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Los elementos del 27 Batallón del Ejército, claves en caso Ayotzinapa

Los elementos del 27 Batallón del Ejército, claves en caso Ayotzinapa

Al menos 16 elementos del 27 Batallón de Infantería del Ejército Mexicano –ubicado en Iguala– tuvieron una participación estratégica en las horas críticas en las que ocurrió el crimen de Estado contra los 43 normalistas rurales de Ayotzinapa. El informe de la Comisión de la Verdad revela las órdenes que se dieron y el papel que jugaron aquella noche del 26 y 27 de septiembre de 2014; también descubre que la Sedena tuvo en todo momento conocimiento de la atrocidad. Entre los militares está el coronel José Rodríguez Pérez –comandante del Batallón, aliado de Guerreros Unidos y quien ordenó la ejecución de seis normalistas rurales días después–; el capitán segundo de Infantería, José N, quien tuvo información de primera mano sobre la privación ilegal de los muchachos y no impidió el delito; y los soldados López Patolzin –quien se cuenta entre las víctimas– y Juan N, infiltrados entre los estudiantes

En el 27 Batallón de Infantería de la Secretaría de la Defensa Nacional –ubicado en Iguala, Guerrero– no sólo se tuvo un seguimiento puntual a los hechos de violencia del 26 y 27 de septiembre de 2014 que derivaron, entre otros delitos, en la desaparición forzada de los 43 estudiantes normalistas rurales de Ayotzinapa, sino que sus elementos participaron directamente en acciones: antes, durante y después del crimen de Estado, estuvieron presentes integrantes del Ejército Mexicano, algunos de ellos cooperando directamente con el cártel Guerreros Unidos, revela el informe de la Comisión de la Verdad. Los hechos se documentaron en tiempo real mediante partes informativos, mensajes telefónicos e imágenes.

El documento revela la participación de los militares de diferentes rangos que tuvieron una participación estratégica en las horas críticas en las que ocurrió el crimen de Estado contra los 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos. Entre ellos, quienes giraban las órdenes y quienes las obedecían.

De los militares involucrados, el caso que más destaca es el del coronel José Rodríguez Pérez –comandante del 27 Batallón de Infantería en aquel momento y aliado de Guerreros Unidos–, quien ordenó a sus subalternos ejecutara los seis normalistas rurales que quedaban vivos en una bodega días después de la desaparición forzada.

Más aún, el 30 de septiembre de 2014, el coronel comentó que el 27 Batallón a su cargo se encargarían de limpiar todo y que sus subordinados ya se habían encargado de los seis estudiantes que habían quedado vivos, refiere el informe.

Agrega que durante una de las reuniones con el entonces presidente municipal José Luis Abarca y los “asesores de México”, se acordó que estos últimos serían los encargados de “limpiar” el crimen: “van a borrar evidencia… y los van a mover para que no los allen” (sic), decía uno de los mensajes de un integrante del grupo delictivo [cuya captura de pantalla la realizó la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), y posteriormente la compartió con autoridades mexicanas].

Tomás Zerón de Lucio –entonces titular de la Agencia de Investigación Criminal y hoy prófugo de la justicia– encabezó aquel grupo de “asesores” y es quien ordenó “limpiar todo el caso de los chicharrones”. Los cuerpos de los normalistas que no se cocinaron [es decir, que no fueron desintegrados mediante incineración o ácido] fueron desenterrados y llevados al 27 Batallón de Infantería, con la anuencia del coronel José Rodríguez Pérez; los restos también fueron trasladados al Rancho del Cura, a Lomas de Coyote, y a la Mina.

Los subordinados

El informe de la Comisión de la Verdad revela también la participación de otros 15 elementos de ese 27 Batallón de Infantería la mayoría que formaban parte de dos Fuerzas de Reacción. De dos de los aludidos no se especifica mucho (Crespo y Benito), pero se desprende del propio informe que también tuvieron participación directa en los hechos.

-José N, capitán segundo de Infantería, encargado del grupo de Reacción que patrulló la ciudad, vio el autobús del Palacio de Justicia cuando estaba siendo remolcado por grúas, acudió a la Clínica Cristina y brindó protección en el lugar de los hechos de las calles Juan N Álvarez y Periférico Norte.

Al respecto, se apunta que su subordinado Eduardo N observó la detención de 10 jóvenes en el Palacio de Justicia. Tomó fotografías y le reportó directamente. Posteriormente, la Fuerza de Reacción observa el camión abandonado que es remolcado por grúas; sus subalternos acuden a la Clínica Cristina, ahí toman fotografías; También resguardan la escena de las calles Juan N Álvarez y Periférico.

