A menos de una semana para que deje el cargo como gobernador de Tamaulipas, el panista Francisco Javier García Cabeza de Vaca hereda una deuda pública garantizada con las participaciones federales por 16 mil 10 millones 905 mil 963 pesos, saldo registrado al 30 de junio de 2022. La mayoría, contratada en la banca comercial.
De acuerdo con el reporte “Deuda contratada con banca de desarrollo y banca comercial”, el mayor acreedor del gobierno tamaulipeco es Banorte, al que se le debe 9 mil 85 millones 6 mil 375 pesos. Le siguen: Bancomer, al que se le adeudan 2 mil 689 millones 541 mil 440 pesos; Banamex, con 2 mil 394 millones 410 mil 381 pesos; Santander, con 1 mil 595 millones 337 mil 188 pesos; y el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), con 246 millones 610 mil 577 pesos.
A ello se suma la deuda indirecta contratada con BBVA por 123 millones 64 mil 539 pesos, por parte del Instituto Tamaulipeco de Vivienda y Urbanismo. Este último, dependiente del gobierno estatal, se encarga de apoyar a la población de menores ingresos con programas de vivienda que contemplen la gestión de créditos ante organismos públicos.
También, el gobierno del saliente García Cabeza de Vaca respaldó el endeudamiento del municipio de Nuevo Laredo, por 110 millones 397 mil 936 pesos. De éstos, los acreedores son: Cofidan –80 millones 641 mil 390 pesos–y Banobras –29 millones 756 mil 546.
Asimismo, respaldó la deuda de las comisiones municipales de Agua Potable y Alcantarillado de Nuevo Laredo, por 14 millones 736 mil 480 pesos; y de Río Bravo, por 5 millones 923 mil 999 pesos. Ambos, contratados con Cofidan, filial en México del Banco de Desarrollo de América del Norte.
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