Naciones Unidas. Mientras el número de muertos civiles en Gaza sigue aumentando a niveles sin precedentes –más de 17 mil desde el 7 de octubre y más de 46 mil heridos–, uno de los informes más angustiantes que llegan de la zona de guerra es el uso de armamento excesivamente pesado por parte de Israel.
El ataque de Hamás del 7 de octubre –en el cual murieron 1 mil 200 personas dentro de Israel– ha provocado un número desproporcionado de palestinos muertos hasta ahora. Y sigue en aumento.
En un informe en el que comparaba los bombardeos israelíes con los ataques estadunidenses en los conflictos de Medio Oriente, The New York Times señaló que las bombas aéreas utilizadas por las fuerzas de Estados Unidos contra el Estado Islámico en las zonas urbanas de Mosul –Iraq– y Raqqa –Siria– eran armas de 500 libras –227 kilogramos–.
Sin embargo, “el copioso uso por parte de Israel de armas muy grandes en zonas urbanas densas”, incluyó bombas antibúnker de 2 mil libras –907 kilógramos– de fabricación estadunidense. Arrasaron edificios y casas en Gaza, al tiempo que mataban a miles de palestinos.
Marc Garlasco –antiguo analista de inteligencia en el Pentágono– fue citado: “Esto supera todo lo que he visto en mi carrera”.
Una realidad que plantea dos preguntas: ¿habría sobrevivido Israel sin los 130 millones de dólares en armamento y asistencia militar proporcionados por Estados Unidos desde la creación de ese Estado en 1948? Y ¿debería acusarse a Israel de crímenes de guerra, junto con Estados Unidos, su principal proveedor de armas?
No es probable que se dé respuesta a estas preguntas. Cualquier intento de este tipo en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas –ya sea contra Estados Unidos o Israel– será vetado por los estadunidenses, como ocurrió el viernes 8 con la resolución para el alto el fuego en Gaza, planteada por el secretario general de la ONU, António Guterres. Fue vetada, a pesar de que contaba con el apoyo de 13 de los 15 miembros del Consejo de Seguridad, con la abstención de Reino Unido.
Según un informe del 1 de diciembre del Wall Street Journal, Estados Unidos proporcionó la primera semana de diciembre bombas adicionales de 2 mil libras para la guerra de Gaza. De igual manera, ha entregado grandes bombas antibúnker, decenas de miles de otras armas y proyectiles de artillería “para ayudar a desalojar a Hamás de Gaza”, según informaron funcionarios estadunidenses.
El suministro de armas –que incluye unas 15 mil bombas y 57 mil proyectiles de artillería– comenzó poco después del ataque del 7 de octubre y ha continuado en los últimos días, según los funcionarios.
Estados Unidos no ha revelado el número total de armas enviadas, ni la transferencia de 100 BLU-109 –bombas destructoras de 2 mil libras–. También instó limitar el número de víctimas civiles: una advertencia ignorada por Israel.
Según Wikipedia, la Mark 84 o BLU-117 es una bomba estadunidense de uso general 2 mil libras. Es la mayor de la serie de armas Mark 80. Entró en servicio durante la guerra de Vietnam y se convirtió en una bomba pesada no guiada de uso común –debido a la cantidad de alto contenido explosivo empaquetado en su interior– para ser lanzada.
Norman Solomon –director ejecutivo del Institute for Public Accuracy (Instituto para la Exactitud Pública) y director nacional de RootsAction– dijo que la ayuda militar del gobierno de Estados Unidos ha sido esencial para que Israel se mantenga como un país expansionista durante las últimas décadas.
“Esta ayuda ha permitido a Israel aplastar sistemáticamente los derechos humanos del pueblo palestino, mientras sigue violando el derecho internacional con la ocupación de Gaza y Cisjordania. Israel ha utilizado su poderío militar para, de hecho, convertir sádicamente a los habitantes de Gaza en prisioneros maltratados”.
Precisó que gran parte de la fuerza israelí se debe a las extraordinarias cantidades de ayuda militar de Washington.
A juicio del especialista, los últimos acontecimientos han puesto de manifiesto que el gobierno de Estados Unidos está dispuesto a aumentar la ayuda militar con grandes cantidades de armamento y otro material bélico mientras Israel sigue masacrando a civiles en Gaza.
“Los asesinatos gratuitos y deliberados de más de 15 mil civiles durante los dos últimos meses son crímenes de guerra que merecen una condena y un procesamiento inequívocos. Es más, el gobierno de Estados Unidos es más que cómplice de estos crímenes contra la humanidad”, dijo Solomon.
“Las mismas normas que deberían condenar enérgicamente los asesinatos de civiles cometidos por Hamás el 7 de octubre deberían condenar también enérgicamente los asesinatos de civiles cometidos por Israel desde entonces”, remarcó el autor de War Made Invisible: How America Hides the Human Toll of Its Military Machine (La guerra se vuelve invisible: cómo Estados Unidos oculta el costo humano de su maquinaria militar).
En los últimos días, un par de acontecimientos –en los cuales se ha visto implicado el gobierno de Estados Unidos– han puesto de relieve su complicidad directa en el asesinato masivo que Israel está cometiendo.