Antes de ser detenido, este militar declara que él se encontraba en su oficina durante los hechos de los días 26 y 27 de septiembre. No obstante, apunta el informe, la gente a su mando le comunicaba los acontecimientos de Iguala. De acuerdo con la información que le llegaba, el capitán José N iba dando órdenes y organizando a sus elementos.

“La narración de los hechos que da en sus declaraciones coincide con la cronología presentada en los informes de Sedena. Siendo que la información que él relata fue la recibida por el C4, por Joel N, por Ezequiel N y por los OBIS [agentes de inteligencia de la propia Sedena] que estaban laborando ese día”.

Una vez detenido, José N declaró que se encontraba dentro de las instalaciones del Batallón, a las 23:40 horas del 26 de septiembre, cuando se reportó unas personas que venían a pedir apoyo porque unas personas habían sido agredidas en el crucero de Santa Teresa.

José N ordenó organizar otra fuerza de estudiantes, pues otras tropas reportaron manifestaciones; salieron a las 00:30 horas en dos camionetas, entre ellos los soldados: Eduardo N, Fabián N, Yazhiel N, Gustavo N, Francisco N y Juan N. Al patrullar en el Periférico, a la altura del edificio del Poder Judicial, aproximadamente a las 00:40 horas, observaron un autobús que estaba siendo procesado par remolcarlo por las grúas “Nava”, el autobús tenía las llantas ponchadas y vidrios rotos, retirándose a las 00:50 horas para continuar su patrullaje.

“A las 01:07 horas, Mota recibe una llamada de Joel N, quien recibió un reporte del C-4 diciendo que en el hospital Cristina se encontraba personal con armas, por lo que fueron a verificar. Al pasar por Juan N Álvarez y Periférico observaron dos cuerpos inertes y un autobús que les impedía el paso, no le prestaron mucha atención porque sus órdenes eran otras. Llegaron a la clínica Cristina a las 01:13 horas; ven las luces apagadas, hacen la indicación de que abran la puerta y un joven abre con las manos levantadas diciendo que es estudiante de Ayotzinapa. Juntaron a aproximadamente 25 jóvenes y un profesor en el recibidor, verificaron que no tenían armas, incluso dejan que los estudiantes reciban llamadas, los jóvenes manifestaron estar ahí porque buscaban atención médica para un compañero al que le había disparado la policía municipal.

“Crespo sale y se comunica con Benito N, quien le dice que mandara una ambulancia y le ordenan proporcionar seguridad en el Periférico y Juan N Álvarez para preservar el lugar de los hechos. Posteriormente recibe la orden de regresar a la clínica Cristina, dejando a la mitad de la tropa en Juan N Álvarez; sin embargo, al llegar al lugar los estudiantes ya no estaban y un doctor le dijo que se fueron al hospital público, por lo que se retiró y volvió a preservar el lugar de los hechos. Observaron una rueda de prensa”.

-Jorge N, teniente: atienden el accidente de la pipa; acuden a verificar heridos por arma de fuego en el Hospital General de Iguala; brindan seguridad perimetral posterior a los hechos de Santa Teresa; nuevamente acuden a obtener datos sobre recientes ingresos en el Hospital General.

-Roberto N, comandante de sección: les instruyen ir a la colonia Industrial donde es hallado el cuerpo de Julio César Mondragón.

-Ezequiel N: “menciona que el coronel Rodríguez le pide que acuda al evento de la presidenta del DIF. Llegando al lugar aproximadamente a las 17:50 horas. Recibe una llamada del coronel, quien le pide que se traslade a la caseta de cobro para observar qué hacían los estudiantes ahí. Llegando a la caseta a las 20:20 h aproximadamente. En el lugar observó a 40 estudiantes realizando actividades de boteo, información que le notifica a su superior. Permaneció 40 minutos en el lugar, observó cómo se iban los estudiantes con rumbo a Chilpancingo y se retiró a su domicilio”.

-Felipe N: encargado del C4 por parte de Sedena y de pasarle esa información a Joel N. “El 26 de septiembre, a las 20:00 horas se entera que los estudiantes estaban arribando a la caseta de Iguala, por lo que le informa inmediatamente a Joel N, quien era el encargado de recibir la información. Alas 21:20 informan que los estudiantes habían entrado a la central de autobuses y querían llevarse un autobús. Posteriormente, empezaron a llegar reportes por parte del 066 de enfrentamientos y personas heridas. Terminando su turno a las 10 horas del día siguiente”.

