSCURO.COM

Como ridículo pretexto, Cortés arguyó que el ueyi tlahtoani estaba organizando una sublevación. Lo llevaba prisionero, encadenado, lo había dejado agotado, constantemente vigilado y amenazado… ¿Cómo iba a organizar una sublevación? Y también los otros dos tlahtoanis de la Confederación del Anáhuac: Tetlepanquetzal, tlahtoani de Tacuba, y Coanacoch, tlahtoani de Texcoco, fueron asesinados junto a él.

Los invasores destruyeron a Tenochtitlan sin dejar piedra sobre piedra. Cometieron masacres. Hoy, Israel sigue esta escuela del neocolonialismo apoyado por Estados Unidos y por esos Estados europeos que nos invadieron. Abiertamente, comete genocidio en Gaza. Mientras que la resistencia de los palestinos es comparable a la resistencia de los pueblos aliados que defendieron Tenochtitlan casa por casa, calle por calle.

Los auténticos restos de Cuauhtémoc que guarda Ixcateopan son un llamado a no olvidar la gesta del guerrero mexica, símbolo de una civilización negada. Es un impulso a honrar su memoria. Hay que evitar que su muerte sea en vano. 

Cuauhtémoc enfrentó hasta la muerte al colonialismo español; defendió la soberanía; llamó a los pueblos del Anáhuac a unirse para la defensa del territorio, e iluminó el primer paso para la construcción de un nuevo México. Se forjó a lo largo de siglos en el combate, independientemente de color de piel, sexo, origen nacional, posición económica. 

En esa lucha, participaron no sólo los pueblos del Anáhuac, sino también los negros esclavizados, mestizos y criollos que odiaban que el poder y la riqueza fueran acaparados por unos cuantos extranjeros.

Son un llamado a recordar cómo en la lucha de los pueblos originarios se alzaron en más de 100 rebeliones durante la oscura era colonial. Siempre estuvo presente el ejemplo de Cuauhtémoc, como lo estuvo en la lucha por la independencia encabezada por Hidalgo, Morelos, Josefa Ortiz y Leona Vicario. 

Estuvo presente en la lucha contra la invasión estadunidense y la ocupación francesa, durante la Revolución Mexicana y en la gesta del Cardenismo. La bandera de Cuauhtémoc ha sido enarbolada por cada combatiente por la tierra y la libertad en nuestro país. También, la levantamos en la lucha contra el neocolonialismo actual, en pos de la plena soberanía.

Cuauhtémoc está con nosotros en el siglo XXI. El 28 de febrero de 2025, conmemoramos 500 años de su trascendencia. En la actualidad, enfrentamos los mismos problemas que él en su tiempo. Estamos combatiendo contra el neocolonialismo y por demandas que defienden nuestros derechos, nuestro país y nuestro futuro:

1- Cancelar concesiones de agua y mineras, además de aprobar nueva ley general de aguas y nueva ley minera.

2- Suspender pagos de la deuda, aumentar impuestos a corporaciones y gravar grandes fortunas para un sector estatal con fondos para empleo, la mujer, salud, producción de vacunas, medicina tradicional, alimentos y litio. Esto con el objetivo de fomentar la producción nacional y de pequeños productores.

3- Parar la integración de México a Estados Unidos, por la soberanía política, económica, cultural y militar. Reforzar la soberanía alimentaria, energética y el sector salud en vacunas, sin dependencias del extranjero que provoca adicciones, violencia y guerra.

4- Derechos garantizados, incluyendo a los migrantes. Seguridad para todos, detener las desapariciones. Fin al outsorcing, garantizar prestaciones y estabilidad laboral. Decirle no a las UMAS y sí a un sistema nacional de pensiones. Control de precios y producción de calidad sin obsolescencia programada.

5.- Rechazar a los carteles de partidos y al INE, por una nueva Constitución que empodere al pueblo. Renovación democrática con elección y selección democrática de candidatos. No financiar partidos, sino al proceso electoral. Primero el programa y plan de acciones y luego escoger a los candidatos. Mandato a los representantes.

En estas demandas, nos respalda la experiencia de la época precuauhtémica cuando la organización social, política y económica garantizaba el desarrollo pleno y la vida con bienestar. 

Un poder que se basaba en la voluntad popular, un sistema de calpullis, hermanados en federaciones y confederaciones. Garantizaban autonomía en todos los niveles, con empleo, protección y trato privilegiado a niñas, niños y ancianos en el calpulli.

Educación universal y gratuita, producción autónoma en cada calpulli especializado en algún producto o servicio, desarrollo de cada ser humano, política de respeto y buen manejo del agua, uso adecuado de las riquezas mineras sin extractivismo, cuidado y relación armónica con la madre naturaleza. Eran una realidad en una sociedad no mercantilista donde la propiedad privada estaba ausente.

El modelo de vida precuauhtémico nos muestra que es posible y necesario construir un sistema de relaciones que armonice los intereses individuales con los colectivos y con la naturaleza. Bajo las condiciones actuales, con todos los formidables avances de las fuerzas productivas desarrollados por la clase obrera a nivel nacional e internacional, es tarea fácil.

De cara al futuro, el ejemplo de Cuauhtémoc impulsa a la juventud mexicana a estar a la altura de los retos actuales. De cara al 500 aniversario, abona grandemente el libro Cuauhtémoc negado del doctor Jorge Veraza.  

* Título de libro presentado el 2 de marzo de 2024 en la FIL del Palacio de Minería. Cuauhtémoc negado, editado por la Dirección General de Publicaciones de la BUAP.

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