Tercera y última parte. Los mosaicos de talavera son una artesanía de cerámica resistente a los golpes y a las altas temperaturas, lo que les confiere gran durabilidad.
Algunos ejemplares ya cuentan con siglos de antigüedad. Soportan el calor y la humedad sin decolorarse ni dañarse; en exteriores, resisten el sol y todo tipo de temperaturas. Para su elaboración, se utilizan esmaltes minerales de alta calidad, por lo que los colores no se desvanecen con la exposición solar.
Requieren un mantenimiento elemental: pueden limpiarse con agua y jabón, o con alcohol o thinner si están pintarrajeados. Por ello, se convierten en una inversión cultural a largo plazo, siempre y cuando no sean destruidos, vandalizados o robados. Son resistentes a los golpes y rayaduras; sin embargo, al ubicarse en espacios públicos, siempre resultan vulnerables.
Su resistencia depende de la calidad de los materiales empleados en su fabricación. Además de su belleza artesanal, constituyen una antigua tradición mexicana que debe perdurar.
En 2021, en el marco de las conmemoraciones de los 500 años de la caída de México-Tenochtitlán, se reinstaló el mural de mosaicos de talavera de cinco metros cuadrados, previamente removido por una mala administración de su ubicación cercana al Ueyi Teocalli o Templo Mayor.
Fue colocado nuevamente, en mal estado, en la calle de Brasil, el 9 de agosto, Día Internacional de los Pueblos Indígenas y décimo aniversario de la muerte de Miguel Ángel Mendoza Kuaukoatl, quien tradujo el mensaje del español al náhuatl. Así resonó de nuevo el mensaje enviado a todo el Anáhuac hace 500 años. El texto del mosaico reza: El último mensaje del tlahtokan difundido por Cuauhtémoc.
El 12 de agosto de 1521, Cuauhtémoc dio a conocer el último mensaje del Consejo de Gobierno antes de la caída de Tenochtitlan. Este mensaje, lleno de esperanza, vislumbró un futuro para los mexicanos tras la invasión española. El 12 de agosto de 2021, se conmemoraron los 500 años de aquel mensaje dirigido a todos los pobladores del Anáhuac.
La tradición oral atribuye este poema como el último mensaje del Tlahtokan (consejo de gobierno) de México-Tenochtitlán, dado a conocer por Cuauhtémoc como mandato de su último acto el 12 de agosto de 1521, día ze koatl (una serpiente) de la veintena tlaxochimako (“se obsequian flores”) del año yei kalli (tres casas).
Dice así:
TO TONAL YE OMOTLATIUH
Nuestro Sol se ocultó
TO TONAL YE OMOIXPOLIUH
Nuestro Sol desapareció su rostro
IUAN ZENTLAYOUAYAN OTECHKATEH
Y en completa oscuridad nos ha dejado
MACHTIKMATIH MAN OKZEPA UALLAZ
Pero sabemos que otra vez volverá
MAN OKZEPA KIZAKIZ
Que otra vez saldrá
IUAN YANKUIYOTIKA TECH TLAUILIKEH
Y nuevamente nos alumbrará
MACHINOKA OMAPAKAH MIKTLAN MANIZ
Pero mientras allá esté y en la mansión del silencio permanezca
MAN ZANUELIUI TITOZENTLALIKAN TITONECHIKOKAN
Muy prontamente reunámonos y estrechémonos
IUAN TOYOLNEPANTLA TIKTLATIKAN
Y en el centro de nuestro ser ocultemos
NOCHI TLEN TOYOLOKITLAZOHTLA
Todo lo que nuestro corazón ama
IUAN MAN TLATKIOMATIH UE CHALCHIHUITL
