Omar Huerta Martínez se desenvuelve en uno de los trabajos más sucios de Monterrey, pero que irónicamente se encargan de mantener limpia la ciudad; la recolección de basura es uno de los empleos más útiles, pero también difíciles y de menor reconocimiento en la localidad.
Por Emanuel Suárez/ Monterrey, Nuevo León
Compartiendo un día de labores con Omar, en la colonia Fidel Velázquez, de Monterrey, pudimos constatar el esfuerzo que las 86 cuadrillas de la empresa PASA desempeñan, mientras el joven recolector compartió detalles y anécdotas de su vida.
Los riesgos de su oficio como cortaduras, fracturas, problemas con colonos, atropellos, mordeduras de perros, entre otros, comienzan desde el primer instante. Se debe de estar al pendiente en todo momento, pues al recoger los desechos, las bolsas y botes de basura guardan en su interior materiales que pueden tornarse peligrosos, como objetos punzocortantes.
“De repente, cuando agarramos una bolsa trae vidrios y nos puede cortar, si no agarramos la bolsa del nudo puede ser peligroso. A veces las bolsas traen hormigas o se ponen bien pesadas cuando les cae agua.
“La gente nos facilitaría el trabajo no mezclando en la basura vidrios o cosas con las que te cortas, uno nunca sabe si vas a agarrar una bolsa y hay un vidrio… no dejen que los botes se llenen de agua, es dificilísimo, a veces imposible levantarlos”, es la petición que Omar realiza a la ciudadanía.
Y es que en ocasiones el equipo de seguridad que se le proporciona a la cuadrilla, que consiste en traje especial y guantes, resulta poco útil si los materiales de desecho no son manejados de la manera apropiada.
Levantar los pesados botes de desechos ya es en sí una tarea difícil para los recolectores; sin embargo, no hay nada más complejo en este oficio que enfrentarse a los arranques de la población.
Entre anécdotas, Omar asegura que la mayoría de los conflictos son producto de la inconsciencia social.
“La gente deja sueltos a sus perros, y a veces no podemos acercarnos a agarrar la basura. Luego la gente anda borracha y enfiestada, nos mientan la madre y nos quieren pegar porque el camión bloquea el paso o porque todavía no pasamos a recoger la basura de su casa, se vive de todo aquí”, comentó.
Y como en todo trabajo, los recolectores de basura no están exentos de tener accidentes, en ocasiones estos incidentes no provocan más allá que simples dolores, pero en otras, pueden llegar a existir lesiones en la cintura o incluso presentarse complicaciones aún más graves.
Olegario Reyes Ley, es otro integrante de la cuadrilla que durante el recorrido comentó algunos de los delicados sucesos que ha presenciado.
“Hemos tenido incidentes, es peligroso estar aquí, todo por los carros que pasan por los lados, a un compañero, un camión grande lo prensó con un poste de luz, hace tres meses” platicó.
Y aunque las adversidades estén presentes, laborar bajo las inclemencias del cambiante clima regiomontano, el sofocante tráfico y los peligros de la ciudad, también conlleva una recompensa extra, ya que existen quienes reconocen cada gota de sudor y esfuerzo que estos luchadores realizan, otorgándoles unas cuantas monedas.
“La gente es muy agradecida si haces bien tu trabajo, si lo haces mal ni siquiera se toman el tiempo en salir. El sector popular es el que más te da propinas pero en general en todos los sectores de la ciudad nos ganamos unos pesos de más”, mencionaron Omar y Olegario.
Además, entre otras recompensas, también se encuentra la que se esconde en la misma basura, ya que trabajar con ella es como lidiar con un estuche de monerías, continuamente, debajo de ese mal olor y apariencia desagradable, se esconden objetos que pueden ser valiosos.
“La gente tira muchas cosas a la basura, hemos encontrado relojes, anillos, monedas, de todo. Nosotros no nos dedicamos a pepenar, pero sí se encuentra de todo uno aquí”, mencionó Huerta Martínez, quien aseguró que aunque su función no es hurgar entre los desechos, reconoce que en ocasiones se pueden encontrar cosas aún servibles.
