La llamada mano dura como política para enfrentar la violencia no es una solución a largo plazo y es propia, sobre todo, del conservadurismo, consideró esta mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador. Ello, luego de que su homólogo de El Salvador, el derechista Nayib Bukele, argumentara que a México le falta una política pública de esa naturaleza para combatir al crimen.
“Son realidades distintas y también concepciones diferentes. Yo pienso que hay que atender las causas, no se trata sólo de aplicar medidas coercitivas. La paz duradera se consigue con justicia, y eso es lo que estamos nosotros llevando a la práctica. Y no quiero polemizar con el presidente de El Salvador”, expuso el primer mandatario.
En su conferencia mañanera, agregó que México va bien en la atención al flagelo de la violencia. “A pesar de que heredamos una situación muy difícil, porque hubo un presidente [Felipe Calderón] que declaró la guerra al narcotráfico y apostó por enfrentar la violencia con la violencia, eso agravó la situación de inseguridad en el país y desde entonces se constituyeron grupos, bandas de delincuentes, nuevos cárteles, y cuando llegamos la violencia estaba en lo más alto, sobre todo los homicidios, y poco a poco hemos venido reduciendo los homicidios”.
López Obrador afirmó que sí funciona la estrategia de su gobierno. Y añadió: “la paz es producto de la justicia. Si la gente tiene trabajo, si hay buenos salarios, si se atiende a los jóvenes, si se combate la pobreza, si se combate la corrupción, se logra avanzar mucho. Y eso es lo que hemos hecho en el país, atender a los jóvenes, que haya bienestar, se han incrementado los salarios como nunca. México es de los países con menos desempleo en el mundo, la gente está contenta”.
Para contextualizar los resultados positivos de la actual estrategia –que atiende las causas en vez de apostar por la vía violenta desde el Estado–, el titular del Ejecutivo federal mostró las estadísticas de los homicidios dolosos: “con [Carlos] Salinas, desde que llegó hasta que se fue, aumentaron 9.2 [por ciento]; con [Ernesto] Zedillo disminuyeron los homicidios 31.2 [por ciento]; ya con [Vicente] Fox aumentó el número de homicidios [aumentó] en 1.6; con Calderón –que declaró la guerra, que optó por enfrentar el mal con el mal– casi 200 por ciento de aumento, y aquí [en su sexenio] había tortura, masacres. Aquí el secretario de Seguridad Pública [Genaro García Luna] protegía a uno de los cárteles [el de Sinaloa] y combatía a otros. Por eso [García Luna] está en Estados Unidos recluido. Había una especie de narco-Estado, dominaban ellos hasta el aeropuerto de la Ciudad de México, los narcotraficantes.”
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