Bastaron tres años de abandono para que el Relleno Sanitario Regional “Matamoros Limpio” pasara de merecedor del premio nacional “Habitad 2006” a un foco de contaminación donde, literalmente, se tiró a la basura una inversión de más de 35 millones de pesos
Nadia Irene González
Matamoros, Tamaulipas
Merecedor del premio nacional “Hábitat 2006”, el proyecto del Relleno Sanitario Regional “Matamoros Limpio” -calificado como visionario y ejemplo del manejo de residuos urbanos-, fue prácticamente aniquilado durante la administración municipal del exalcalde Erick Silva Santos.
Tras concebir el proyecto, Baltazar Hinojosa Ochoa, presidente municipal de Matamoros, recibió de manos del entonces presidente Vicente Fox el premio “Hábitat” por el diseño y operación del tiradero. Bastaron sólo cinco años para que este espacio fuese considerado pérdida total y una amenaza al ecosistema.
Incluso, habitantes del sector interpusieron una demanda ante la Procuraduría Federal del Protección al Ambiente (Profepa), porque las celdas del relleno sanitario permanecieron incendiadas durante meses hasta que, el 21 de julio de 2010, se inundó.
Hasta entonces, y pese a la evidencia de abandono, el relleno sanitario operaba con anomalías que, se ha calculado, tomará tres años reparar para que pueda operar de acuerdo a la normatividad.
Tendrá que pasar una década, con un trabajo constante, como se podrá nuevamente aspirar a otro premio o reconocimiento por la eficiencia de operación del basurero.
Grupos ambientalistas calculan que el rescate del relleno sanitario es cien veces más caro de lo que hubiera costado darle el mantenimiento normal.
El tiempo de vida del relleno sanitario, que se calculaba sería de hasta 40 años, se ha reducido a cinco, por lo que la administración del actual alcalde, Alfonso Sánchez Garza, asumió su rescate y saneamiento.
Esto ha permitido incrementar a 28 años su funcionamiento óptimo, un plazo que se busca ampliar en la medida que se le sanee.
EL TAMAÑO DEL DAÑO
La Secretaria de la Comisión de Limpieza Pública en el Cabildo de Matamoros, Elsa Astudillo de Guerra, dijo que al ver el relleno “Matamoros Limpio” no pudo evitar llorar.
“Cuando llegué me dio mucha tristeza, hasta lloré porque recordaba cuando lo inauguró Baltazar Hinojosa y era un sitio precioso y el detrimento que sufrió en los últimos años fue demasiado… era una porquería”, dijo.
Lo que se encontró del relleno sanitario el primer día del año 2011 fueron 60 hectáreas impactadas en términos ambientales, un alto porcentaje de ellas en condiciones deplorables y los efectos de la inundación de 2010 que arrasó con las celdas y diseminó la basura por varios kilómetros.
En esa ocasión los residuos llegaron a contaminar la zona de recarga de acuíferos o drenes, el manto friático, el ejido “La Tijerita” y hasta zonas de almacenamiento de agua potable, según admite quien estuvo a cargo de rescatar dicho espacio, varios meses después de la serie de siniestros.
José Magdaleno Rodríguez Anguiano coordina este centro de confinamiento de residuos sólidos urbanos y dio cuenta que cinco ventanas del bordo del Arroyo del Tigre causaron que el agua invadiera todo.
Hoy día asegura que estos hoyos en el bordo están totalmente cubiertos, aunque no se atreve a responsabilizar a nadie por el saqueo que duró meses y fue realizado con maquinaria pesada.
El entonces jefe de la Unidad de Análisis de Riesgos de la Comisión Estatal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris), óscar García Hinojosa, reconoció en su momento que se encontraron concentraciones altas de bacteria E-Coli.
Pero habitantes como María Valtierra, que perdieron sus pertenencias, aseguran que lo más doloroso fue ver sus casas inundadas de basura mezclada con agua.
“De haber estado dicha barrera en óptimas condiciones los daños habrían sido menores y no tan cuantiosos, pero no se cuidó el bordo” dice.
Tan sólo en el ejido la Tijerita se tuvo que evacuar a diez familias, ellos debido a que además del agua de la inundación forzada por la apertura de las presas Falcón, el Cuchillo y la Amistad, las invadió la basura que arrastró a su paso por el relleno sanitario.
EL NULO CUIDADO AL PROYECTO
Luego de que las celdas quedaron inoperables y devastadas, se perdió por completo la inversión de 35 millones de pesos que se usaron para construir este lugar.
Rodríguez Anguiano asegura que en los tres últimos años se debieron de haber invertido otros 35 millones de pesos para darle mantenimiento al lugar.
“Lo que encontré fueron 48 hectáreas impactadas por las cenizas de incineración de residuos, además de cobertura vegetal, es decir plantas que invadían las celdas, sumado a ello fauna nociva y el más absoluto de los abandonos y las negligencias”, refirió.
Como ejemplo dijo que de los 30 tubos de bio-gas colocados en la administración de Hinojosa Ochoa, a inicios de este año, había uno solo, pero ninguno de lixiviados. “Todo estaba incinerado”, reconoció,
Agregó que proliferaban ratones, zancudos, cucarachas y toda clase de aves carroñeras, además de la presencia de una jauría de 40 perros callejeros que se alimentaban de los despojos que no eran cubiertos como lo indicaba la norma.
