En su último discurso como rector ante el pleno del Consejo Universitario, Enrique Graue Wiechers descalificó a quienes desde hace décadas han cuestionado la falta de transparencia y democracia en los procesos de elección de las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Les tildó de “voces que quisieran moldear la forma en que la universidad toma sus decisiones y se gobierna a sí misma”.
Durante su mensaje de despedida al Consejo Universitario, emitido el viernes pasado en la Antigua Escuela de Medicina, el ocupante de la rectoría por 8 años reprochó las críticas a su administración emanadas desde diversos sectores de la sociedad mexicana: “Hemos escuchado descalificaciones hacia la universidad, hacia su administración y hacia el titular de la rectoría. Son el resultado de la incomprensión de nuestra pluralidad y de nuestro compromiso con la verdad y el conocimiento”.
Sin referirse a la serie de auditorías internas –practicadas por la Contraloría Universitaria a instituciones como la Dirección General de Divulgación de la Ciencia, la Dirección General de Administración y la Dirección General de Obras y Conservación–, que dan cuenta de desfalcos por decenas de millones de pesos en la Universidad, Graue declaró:
“[La UNAM] Es una casa que acumula, procesa y transmite saberes; que rechaza hegemonías ideológicas y promueve la pluralidad; que considera ofensivo el engaño y la falta de honorabilidad, y que está decidida a seguir creciendo en libertad”.
Y sin mencionar al grupo al que pertenece, conocido como Grupo Medicina –cuyo “líder moral” es el priísta José Narro Robles, y que gobierna la Universidad de manera ininterrumpida desde 1999– consideró que la UNAM es incómoda por el “ejercicio pleno de libertades”.
Llamó a la comunidad universitaria “a actuar en apego a nuestra normatividad, a rechazar intereses ajenos y ánimos desestabilizadores, a continuar haciendo de esta universidad ese crisol de conocimiento, de pluralidad ideológica y de libertad”.
Tampoco habló sobre los altos sueldos que perciben funcionarios universitarios –conocidos popularmente como la “casta dorada”–; la falta de respuesta a trabajadores titulados, hasta con grado de doctor que laboran como afanadores, choferes o peones–; el rechazo del 90 por ciento de los aspirantes de licenciatura, ni de las críticas a la orientación del presupuesto universitario que asciende a 53 mil millones de pesos.
Enrique Graue Wiecher asumió la Rectoría de la UNAM el 17 de noviembre de 2012, en las postrimerías del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa. Ya durante el sexenio de Peña Nieto, el rector refrendaría su compromiso con la visión educativa de esos gobiernos.
En una de las reuniones entre el titular del Poder Ejecutivo federal y el rector de la UNAM, el 14 de diciembre de 2015, ambos funcionarios convinieron en modificar los programas de educación superior “acordes con las nuevas realidades que se viven en México”.
Graue Wiechers concluirá su periodo como rector de la UNAM a finales de noviembre. El proceso de relevo inició prácticamente este lunes 14 con la publicación de un comunicado por parte de la Junta de Gobierno. El organismo universitario advierte que emitirá la convocatoria para elegir al próximo rector el 21 de agosto. En noviembre la propia Junta –integrada por 15 “notables”– decidirá quién ocupa el máximo cargo en la Universidad.
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