Integrantes del Consejo Regional de Pueblos Originarios en Defensa del Territorio denunciaron acoso y hostigamiento de las constructoras Bonatti y Transportadora de Gas Natural de la Huasteca, filial de Transcanada, que desarrollan en gasoducto Tuxpan–Tula.
El Consejo está conformado por comunidades totonacas, nahuas y otomíes de los municipios de Tlacuilotepec, Pahuatlán y Honey, en Puebla; así como de Tenango de Doria y Huehuetla, en Hidalgo.
Informaron que pese a la oposición de los lugareños al proyecto, las compañías “han intensificado su presencia y acoso en nuestras localidades”. Además, de que el Estado y las empresas “se las han ingeniado para simular acuerdos y arrancar de las comunidades un consentimiento que no puede ser considerado previo ni libre ni informado”.
A través de un comunicado, manifestaron que para la construcción del gasoducto, las autoridades y las empresas han recurrido a todo tipo de “mecanismos de despojo”.
“La propiedad social campesina y la propiedad ancestral de los pueblos indígenas, lo mismo que la propiedad privada en nuestras localidades, están siendo acaparadas por los nuevos terratenientes que la reforma energética ha engendrado”, acusan.
Entre las afectaciones que ya se detectan se encuentran: la tala de miles de árboles; el daño a manantiales y otras fuentes de agua, así como a los cerros sagrados y las economías locales. “La ejecución del proyecto es una agresión a nuestros entornos vitales, al medio ambiente, la biodiversidad del territorio y nuestra cultura”, dice el Consejo Regional de Pueblos Originarios en Defensa del Territorio.