“Actualmente tenemos sólo tres perros, uno de los cuales es mascota del grupo de gente que vivimos y trabajamos en el relleno, además ya es común ver aves canoras, gatitos y otros animales en estado silvestre que son benignos para el ecosistema”, precisó.
Con respecto a las personas que integran su equipo de trabajo, admitió que son seis, del total de 25 que laboraban desde la administración anterior, lo que evidenciaba que había demasiada gente que no hacía lo que correspondía.
Rodríguez Anguiano asumió las indicaciones del alcalde Alfonso Sánchez como un reto con plazo, pues precisó que de no lograr “echarlo a andar” le presentaría su renuncia el 29 de mayo; sin embargo, hasta el pasado 15 de junio reportaba un 90 por ciento de avance en su compromiso.
MIRANDO HACIA EL FUTURO
Tanto Rodríguez Anguiano, como Elsa Astudillo de Guerra y la presidenta de la Comisión de Limpieza Pública en el Cabildo, Marcela Hernández Enríquez, coinciden en que se debe tener un proyecto que integre a la sociedad y a las autoridades para tener un relleno sanitario de altura.
Hernández Enríquez asegura que existe un saneamiento avanzado, aunque admite que no ha hecho un recorrido físico por el lugar.
Consideró alentador que maquinaria costosa que estaba sin operar durante la pasada administración estén trabajando en el mantenimiento del relleno.
“La cortadora de llantas es muy útil, pues diariamente se reciben 1 mil quinientas llantas y estas se pueden usar, tengo entendido, en el mismo lugar”, refirió.
Dicha maquina fue proporcionada por la Agencia de Protección al Ambiente de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) y permite que los residuos sean colocados en una de las seis celdas.
Otro ejemplo de los avances es que en la Cuarta Celda se colocan desechos orgánicos, que son generadores de composta, y de acuerdo con el personal ahí van a parar los desechos de empresas procesadoras de alimentos como una que envía manitas de jaibas.
Además a la quinta de estas celdas se destinan animales muertos que en su mayoría son retirados de la vía pública, incluyendo los restos de un tigre que murió tras el espectáculo de un circo.
Por eso Rodríguez Anguiano hace hincapié en la importancia de sanear este relleno que en su momento, habitantes del sector solicitaron fuera cerrado, y que en la actualidad admiten tiene una serie de bondades.
“El reciclaje se está haciendo cada vez más natural y la gente está dando más valor a sus desechos orgánicos, como lo marca la Ley General de Prevención y Gestión Integral de los Residuos”, mencionó.
Los ciudadanos – dijo – están cada vez más normados por el “Confinamiento Cero” que es el verdadero futuro del manejo de los desechos sólidos aprovechando todo lo que tiene que ver con su optimización a través del reciclaje.
“Siendo pragmáticos en estos momentos el 40 por ciento de los desechos urbanos pueden ser aprovechados, pero estamos aplicando nuestro esfuerzo en que sea el 100 por ciento de ello”, sentenció.
Uno de estos esfuerzos es el de los jóvenes de la Escuela Secundaria General Número 8 “Filemón Salazar Jaramillo”, quienes atendiendo una convocatoria de Felipe Cázares y la Organización “Razón de Ser” lograron recolectar 3.6 toneladas de plástico PET en sólo 30 días, que se sumaron al de otras 23 escuelas, logrando un total de 6.5 toneladas de este material reciclable.
La última de las celdas del relleno, se inauguró el pasado 5 de junio durante la conmemoración “Día Mundial del Medio Ambiente” y tiene capacidad para dar cabida a la basura que se genere hasta el 2030, aunque para entonces se espera que sólo sea aquello que no se puede destinar a su tratamiento para la reutilización.
LAS NUEVAS CONDICIONES
Entre las mejoras que se realizaron al tiradero están las nuevas membranas que tienen un plazo óptimo de 4.2 años y el reemplazo de los tubos de bio-gas y lixiviados.
Tiene además equipo que comprime los residuos y que coloca una gruesa capa de tierra que reduce su descomposición a cielo abierto, los olores y la ignición.
Además se pavimentó de la carretera de acceso al relleno, facilitando el manejo y dando un óptimo aprovechamiento en cuanto al traslado de basura al lugar.
“Asumimos que era necesario que estuviera un metro arriba del nivel, lo que garantiza el acceso, pero sobretodo el manejo ordenado”, dijo su coordinador.
De la visible mezcla de residuos peligroso, tóxicos incluso y orgánicos, en la actualidad hay un cuidadoso trabajo de selección y la aplicación de las normas ambientales que establecen seleccionar, separar y cubrir las capas de residuos, conforme se hubiesen colocado, no dejando nada al aire libre.
“Anteriormente las celdas de emergencia se habían convertido en un tiradero al cielo abierto y esperamos tener en este año hasta 90 tubos de bio-gas, lo que nulifica la posibilidad de que el relleno vuelva a prender, como ocurrió hasta febrero de éste año”, destacó Rodríguez Anguiano.
Con todas estas acciones, las autoridades esperan que, un día, puedan volver a aspirar a otro reconocimiento nacional y dotarle a la ciudad de un confinamiento óptimo de sus desechos.3