Y que sabemos es gran tesoro
MAN TIKINPOLPOLOKAN TOTEOKALUAN
Destruyamos nuestros recintos al principio creador
TOKALMEKAUAN TOTLACHKOUAN
Nuestras escuelas, nuestros campos de pelota
TOTELPOCHKAUAN TOKUIKAKALUAN
Nuestros recintos para la juventud, nuestras casas para el canto y el juego
MAN MOZEL KAUAKAN TO OHTIN
Que nuestros caminos queden abandonados
IUAN MAN TOCHAN TECHTZAKUA
Y nuestros hogares nos resguarden
KIN IHKUAN KITZOUAZ TO YANKUIK TONAL
Hasta cuando salga nuestro nuevo sol
IN TAHTZITZIN IUAN NANTZITZIN
Los papacitos y las mamacitas
MAN AIL ILKAUAKAN KIMILIUZKEH INTELPOCHUAN
Que nunca olviden guiar a sus jóvenes
IUAN MACHTIUAZKEH MOPILHUAN INOKA NEMIZKEH
Y hacer saber a sus hijos mientras vivan
UEL KENIN YOKO
Cuán buena ha sido
KIN AXKAN TOTLAZOH TLALNANTZIN ANAUAK
Hasta ahora nuestra amada tierra Anáhuac
IN TLANEKILIZ IAUN TLAPELUILIZ TONETOLTILIZTLI
Al amparo y protección de nuestro destino
IUAN ZANYE MOPAMPA TOKEN MAUILIZ IAUN TOKEN POPOLIZ
Y por nuestro gran respeto y buen comportamiento
OKI ZELIKEH TO TLACHKATZITZIUAN
Confirmados por nuestros antepasados
IAUN TLEN TO TAHTZITZIN AUIK YOLEH KAYOPAN
Y que nuestros papacitos muy animosamente
OKIXIMACH TOKATEH YOYELIZPAN
Sembraron en nuestro ser
AXKAN TEHUANTIN TEHUANTIKIN TEKIMAKAH IN TOPILUAN
Ahora nosotros les encargaremos a nuestros hijos
AMO KIN ILKAUAZKEH KIN NONOTZAZKEH MOPILUAN
Que no olviden informar a sus hijos
UEL KENIN YEZ KENIN IMAKOKIZ
Cuán buena será, como se levantará
IUAN UEL KENIN CHIKAKAUIZ
Y alcanzará fuerza
IUAN UEL KENIN KIKTZON UEYIKA NEHTOLTILIZTLI
Y cuán bien realizará su gran destino
ININ TOTLAZOH TLALNANTZIN ANAUAK
Esta, nuestra amada madre tierra Anáhuac.
Este mural de mosaico de talavera está colocado en la calle de Guatemala, muy cerca del Templo Mayor o Ueyi Teocalli.
Durante la gestión de la doctora Claudia Sheinbaum como jefa de gobierno de la Ciudad de México, se solicitó la colocación de 200 mosaicos para conmemorar los 500 años de la caída de México-Tenochtitlán y los 200 años de la Independencia. Con ahorros, se colocaron 209.
Además, por el bicentenario de la Independencia, se destacó la participación de mujeres emblemáticas y poco conocidas como Juana la Barragana, Antonia Molina, Carmen Camacho, María Josefa Huerta y Escalante, Rafaela López Aguado de López Rayón, María Josefa Martínez Navarrete, María Josefa Natera, María Ubalda Sánchez, Mariana Rodríguez del Toro, Ana Villegas y muchas otras patriotas que se entregaron a la lucha por la liberación, además de otras más conocidas como Josefa Ortiz, Leona Vicario y Gertrudis Bocanegra.
En este trabajo se colocaron 40 mosaicos de un metro cuadrado dentro del área que antes ocupaba Tenochtitlán, con su toponimia y su glifo. También se representaron batallas heroicas de los pueblos de Tenochtitlán, Tacuba, Texcoco, Tlatelolco, Colhuacán, Azcapotzalco, Iztapalapa, Cuautitlán, Xaltocán, Xochimilco y Mixquic, y otras contra los invasores españoles y los pueblos aliados a ellos, que se unieron con engaños, amenazas y falsas promesas a la labor de destrucción del Anáhuac.