Empresa socialmente responsable
Mantener limpio un municipio que sobrepasa el millón de habitantes, como Monterrey, requiere de un equipo que jale en conjunto para sacar a flote el trabajo. Es por eso que detrás de Omar, Olegario y cada recolector está una compañía encargada de brindar el soporte y herramientas que estos trabajadores necesitan.
Ubicado en la zona poniente de Monterrey, la empresa Promotora Ambiental de la Laguna PASA, es desde enero de 2002 la encargada de llevar a cabo las operaciones de recolección de basura de más de 270 mil hogares y negocios pequeños de la capital del Estado mismos que son transportados a Simeprode, el confinamiento localizado en el municipio de Salinas Victoria.
Con una flotilla de 90 unidades, mismas que recorren alrededor de mil 300 hogares cada una, el servicio se ofrece de manera terciada en los diversos sectores de la ciudad, con excepción del primer cuadro, donde las labores de limpieza se efectúan diariamente y hasta en horario nocturno.
“Tenemos 86 unidades de carga trasera, las que todos vemos en las casas, tenemos también dos unidades de carga lateral que son para servicios en las zonas de difícil acceso o zonas muy restringidas, como el centro de la ciudad y dos camiones tipo “roll off”, que las utilizamos en las campañas de descacharrización que estamos participando con el municipio para mejorar un poquito la salud”, indicó Azael Torres Chavarría, gerente general de PASA.
La Promotora Ambiental adquirió nuevamente en 2007 la concesión que le permitirá proveer el servicio de recolección de basura a la capital del Estado hasta 2014, es por eso que comprometidos con la población regiomontana, la empresa acentuó su enfoque social y ecológico.
Acorde a Azael Torres, un alto porcentaje de lo que la gente arroja a la basura es material reciclable, como cartón, vidrio, papel, plástico, por lo que se han ideado programas que permitan rescatar dicho elementos.
“La composición que hemos encontrado en a basura es que realmente es un 30 por ciento lo que es basura ya no reciclable, podemos reciclar el 70 por ciento pero desgraciadamente no ha habido mucha apertura por parte de la ciudadanía para segregar (la basura)”, dijo.
La “ruta ecológica” es uno de los programas con los que la organización cuenta y que acapara cerca de un seis por ciento de la participación de la población.
“En el municipio de Monterrey tenemos dos rutas ecológicas que nos permiten acudir una vez a la semana a, aproximadamente, 130 colonias. En ésta les recogemos todos los desechos que son reciclables como vidrio, cartón, papel, en fin”, comentó Heriberto Garza González, jefe de Atención Ciudadana de PASA, quien además explicó que esta ruta está diseminada por diferentes colonias de Monterrey de distintos niveles socioeconómicos con el fin de medir el grado de participación de la ciudadanía en estas actividades.
Conscientes de que lo más jóvenes son quienes pueden ayudar en mayor proporción PASA maneja también “Ayudemos a reciclar”, programa que se desprende de la ruta ecológica y que es llevado a alumnos de tercero y cuarto de primaria para que de una manera interactiva, los pequeños aprendan a clasificar y separar los desechos caseros.
“Tenemos una campaña en las escuelas para enseñar a los niños a reciclar, tenemos un programa que se llama ‘Aprendamos a Reciclar’, que nos diseñó la Secretaría de Educación Pública; básicamente, ahorita en las escuelas es en donde está llevándose a cabo la ruta ecológica para que desde la casa se genere un efecto multiplicador y podamos forzar a nosotros los adultos a reciclar mejor”, añadió el gerente de PASA.
Acorde a los estándares internacionales de segregación y reciclaje de basura, Monterrey cuenta aún con poca colaboración por parte de la sociedad, ya que al no ser una actividad generalizada, los medios de comunicación no pueden darle la difusión requerida.
La cultura de la ecología representa, actualmente, tema de debate en los principales foros mundiales, por ende, la ayuda que empresas y población ofrezca a la conservación del medio ambiente hoy, será crucial para la ecología. A nivel local, el separar y colocar de forma adecuada los desechos contribuiría a amortiguar el esfuerzo no son sólo de aquellos que día a día se ganan el pan a través de la recolección de basura sino también del planeta que, hoy más que nunca, necesita un respiro.