El viernes 8, Estados Unidos vetó una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para un alto el fuego. Al día siguiente, la administración de Joe Biden reveló que está pasando por alto al Congreso para vender 13 mil cartuchos de munición de tanque a Israel. En general, en Washington persiste el celo bipartidista para apoyar la matanza de civiles palestinos en Gaza.
“Los esfuerzos propagandísticos para equiparar los llamamientos a una norma única de decencia humana con el antisemitismo son engañosos y demagógicos”, consideró Solomon. “Al igual que un número cada vez mayor de estadunidenses judíos, rechazo cualquier intento de equiparar el judaísmo con el Estado de Israel. El gobierno de Israel sigue implicado en crímenes de guerra a gran escala, con el apoyo del gobierno de Estados Unidos. Deben ser inequívocamente denunciados y combatidos”.
El columnista Ramzy Baroud –editor de Palestine Chronicle e investigador principal en el Centro para el Islam y Asuntos Globales (CIGA) – dijo a IPS que una narrativa de largo tiempo ha servido para explicar la relación de Washington con Tel Aviv: el primero es el benefactor y principal respaldo del segundo, ya sea financiera, militar o políticamente.
“La última guerra contra Gaza y la implicación directa de Estados Unidos en ella nos obligan a replantearnos nuestra percepción de la relación entre Estados Unidos e Israel”, aseguró. “Si enumeráramos todo lo que Washington ha hecho para ayudar a Israel a llevar a cabo y mantener su genocidio en Gaza, necesitaríamos muchas horas para explicar el grado de implicación de Estados Unidos”.
Esto incluye el cheque en blanco inmediato firmado por Washington para justificar cualquier respuesta israelí al ataque de Hamás del 7 de octubre, el envío de portaaviones, de cientos de aviones militares, junto con interminables formas de apoyo financiero y de otro tipo.
Así pues, ya no se trata de una cantidad fija de dinero que Washington envía a Tel Aviv. Se trata también de bombas de 2 mil libras con pleno conocimiento de cómo y cuándo se utilizarían, con información de inteligencia sobre dónde se lanzarían, y con pleno respaldo político para justificar el resultado devastador una vez lanzadas las bombas.
“En otras palabras, Washington es un socio directo en la guerra israelí contra Gaza. Esta constatación tendrá consecuencias directas, no sólo para la reputación de Estados Unidos en Medio Oriente, sino en las estrategias a corto e incluso largo plazo de Estados Unidos en Medio Oriente, incluida su presencia militar en Iraq, Siria y otros lugares”, resumió Baroud. Los palestinos –y millones de personas a su alrededor– entienden que también están librando una guerra contra Estados Unidos. No se equivocan.
Mientras tanto, según The New York Times, el Departamento de Estado estadunidense está impulsando una venta gubernamental a Israel de 13 mil cartuchos de munición para tanques. Eluden el proceso de revisión del Congreso que se exige para la venta de armas a naciones extranjeras.
El Departamento de Estado notificó a los comités del Congreso a las 23:00 horas del viernes 8 que seguía adelante con la venta –valorada en más de 106 millones de dólares–, a pesar de que el Congreso no había terminado una revisión informal de un pedido mayor de Israel de munición para tanques.
Para ello, invocó una disposición de emergencia de la Ley de Control de Exportación de Armas, según dijeron el funcionario del Departamento de Estado y un funcionario del Congreso a The New York Times. Ambos hablaron bajo la condición del anonimato debido a las sensibilidades sobre las ventas. El envío de armas se ha puesto así en vía expedita. Y el Congreso no tiene poder para detenerlo.
El Departamento de Defensa publicó una notificación de la venta antes del mediodía del sábado 9. Decía que el secretario de Estado, Antony Blinken, había informado al Congreso el día anterior y que “existe una emergencia que requiere la venta inmediata”.
Es la primera vez que el Departamento de Estado había invocado la disposición de emergencia para un envío de armas a Medio Oriente desde mayo de 2019, cuando el entonces secretario de Estado Mike Pompeo aprobó la venta de armas a Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, una medida que fue criticada por los legisladores y algunos funcionarios de carrera dentro del Departamento de Estado, según el Times.
El Departamento de Estado ha utilizado la disposición de emergencia al menos dos veces desde 2022. En la primera vez, envió armas a Ucrania. Sin embargo, en el caso de la guerra en Gaza, ha habido una creciente condena en Estados Unidos y en el extranjero de la forma en que Israel está llevando a cabo su ofensiva.
La decisión del Departamento de Estado de eludir al Congreso parece reflejar que es consciente de las críticas de algunos legisladores demócratas a la administración Biden por suministrar armas a Israel sin condiciones ni escrutinio, según el Times.
Thalif Deen/ Inter Press Service (IPS)*
*Visite esta noticia en https://ipsnoticias.net/2023/12/las-bombas-de-2000-libras-suministradas-por-eeuu-pueden-aniquilar-gaza/
Te puede interesar: Oriente Medio: Estados Unidos necesita la guerra