La renuncia de Miguel Ángel Osorio Chong a la coordinación de la bancada del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el Senado de la República –ocurrida horas antes de que sus propios compañeros lo corrieran– “es una situación de un partido”, señaló el presidente Andrés Manuel López Obrador; al mismo tiempo, aclaró que su gobierno no tuvo nada que ver en eso: “no nos metemos, no hacemos nosotros ese tipo de relaciones, no establecemos relaciones de complicidad con nadie, por eso tenemos autoridad moral”.
El titular de la Presidencia de la República aprovechó la oportunidad para arremeter contra el PRI, al advertir que lejos de reencausar su camino con las causas sociales, esa institución política cada día se derechiza más. Después de todo ese fracaso con las políticas antisociales y profundamente neoliberales de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, “¡cómo seguir los priístas con eso! ¿Qué, no pudieron retomar lo mejor de la historia de ese movimiento, de ese partido? No. Terminan de derecherizarse y se convierten ya por entero en integrantes del bloque conservador; pero además hasta en la cola: no a la vanguardia, sino en la retaguardia, o sea, se suman al bloque conservador, a que los dirija Claudio X González [Guajardo]”.
En su conferencia desde Palacio Nacional, López Obrador señaló que ese bloque conservador al que se ha sumado el PRI no tiene futuro porque está divorciado del pueblo, al que le dio la espalda y desprecia. Y consideró positivo que ya no haya simulación.
Para el presidente de la República, el PRI se equivocó porque pudo retomar el rumbo del movimiento revolucionario e imitar al presidente Adolfo López Mateos, pero no lo hizo. “Ya no hablemos del general [Lázaro] Cárdenas, eso hubiese constituido un hecho histórico, el retomar las luchas de los dirigentes de la Revolución”.
En ese contexto, recordó que el Partido Acción Nacional sí nació para oponerse al pueblo, por eso desde su creación estuvo contra el ejido, la educación pública y la expropiación petrolera, “pero el PRI venía de la Revolución, de la lucha de los campesinos, de la lucha de los obreros, de la lucha del pueblo por recuperar los bienes que Porfirio Díaz había entregado a extranjeros”.
El presidente López Obrador recordó que López Mateos nacionalizó la industria eléctrica, “y de repente llega Salinas y les quita el programa a los conservadores, acorde con lo que estaba pasando en el mundo en correspondencia con el surgimiento de la política neoliberal mundial. […] Del gobierno de Salinas dos datos: uno, entrega los bienes de la nación a particulares, y de existir un sólo multimillonario en México al término de su mandato deja 24 multimillonarios. Un multimillonario en México, una familia con 2 mil millones de dólares y al término deja 24 multimillonarios, todos ellos beneficiados con la entrega de bienes de la nación y del pueblo que ya acumulan, de acuerdo a la revista Forbes, al término de su sexenio, 48 mil millones de dólares, 24. Y es el periodo de mayor desigualdad económica y social en México. [Dos:] Por si fuese poco, termina su sexenio, se cae la economía, una grave crisis, devaluación, pérdida de bienes. Ahí surge el rescate que hace Zedillo de los potentados, lo mismo, convierte las deudas privadas en deuda pública. Un insulto, un agravio a nuestro pueblo”.
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