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Doctrina Monroe, 200 años del manifiesto de dominación

Doctrina Monroe, 200 años del manifiesto de dominación

A 200 años de la doctrina Monroe –que fue el banderazo para impulsar el dominio de EU–, la política intervencionista se agudiza

A 200 años de la doctrina Monroe –que fue el banderazo para impulsar el dominio de Estados Unidos en nuestro continente–, la política intervencionista se agudiza. Desde la primera etapa, se buscó imponer sus intereses a través de su expansión territorial, luego de invadir a México y arrebatarle más de la mitad de su territorio, de colonizar a Puerto Rico y ocupar Guantanamo.

La intervención directa no ha dejado de escenificarse. Recordemos como el 25 de octubre de 1983 Estados Unidos ordenó la invasión militar a la isla de Granada en la operación Furia Urgente. Previamente –el 19 de octubre–, organizaron el golpe de Estado contra Maurice Bishop, gobernante progresista que impulsó la alfabetización, la educación gratuita y la soberanía nacional. En Granada, se habían iniciado transformaciones económicas y sociales en beneficio de la población, lo que provocó el ataque de Washington para derrocar a su gobierno.

Posteriormente –el 20 de diciembre de 1989–, invadieron Panamá con 20 mil efectivos y bombardearon el país, incluso zonas populares como El Chorrillo. Causaron miles de muertos. Las fuerzas invasoras usaron el bombardero F- 117A –invisible a los radares– y helicópteros Apache –de los más modernos que tenían–, como si se estuviera enfrentando al ejército de una gran potencia. También, han desarrollado estrategias neocoloniales más sutiles, a través de controlar a los gobiernos y las oligarquías locales para sus intereses.

Las consecuencias de las políticas que ha impuesto Washington se dejan sentir más que nunca. La violencia y el empobrecimiento que genera el imperio yanqui provoca la migración masiva de millones de personas. Llegan a suelo estadunidense como personas sin papeles y, por lo tanto, sin derechos. Como migrantes, sufren la esclavitud moderna. Trabajan de sol a sol, sin poder protestar ni organizarse porque son expulsados por la migra.

Millones de migrantes sostienen la economía, pero en lugar de ser reconocidos se les estigmatiza y persigue. En todo el continente, promueven el sueño del “modo de vida americano”. Para millones de personas, el mismo se convierte en muerte y pesadilla. La guerra contra el desarrollo de los carteles de la droga y grupos criminales –que ellos promueven– y la migración –que provocan– son los mejores pretextos para la intervención del imperio yanqui.

Todo se originó hace 200 años. En 1823, Estados Unidos anunció la doctrina Monroe, la cual decía abiertamente: “América es para los americanos”. Esta frase forma parte de un discurso leído por James Monroe, presidente estadunidense entre 1817 y 1825, ante el Congreso del Estado de la Unión, el 2 de diciembre de 1823. Desde entonces, este país actúa para lograr el dominio del Continente.

Dos siglos después, además de colonizar Puerto Rico –y emplearlo como bastión militar–, Estados Unidos tiene instaladas 12 bases militares en Panamá; 12, en Puerto Rico; nueve, en Colombia; ocho, en Perú; tres, en Honduras, y dos, en Paraguay. Asimismo, hay bases en Aruba, Costa Rica, El Salvador, Guantánamo, Cuba, Perú, entre otros países. Al mismo tiempo, pugna por abarcar la total superficie terrestre y marítima de la región.

En las aguas territoriales argentinas y en las Islas Malvinas –usurpadas por el Reino Unido–, está presente la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Hacia el norte tenemos a Canadá. Es un miembro activo de la OTAN y compañera de cualquier aventura belicista que se le ocurra a Washington. Este país se encuentra completamente subordinado, al grado de que el Pentágono puede movilizar las Fuerzas Armadas canadienses aún sin conocimiento de su primer ministro. Quieren el dominio continental y, por supuesto, buscan el control de México, su vecino.

Para lograr su hegemonía, acuden a la intervención militar y a los golpes de Estado. Military Intervention Project (MIP) de la Universidad Tufts rememora que el 34 por ciento de las casi 400 intervenciones militares por parte de Estados Unidos desde 1776 fueron contra países de América Latina y el Caribe.

De todas las intervenciones, la mitad fueron entre 1950 y 2019 –más de un cuarto del total desde el fin de la Guerra Fría–. Una investigación del Cline Center de la Universidad de Illinois señaló que, desde 1982 hasta 2019, Estados Unidos participó en 350 intentos de golpe de Estado, de los cuales 150 fueron exitosos. La mayoría sucedieron en el continente americano, al que consideran su traspatio.

Hoy, practican el golpe blando como hicieron contra Pedro Castillo en Perú. Esta nueva modalidad –que quiere vestirse de visos de legalidad– ha sido aplicada en múltiples países, por ejemplo, Honduras (2009 y 2012), Paraguay (2012), Brasil (2016), Bolivia (2019) y Perú (2002). Sólo en Venezuela la estrategia golpista para imponer a Juan Guaidó fracasó por completo.