-Eduardo N, soldado de Infantería: recibió órdenes de verificar sobre un autobús abandonado con normalistas en Periférico, a la altura del Palacio de Justicia. Tomó fotografías de lo que observó bajo el puente y en la clínica Cristina. El 26 de septiembre entre las 22:00 y 22:30 horas, el teniente Joel le instruyó que acudiera a la carretera que conduce a Chilpancingo, ya que habían reportado un autobús abandonado o que al parecer tenía estudiantes. Acudió en su motocicleta particular. Observó que se encontraba un autobús Estrella de Oro rodeado de elementos de la policía municipal de Iguala, quienes iban en cinco patrullas. Los policías intentaban bajar a los estudiantes pero estos se negaban; lo reportó al teniente Joel, quien le dijo que se quedara a observar pero no se arriesgara.

“Llegaron otras dos patrullas de la PM [policía municipal] con elementos que venían más agresivos, pues les aventaron gas lacrimógeno por lo que aproximadamente 10 jóvenes se bajaron y de inmediato fueron esposados con las manos hacia atrás, y de forma agresiva puestos en el piso boca abajo. Permaneció en ese lugar hasta las 23:30, donde tomó entre cuatro o cinco fotografías con su celular. En ningún momento se percató de detonaciones de armas de fuego. Regresó al Batallón aproximadamente a las 23:40 horas; el capitán Crespo le preguntó sobre lo acontecido y él le platicó, solicitando el capitán que lo llevara al lugar y con la autorización del teniente Gálvez se fueron.

-Eduardo N: “salieron del Batallón a las 00:30 horas del 27 de septiembre a bordo de dos camionetas, al llegar al Palacio de Justicia sólo vieron el camión pero ya no estaban los estudiantes, observaron a las grúas remolcando el camión. Estuvieron 5 minutos y se retiraron. Cuando iban de regreso al Batallón recibe una llamada de Joel N de que recibieron un reporte por C-4 de sujetos que entraron armados a la clínica Cristina, por lo que se dirigen de inmediato. En su traslado se percataron de tres autobuses a media calle de Juan N Álvarez y Periférico, además de observar dos cuerpos masculinos sin vida. Aproximadamente a las 01:00 horas llegan a la clínica, observan las luces apagadas y la puerta cerrada, solicitan que se abra la puerta y entran cinco elementos; él se quedó afuera a dar seguridad perimetral. Al escuchar que había una persona herida y que llamarían a las ambulancias, entra y observa una persona con sangre, a quien toma fotos y otras del lugar. Estuvieron en la clínica 30 min y posteriormente recibieron órdenes de resguardar el fugar donde vieron los autobuses y los cuerpos, hasta que llegaron autoridades estatales, peritos, más estudiantes y reporteros. Permanecieron ahí hasta las 05:30 horas”.

Joel N, teniente de Infantería: labores de recibir y emitir informes recibidos por el C-4. Todo lo informaba inmediatamente al coronel José Rodríguez Pérez y al cuartel general de la 35 Zona Militar [ubicada en Chilpancingo]. El 26 de septiembre a las 19:30 horas recibió una llamada del C-4, del sargento Felipe N, quien le informó el arribo a Iguala de dos autobuses con estudiantes normalistas de Ayotzinapa, provenientes de Chilpancingo, uno al Rancho del Cura y el otro en la caseta de cobro número 3. A las 21 horas, Cano le informa que el camión de la caseta se había dirigido a la central de autobuses Estrella Blanca, donde los estudiantes se apoderaron de 2 autobuses y destruyeron otro. Recibió otra llamada entre las 21:30 y 22:00 horas donde Cano le informó que la policía municipal de Iguala y normalistas estaban teniendo un enfrentamiento. Ordena al soldado Eduardo N hacer un recorrido en el Periférico, quien informa a las 22:30 horas que frente al Palacio de Justicia había un autobús con normalistas, estaba rodeado por varias patrullas de la policía municipal (encapuchados), quienes les ordenaban con groserías a los estudiantes que se bajaran del camión, ellos se negaron y ante la negativa les arrojaron gas lacrimógeno. A las 23:10 horas, Cano le informó que en hospital general Soberón ingresaron personas heridas, por lo que el coronel ordena que la Fuerza de Reacción salga a verificar los sucesos del hospital. Se encontraron tres personas de sexo masculino heridas por impactos de arma de fuego”.

