Organizaciones ambientalistas de México, Chile y Argentina se oponen a que el gobierno de la Ciudad de México instale la planta de termovalorización de residuos sólidos urbanos, del consorcio Proactiva Medio Ambiente SA de CV, filial de la empresa francesa Veolia. El proyecto se ubicaría en el Bordo Poniente de la capital del país.
Los ambientalistas alertan a los gobiernos de Argentina y Chile, que han mostrado interés en el proyecto en México, que éste no es un ejemplo a seguir porque “agravaría los problemas que estos países ya tienen en el manejo de sus residuos.”
Entre las organizaciones mexicanas que firman la carta se encuentran: Frente de Comunidades en Contra de la Incineración, Fronteras Comunes AC, LIDECS AC, Ciudadanos Unidos por el Medio Ambiente, Cuma, Ecocomunidades, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México y Red en Defensa de la Ciudad de México, Unión Autónoma de Pueblos y Barrios Originarios del Distrito Federal, Centro de Análisis y Acción en Tóxicos y sus Alternativas y el Colectivo Revuelta Verde.
En el documento se expone que la termovalorización de residuos (incineración con generación de energía), es ineficiente y contaminante.
“Estos proyectos se promueven sin que los gobiernos consideren, en ninguno de sus niveles, la estrategia basura cero y llegar a una solución sustentable para la problemática de los residuos que afecta a la mayoría de las comunidades de Latinoamérica y el Caribe. Múltiples estudios sobre gestión de RSU [Residuos Sólidos Urbanos] demuestran que la energía que se puede obtener mediante procesos de incineración o similares es bastante menor que la que se podría conservar mediante el reciclaje, para prácticamente todos los distintos materiales”, dice la carta.
“La incineración con o sin aprovechamiento de energía, es un sistema de tratamiento térmico para los materiales descartados que desperdicia recursos y emite contaminantes. Esto incluye a las tecnologías basadas en la combustión, pirólisis, gasificación y arco de plasma. Cuando se trata de plantas de gran tamaño, de alguna estas tecnologías y residuos heterogéneos, con alto contenido de aire y agua, como son los residuos sólidos urbanos, se generan cenizas (las cuales pueden llegar al 30 por ciento del peso de los residuos), que son muy tóxicas y que requieren de rellenos sanitarios especiales para ser depositadas; se emiten dioxinas, furanos, gases de efecto invernadero, gases ácidos, material particulado, efluentes líquidos, lodos de las piletas de decantación, entre otros”, exponen las organizaciones firmantes.
Advierten que las empresas que venden esta energía “sucia y de tecnología obsoleta, requieren contratos a largo plazo, exigen que se las provea de enormes flujos de residuos (‘put or pay’), en caso contrario deben los gobiernos pagar por no cumplir con esta exigencia, entre otros aspectos negativos de estos acuerdos con el Estado. Esto termina afectando gravemente los recursos del fisco y con ello a la comunidad”.
“El proyecto de Veolia en Ciudad de México de termovalorización de residuos, no es un ejemplo a seguir por ningún país, e instan a los gobiernos de Chile y Argentina que desistan de instalar esta contaminante e ineficiente tecnología en estos países”, afirman organizaciones como: Alianza Basura Cero Chile, Colectivo VientoSur, Fundación El Árbol, ONG Susténtate, Red de Biodigestores para Latino América y el Caribe; en Chile.
En tanto que de Argentina se encuentran: Taller Ecologista, Acción por la Biodiversidad, Agrupación Ambientalista Conciencia, Alihuen, Asociación Ambientalista Piuké, Asociación Argentina de los Médicos por el Medio Ambiente, entre otras. Las organizaciones trabajan articuladamente en conjunto con la Alianza Global para Alternativas a la Incineración (GAIA).
Érika Ramírez