De Tenochtitlán, no quedó piedra sobre piedra. La actual destrucción de Gaza en Palestina nos indigna, porque a nosotros nos hicieron lo mismo. Los europeos –responsables de la destrucción del Anáhuac– se aliaron a Israel y Washington para avalar los crímenes de Netanyahu.
Los mismos, en Estdos Unidos, despojaron a las alrededor de 200 naciones originarias, a las que masacraron, despojaron y encerraron en reservas, dejándoles solo el 2.8 por ciento de su territorio original. Pero, a pesar de la destrucción, queda la raíz, y eso es lo que queremos preservar.
Como diseñadores, debemos rescatar nuestra memoria histórica, nuestro sentido originario, destacar los momentos culminantes de nuestra historia, las grandes gestas y personajes. Embellecer nuestra ciudad y mejorar la imagen urbana con mensajes que forman algo así como una acupuntura que reactiva nuestra identidad y energía.
La intervención artística urbana ayuda a que la gente reconozca el significado de su entorno, para no vivir como “extranjeros en nuestra propia tierra” por desconocer el acervo cultural de nuestra ciudad. La talavera no es solo un adorno, sino también una herramienta simbólica para fortalecer el sentido de pertenencia y la memoria colectiva.
Es necesario tener una visión clara: esos mosaicos deben estar en espacios públicos (no solo en museos), como estaciones del Metro, para que la gente los vea y se apropie de su propia historia. Los murales, y por extensión, los mosaicos de talavera, son patrimonio vulnerable que requiere cuidado. Muchas obras se han deteriorado o destruido por falta de mantenimiento.
El muralismo urbano puede verse como parte del “ADN cultural” de México. Fomentar estos murales contribuye a reconstruir el tejido social y la identidad local.
La talavera no es solo cerámica tradicional. Es un vehículo para la memoria histórica y la identidad mexicanas. Usarla en murales públicos permite que los ciudadanos interactúen con símbolos del pasado precuauhtémico y con la toponimia indígena, lo cual refuerza la conciencia histórica de la población.
Es una forma de democratizar la historia: al llevar estos mosaicos a lugares como el Metro, los ven intelectuales, turistas y la gente en su vida diaria. Es una manera de hacer que la cultura y la historia estén presentes de forma cotidiana, no solo en museos.
Es importante colocar estos mosaicos con participación vecinal o en lugares públicos, y ver la cerámica como una herramienta de empoderamiento comunitario: embellece, educa y crea sentido de pertenencia.
En febrero de 2025, al conmemorarse el 500 aniversario del magnicidio de Cuauhtémoc, se realizó un concurso sobre su figura en Ixcateopan, Guerrero, lugar de nacimiento de nuestro máximo héroe de la resistencia.
Recorrimos las escuelas de las comunidades, impartimos pláticas y exhibimos el video “Cuauhtémoc Negado” de Juan de la Torre. Trabajamos en planteles de secundaria y nivel medio. Del concurso surgieron 21 ganadores. Sus dibujos se convirtieron en mosaicos que se colocaron en las escuelas y en la Plaza Eulalia Guzmán, en el centro de Ixcateopan.
Asimismo, en la secundaria Jesús Silva Herzog, en Salinas de Hidalgo, SLP, se convocó a otro concurso sobre Cuauhtémoc. Resultaron siete ganadores, cuyos trabajos también se exhiben en mosaico, para orgullo de sus autores, familias y comunidad. En el evento del Congreso de la Soberanía, se reconoció al niño Cuauhtémoc Rodríguez Medina con tres mosaicos de su autoría.
Tengamos una visión positiva y estratégica de la talavera, especialmente aplicada en mosaicos: es una forma de arte público conectada con la identidad, la historia y la memoria colectiva mexicana. No se trata de una mera artesanía decorativa; es un instrumento cultural y pedagógico.
Somos un pueblo con profundas raíces, que deben y van a seguir floreciendo. Las y los diseñadores vamos a contribuir a esta tarea con gran entusiasmo.
Pablo Moctezuma Barragán*
*Doctor en estudios urbanos, politólogo, historiador y militante social



