El informe de la Comisión de la Verdad agrega que “a las 23:40 horas, Cano le informa los hechos ocurridos en el crucero de Santa Teresa, por lo que el coronel ordenó al teniente Roberto N a trasladarse al lugar y verificar la información, informando que había dos taxis con impactos de arma de fuego, así como un autobús donde viajaban los Avispones, así como de los muertos. El 27 de septiembre, a las 01:00 horas recibe otra llamada de Cano quien informa que sujetos armados habían ingresado a la clínica Cristina, habían sacado a las enfermeras y se encontraban dentro del lugar; el  coronel le dijo que ordenara a la Fuerza de Reacción de José N trasladarse al lugar, comunicándose con Mota Esquivel. Antes de las 9 horas, Felipe N le  comunicó que se encontraba una persona sin vida (Julio César Mondragón) en la colonia Industrial, a quien le quitaron la piel del rostro. El coronel José N ordenó que saliera la fuerza de reacción al mando del teniente Ortiz Canales para verificar. Declara nunca haber salido de las instalaciones del 27 Batallón y niega haber recibido alguna llamada por parte de Cano en apoyo a los enfrentamientos y los heridos”.

-Roberto N, comandante de Sección, encargado de la Fuerza de Reacción que acude a brindar seguridad perimetral en el crucero de Santa Teresa: el 26 de septiembre por la mañana le instruyeron a él y su fuerza de reacción atender el hecho del tráiler con material explosivo accidentado en el km 43 de la carretera federal 95. Permanecieron en el lugar hasta que se terminaron los trabajos para restablecer la circulación, aproximadamente a las 22:20 horas se trasladó posteriormente al Batallón para rendir las novedades. Llegó a las 23 horas al Batallón, llegando el teniente coronel Benito N, segundo al mando después del comandante, le instruyó que verificara en el Hospital General de Iguala si habían ingresado personas recientemente; salió con aproximadamente 12 elementos, arribando a las 23:30. Le informaron que habían ingresado entre tres y cuatro personas por heridas de arma de fuego, otorgándole los datos de los heridos. A las 23:50 regresó al Batallón y entregó los datos de los heridos a Benito N; inmediatamente le informaron de los hechos en el crucero de Santa Teresa, en donde había personas armadas disparando a vehículos que circulaban por el lugar. Se le instruyó de manera urgente trasladarse a ese punto, saliendo del Batallón a las 00:10 horas. Llegaron al crucero de Santa Teresa a las 00:30 horas del 27 de septiembre, en el lugar se encontraba una patrulla de la Policía Federal, observaron dos taxis y un autobús con impactos de bala, siendo éste del equipo de los Avispones de Chilpancingo. Además había personas heridas y una mujer muerta. A las 01:00 horas escuchó que llegaron diversas ambulancias para trasladar a los heridos al Hospital General, dentro del autobús había una persona del sexo masculino sin vida, de la cual personal del SEMEFO se hizo cargo. Permanecieron en el lugar hasta las 03:00 horas, trasladándose al Batallón, donde Benito N les ordenó trasladarse nuevamente al Hospital General para verificar la cantidad de personas lesionadas por arma de fuego, donde le entregaron en una hoja los datos de las personas ingresadas, hasta ese momento eran aproximadamente 17 personas, entregando la información al teniente coronel Benito. Desconoce cómo se enteraron de los hechos ocurridos en Santa Teresa”.

-Juan N: el día 26 de septiembre estuvo en el cuartel realizando tareas de  limpieza. A las 00:30 horas del 27 de septiembre sale del cuartel, junto con otros 13 elementos, para realizar recorridos. Estaban bajo las órdenes de Luis N y Fabián N. Pasaron por bajo puente, donde observó una grúa.

-Francisco N: declara que jamás salió de las instalaciones, por ende no se enteró de lo que sucedía. Sólo logró escuchar que había una balacera por la

pista de Zacacoyuca. Posteriormente, se trasladan al hospital Cristina. Se trasladan a Juan N Álvarez, donde esperaron a que levantaran dos cuerpos y regresan al cuartel aproximadamente a las 05:30 horas.

-Gustavo N: el 26 de septiembre se encontraba cuidando la puerta principal del Batallón. Aproximadamente a las 00:00 horas del 27 de septiembre le piden que se una al grupo de José N para patrullar.

