Deja Claudia Sheinbaum la CDMX

Deja Claudia Sheinbaum la CDMX

Es falso que México esté militarizado y que exista una crisis democrática e institucional de organismos autónomos, señaló Claudia Sheinbaum
FOTO: CUARTOSCURO.COM

“México ya no se escribe con ‘m’ de ‘machismo’. Se escribe con muchas letras, pero se escribe con ‘m’ de ‘madre’ y ‘m’ de ‘mujer’”, vitoreó Claudia Sheinbaum Pardo, jubilosa, ante una desbordante marea guinda.

Frente al mausoleo de cuatro grandes revolucionarios: Venustiano Carranza, Francisco I. Madero, Plutarco Elías Calles, Francisco Villa y Lázaro Cárdenas, la voz, representante y jefa de gobierno de la Ciudad de México se despide definitivamente del pueblo capitalino.

Es la tarde del 15 de junio. Son miles los ciudadanos que se reúnen en la Plaza de la República a escuchar cómo y de qué manera fue gobernada su demarcación durante casi cinco años. Mientras las banderas ondean, las pancartas revelan un mismo sentir: “Gracias, Claudia”.

Adultos mayores con cabellos canosos, crespos, amables y delgados. Mujeres trigueñas, morenas y blancas; altas o pequeñas. Hombres delgados, medianos, largos y robustos. Luego de media tarde entonan, entre cantos, algarabía y bullas: “¡Todos con la Sheinbaum, todos con la Sheinbaum!”, “¡Presidenta, presidenta!”.

La voz de Sheinbaum resuena, enérgica: “Pasamos de la corrupción a la honestidad, de los privilegios a los derechos, de la frivolidad al mandar obedeciendo, de los intereses de unos cuantos a la entrega de la ciudad, al rescate de la ciudad para el interés de las mayorías. De la exclusión a la inclusión, de la discriminación a la igualdad, de la represión a la libertad, del silencio a la música y del enojo a la alegría”.

— “¡Presidenta, presidenta!”…

Y se vuelve a escuchar: “En estos cinco años, ahorramos. Le quitamos a la corrupción y a los privilegios cerca de 100 mil millones de pesos, gracias a la eliminación de los privilegios de los altos funcionarios”.

El contraste retumba. “Nosotros no robamos, no mentimos y no traicionamos al pueblo de México. Siempre gobernamos con la mística del mandar obedeciendo, de la ciencia con conciencia, del profesionalismo y la convicción de que el servicio público significa servir al pueblo. Gobernamos para todas y para todos, pero ‘Por el bien de todos, primero los pobres’”.

Entre las calles Valentín Gómez Farías, José María Lafragua e Ignacio Ramírez, los ciudadanos celebran. “La educación no es una mercancía. No es un privilegio. Es un derecho establecido en el Tercero Constitucional”.

Transcurre el tiempo. Pasan los minutos, ágiles, veloces. Se cosecha lo sembrado: “Hicimos gratuitos todos los centros infantiles”. “La Línea 1 del Metro se está renovando completamente”. “Construimos tres hospitales”. “Realizamos 125 mil acciones, de las cuales 14 mil 983 viviendas ya están construidas”. “Construimos la Línea 5 del Metrobús”.

Se recolecta el esfuerzo, la persistencia… “Hicimos el proyecto Metro Energía”. “Construimos 17 parques y espacios públicos”. “Somos la Ciudad con más puntos WiFi gratuitos de todo el mundo: casi 35 mil puntos. Porque el acceso a internet también es un derecho”.

El sol incandescente se derrama sin tregua. Y Sheinbaum también recuerda: “Construimos Chapultepec: Naturaleza y Cultura”. “Plantamos 35 millones de plantas y árboles”. “Digitalizamos trámites para la ciudadanía”. “Rehabilitamos 17 Centros de Integración Social”. “Hicimos una escuela de box en Tepito”. “Hicimos la restauración del Ángel de la Independencia”.“Creamos el número *765 para emergencia de las mujeres e hicimos varias leyes”.

“Es tiempo de mujeres y eso significa vivir sin miedo y libres de violencia. […] Nunca más un México sin nosotras. Nunca más un México donde estemos atrás. Nunca más el ‘calladita te ves más bonita’. Es tiempo de ser protagonistas de la Historia”.

De un rosa vibrante con orgullo nacional, alegría, y vitalidad, quien fuera representante de la Ciudad de México por más de cuatro años aclama: “La disminución de delitos de alto impacto es de 58 por ciento de enero-mayo del 2019 a enero-mayo del 2023”.

Sheinbaum reitera: “Lo que está ocurriendo en México en estos ya casi cinco años, bajo el liderazgo del presidente Andrés Manuel López Obrador y por mandato popular, es una ruptura con el viejo régimen. Un cambio profundo que ha demostrado que es posible un modelo de desarrollo sustentado en la Honestidad, la Economía Moral, la Austeridad Republicana y la construcción de un verdadero Estado de Bienestar”.

Desde un templete y con un vigoroso ánimo, resuena en el Monumento a la Revolución: “Nos eligieron para dejar atrás una ciudad de exclusión, de represión, de discriminación y de desigualdades”.

Tambores, matracas, silbidos. Los ánimos no bajan. Desde las dos de la tarde, la gente espera, ansiosa. “Claudia, te AMLO”, “Estamos contigo” se leen en letreros y pancartas. Mientras el cielo se tiñe cálidamente, el aire se vuelve más fresco. Nada cambia… No transmuta el ánimo del pueblo.

Pasado y futuro se funden en un presente de esperanza, en un presente de oportunidades. Claudia lo sabe. Confía. “Dejo la Jefatura de Gobierno para buscar ser la primera mujer que encabece los destinos de la nación. Soy científica, pero hago política desde hace mucho tiempo. Y la hago para transformar nuestro país, nuestra nación, nuestra patria. Para que disminuya la desigualdad, para erradicar la pobreza, [y] para construir un país en paz”.

—“¿Me van a acompañar?”—, pregunta, vivaz. —“¡Ni un paso atrás en la Transformación! Vamos al encuentro con el pueblo de México”.

Ante una gran audiencia, instiga: “Es tiempo de continuar con la Transformación. Es tiempo de profundizar en el bienestar del pueblo de México. Hemos hecho Historia, seguimos haciendo Historia y vamos a seguir haciendo Historia”.

Entre aplausos, Claudia Sheinbaum Pardo se despide: “Amor con amor se paga. O, dicho de otra manera, el cariño y el amor de un pueblo se lleva siempre en el corazón”…

Y vuelta de página.

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