Al defender nuevamente su propuesta de que la Guardia Nacional pase al mando de la Secretaría de la Defensa Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador cuestionó qué podía hacer su gobierno con la Policía Federal cómo estaba, toda corrompida con algunas excepciones, “porque yo creo que sí se sabe que de la Policía Federal salieron todos los que ahora están en la cárcel o están acusados, o están prófugos por tremendas violaciones a derechos humanos”.
En su conferencia, indicó: “necesitamos que la Guardia Nacional no se eche a perder como pasó con la Policía Federal”. De esa última corporación, ya extinta, explicó que se creó sin disciplina ni profesionalismo, y de ahí surgieron personajes exquisitos, a los que volvió a llamar los neofifís, sin ideales, sin principios, como Genaro García Luna, quien actualmente es juzgado en Estados Unidos por colaborar con el Cártel de Sinaloa.
El primer mandatario agregó que no es igual a los gobiernos pasados, pues él no declaró la guerra –como sí lo hizo Felipe Calderón–, y en su gobierno no hay masacres y tampoco desapariciones políticas. “Sin embargo, nuestros adversarios están en una campaña de desprestigio no de ahora, desde que iniciamos [la administración] porque no quieren la transformación del país. Son muy conservadores, quieren mantener el statu quo, que no cambien las cosas o que sea como sucedió en el año 2000, con una especie de gatopardismo: eso que consiste en que las cosas cambian en apariencia para seguir igual”.
Al respecto señaló que encabeza una transformación y que esto les preocupa a los adversarios, pues afecta a sus intereses y además choca con su mentalidad clasista, racista, discriminatoria y retrógrada. También criticó que esos adversarios hablen de que se va a militarizar el país, cuando eso no es cierto.
López Obrador indicó que va a seguir defendiendo el que la Guardia Nacional pase a la Sedena, pues es un modelo que existe en otros países como Francia, Italia y España, donde la guardia civil o los carabineros dependen de las Fuerzas Armadas.
El primer mandatario recordó en su conferencia matutina que en 2019 su gobierno tomó la decisión de que se reformara la Constitución Mexicana para contar con el apoyo del Ejército y de la Secretaría de Marina en labores de seguridad pública, porque la violencia es un problema muy sentido por la población y de acuerdo con la Constitución no podían ni el Ejército ni la Marina participar en esas tareas.
El presidente expuso que se optó durante mucho tiempo por haces dos cosas al respecto: crear la Policía Federal y usar a las Fuerzas Armadas de forma ilegal en operativos. De la primera corporación, criticó que se corrompió. Y aunque dijo que no ha visto el documental de Florance Cassez –liberado recientemente por la plataforma Netflix– dijo que quienes lo han visto quedan aterrados, preguntándose en manos de quién estábamos.
“Crearon esta Policía Federal que se corrompió y tampoco se usó para lo fundamental, que era darle protección a la gente, para la seguridad pública. Se usó para tener acuerdos con las bandas de la delincuencia, y hasta para el espectáculo, para los montajes, para la politiquería en alianza con los medios de información. Yo me acuerdo de cómo, cuando García Luna llevaba a algunos periodistas famosos a su búnker, salían todos: ¡oh! Porque les había mostrado unas pantallas donde tenía el control de todo el país, y tecnología de punta, como si de eso dependiera lo fundamental: el separar la delincuencia de la autoridad y atender las causas que generan la violencia. Pero toda una distorsión que se fue creando, eso fue lo que promovieron. Y el otro [punto] fue la violación de la Constitución, porque usaban al Ejército y la Marina para los operativos.”
López Obrador señaló que su gobierno buscó que el Congreso reformara la Constitución para que esas dos instituciones, que son fundamentales, ayudaran a enfrentar el grave problema de la inseguridad de la violencia; y también por eso se creó la Guardia Nacional.
Respecto de su idea de que los militares regresaran a los cuarteles, el presidente dijo que sí cambió de opinión una vez que vio el tamaño del problema que le heredaron los gobiernos pasados. “Si sabía yo desde el principio que la paz es fruto de la justicia, y eso es la base de la política de seguridad: el atender a jóvenes, el mejorar las condiciones de vida y de trabajo de la mayoría de los mexicanos, el combatir la pobreza, el combatir la corrupción. Todo eso lo estamos haciendo. El que no se permita la impunidad”.