Usan el sistema de partidos para poner en jaque a los gobiernos progresistas desde el Congreso y la Suprema Corte de Justicia. En México, es clara la estrategia de la Suprema Corte y de los jueces en los últimos meses. Desean impedir las medidas del gobierno de López Obrador que afectan a las corporaciones, e incluso, entorpecen la lucha contra los grupos criminales que golpean la paz.

Estados Unidos busca justificarse. Por ejemplo, en octubre de 2021, Laura Richardson –jefa del Comando Sur de las Fuerzas Armadas estadunidenses– resaltó el papel “protector” que va a ejercer este país sobre la región. Ello, porque son “buenos vecinos” y deben “cuidar el uno al otro”. Esto “obliga” a Washington a hacerse cargo de luchar contra las redes de delincuencia organizada que se dedican a la trata de personas. Usan el pretexto de ayudar para intervenir y controlar.

FOTO: DAMIÁN SÁNCHEZ/CUARTOSCURO.COM

El 17 de octubre pasado, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, sostuvo que seguirá trabajando “con el gobierno federal y los estados. Trabajando juntos, no de manera independiente con las entidades”. Indicó que “trabajamos con los estados, lo hacemos a la luz, no tenemos secretos”. Agregó que el gobierno federal sabe y “les informamos de lo que hacemos en Zacatecas y todos los estados” ¿Y qué tiene que hacer Estados Unidos en Zacatecas?

Tratan de involucrar a los países latinoamericanos en la OTAN. Chile, Argentina, Brasil y Estados Unidos llevaron a cabo un ejercicio aéreo multinacional en América del Sur, “bajo regulaciones y metodología de la OTAN”. Del 17 al 21 de octubre, los simulacros Salitre 2022 se desarrollaron en territorio chileno. La actividad contó con la participación de México, Canadá y Perú en calidad de “observadores”.

Desde hace años, distintos funcionarios del gobierno y congresistas de Estados Unidos hablan de intervenir en México para “ayudar” a combatir el narcotráfico y los grupos criminales. En junio pasado, tropas estadunidenses llegaron a Perú para ejercicios conjuntos, cuando se retomaron las protestas contra Boluarte. Hace dos semanas, Guillermo Lasso autorizó la entrada de fuerzas militares terrestres en Ecuador. En Panamá, obreros y maestros desarrollan una gran movilización contra el gobierno de Laurentino Cortizo, por sus concesiones a corporaciones mineras estadunidenses.

El expresidente hondureño Manuel Zelaya asegura que han sido desmontados más de siete intentos de golpe de Estado en los últimos 21 meses contra la presidenta Xiomara Castro en Honduras. Y las medidas contra Cuba se endurecen.

Con la ayuda de Francia y Reino Unido, Estados Unidos invadió Haití en 2004. Tenían el objetivo de deponer al presidente Jean-Bertrand Aristide del poder en el marco de la operación MINUSTAH. Desde hace meses, están impulsando una nueva intervención cobijada por la ONU.

El bloqueo estadunidense contra Cuba –mismo que fue iniciado hace más de 60 años– se recrudeció “en extremo a niveles sin precedentes” desde 2019 y durante la pandemia. “A 30 años de la primera resolución de esta Asamblea contra el bloqueo, el gobierno de Estados Unidos continúa ignorando la demanda casi unánime para que cese este acto de agresión contra Cuba”.

Hoy, en la isla se sufre por falta de materia prima para medicamentos, escasez de combustible, de equipos y refacciones, además de obstáculos para la importación de alimentos. Esto significa una verdadera guerra económica contra esta nación. De igual manera, Estados Unidos desató una guerra informativa. Ha financiado grupos que se dan a la tarea de distorsionar los hechos y la misma historia en las redes sociales.

Y, si en el colonialismo el imperio español usaba a la Inquisición, sus tribunales y castigos para justificar sus crímenes, imponer sus ideas y sus puntos de vista, en el neocolonialismo usan los grandes medios de desinformación para engañar y adoctrinar a la población. Satanizan a quienes luchan por sus derechos y soberanía. Queman en la hoguera a los gobiernos populares, clasificándolos de dictaduras. Engañan, distraen y justifican las agresiones del imperio yanqui.

El monopolio de medios es un arma formidable para mantener engañados a cientos de millones de habitantes. Los pueblos aspiran a conquistar la soberanía y a destruir al neocolonialismo. América será para los pueblos americanos, para cada pueblo y nación soberano.

En México, nos oponemos a la integración a la región estadunidense, y a ser objeto de la división del mundo en bloques. Por geografía, nos correspondería ser sujetos de Estados Unidos y sus corporaciones.

Estamos contra el unipolarismo. Queremos ser soberanos, independientes, con un desarrollo propio. Por lo tanto, no queremos un multipolarismo, en el cual, al ser subordinado a uno de los polos, se nos niegue la autodeterminación y la autosuficiencia. Además de la facultad para relacionarnos con todos los pueblos y naciones del mundo, en pie de igualdad desde nuestra propia soberanía. La geopolítica no nos debe condicionar de forma alguna.

Mil millones de habitantes de nuestra América deben de ser soberanos en lo personal, local, regional y nacional. Es la hora de la soberanía de los pueblos y de independizarnos de Washington.

Pablo Moctezuma Barragan/Segunda parte*

*Doctor en estudios urbanos, politólogo, historiador y militante social

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