-Donaciano N: “el 26 de septiembre se encontraba en su casa, ya que se encontraba franco. Sin embargo, al día siguiente prestó seguridad perimetral en la Coca-Cola. El 26 de septiembre se encontraba en la CDMX, ya que se encontraba franco. Sin embargo, al día siguiente prestó seguridad perimetral en la Coca-Cola”. (sic)

Además de estos militares, el informe destaca el caso de Julio César López Patolzin desaparecido junto con los estudiantes normalistas y quien se encontraba activo en el Ejército Mexicano realizando funciones de informante. A pesar de que su superior jerárquico estaba al tanto de que se encontraba dentro del grupo de estudiantes agredidos, “éste no realizó

ninguna acción de protección a su integridad ni búsqueda de su persona, pese a que era su deber, como lo establece el Protocolo para Militares Desaparecidos que obliga a los mandos a “implementar medidas contundentes, a fin de coadyuvar en la búsqueda, localización y en su caso, rescate del personal militar desaparecido”. Su último reporte fue el 26 de septiembre de 2014 alrededor de las 10:00 horas.

El coronel y sus nexos con Guerreros Unidos

Por la cadena de mando, el principal responsable de lo ocurrido en el 27 Batallón de Infantería en aquellas horas críticas podría ser el coronel José Rodríguez Pérez, quien en aquel momento era el comandante. Al mismo tiempo, era aliado del cártel Guerreros Unidos.

 De acuerdo con las comunicaciones interceptadas por la DEA, el 29 de septiembre, el integrante de Guerreros Unidos apodado “Chino” [considerado actualmente como el líder visible del grupo delictivo] sostuvo una conversación con otro integrante conocido como “Gorda”. Este último le “avisa al  ‘Chino’ que vieron al ‘Negro’ con el ‘Coronel’ [Rodríguez Pérez] entrando al 27 BI [Batallón de Infantería]”.

Para el 30 de septiembre, el “Chino” le confiesa al “Negro”que quedaron seis estudiantes vivos en la “bodega vieja”, a lo que contesta que lo iba a arreglar para que fueran a terminar. Se coordina con “N” y el “Coronel” para tratar de “arreglar el problema”. Ordena al “Chino” que no hable con nadie, se deshaga de la evidencia y que lo mantenga informado de todo lo que se diga.

Ese mismo día, el “Coronel” “confirma al ‘Chino’ que él y su gente ya se encargaron de los estudiantes de la ‘bodega vieja’ y le pregunta si quedaron más vivos. Amenaza al ‘Chino’ para que le diga al ‘Negro’ que le pague lo que le prometió porque no le contesta. Pregunta al ‘Chino’ si el primo del ‘Cochiloco’ aún está activo en ‘Los Rojos’, a lo que le responde que sí”.

Entre octubre-noviembre de 2014 se da otra conversación entre el “Chino” y el coronel en la que se da cuenta de que este último envía a su gente a catear las casas de los familiares del “Chino” y de varios de los sicarios involucrados en la desaparición. Se llevan a los primos del “Gordey”. Ordena que soldados saquen los restos de Iguala, y “se llevaron la mayoría al Batallón”.

 Partes militares

 En el informe de la Comisión de la Verdad se da cuenta de algunos de los partes militares que se generaron en torno al crimen de Estado. Uno de ellos es el documento FCA No. S-l (OPS) 16510, del 26 de septiembre de 2014 a las 0:30 horas. Este indica que en el Puesto Militar de Seguridad, ubicado en el km. 22 del municipio de Acapulco, elementos del 56 Batallón de Infantería, de la Policía Federal y de la policía estatal aseguraron el autobús Futura  Plus  color  gris  marca  Volvo,  placas  667  HY-9  que  transportaba  21 paquetes (tabiques) de marihuana con un peso aproximado de 50 kilogramos.

Otro parte informativo es el FCA GAOI/5321, del 30 de septiembre de 2014, que señala que a las 21:11 horas, la Sedena registró una denuncia ciudadana anónima a través del número 089, en la que se menciona: “a los estudiantes de la Normal los mantienen dentro de una bodega, la cual es grande de concreto, techo laminado y cortina metálica, la cual se ubica en Pueblo Viejo entrando a la colonia Guadalupe”, proporcionado las indicaciones de cómo llegar a ella. Este se informó hasta el 2 de octubre de forma urgente. Para entonces, el coronel Rodríguez Pérez ya había ordenado su ejecución.

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