Sin un Poder Judicial corrupto, Calderón en la lista de pillos a enjuiciar

Sin un Poder Judicial corrupto, Calderón en la lista de pillos a enjuiciar

La historia de corrupción urdida a los más altos niveles en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa decantó un escándalo internacional.
FOTO: PABLO NAVA/CUARTOSCURO.COM

La historia de corrupción urdida a los más altos niveles en el gobierno del panista Felipe Calderón Hinojosa decantó un escándalo internacional. Recientemente, en las cortes estadunidenses, el juez Brian M Cogan dictó una sentencia de 38 años en contra de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública a nivel federal, por sus nexos con los cárteles de la droga en México.

La historia todavía no concluye. Podría decirse que su clímax apenas está por escribirse una vez que, gracias a la Reforma Judicial, jueces, magistrados y ministros que, sin intereses ni nexos con los políticos neoliberales, lleven ante el banquillo de los acusados a un narcopresidente.

Refugiado en España, y tras el falló en contra de su excolaborador, el exprimer mandatario indicó no haberse enterado de la serie de pillerías de García Luna, ni “haber recibido información en tal sentido de agencias de inteligencia mexicanas o extranjeras”. Habló con el mayor de los cinismos en las redes sociales.

El caso es que el dipsómano Calderón Hinojosa miente en cualquier sentido. Desde su llegada al cargo, supo la clase de delincuente que era Genaro García Luna. Hay dos personajes claves que echan abajo sus actuales embustes, pues le advirtieron de la peligrosidad y los torcidos nexos de su secretario de Seguridad con los capos de la droga, además de los asuntos de evidente corrupción.

El primero fue el excoordinador de Seguridad Nacional de la entonces Policía Federal Preventiva, Javier Herrera Valles. El 15 de febrero del 2008, le expuso en una de sus tantas misivas:

“Señor presidente, lo más preocupante para la Seguridad Pública de nuestro país es que el ingeniero García Luna continúa sin dirección en la Policía, mintiéndole a usted y a la sociedad haciéndole creer en una coordinación entre PFP y AFI que no existe, siendo ampliamente comentado por los diferentes medios de comunicación, su pugna con el Secretario de Defensa Nacional y el Procurador General de la República”.

Y no mintió, pues el poder que Calderón le confirió a su “súper policía”, ahora revelado como un “súper pillo” por la justicia estadunidense, no tuvo límites. El narcopresidente no sólo desoyó las alertas del funcionario, sino también consintió que García Luna fincara una serie de acusaciones falsas, al grado de atribuirle vínculos nada menos que con el Cártel de Sinaloa; es decir, el grupo delictivo, con el cual el ahora sentenciado tenía pactados acuerdos por varias decenas de millones de dólares.

El 18 de noviembre del 2008, 10 meses después de que Herrera Valles iniciará el envío epistolar al entonces presidente, en el cual denunciaba la serie de irregularidades de García Luna, fue encarcelado en el penal de Puente Grande. Su supuesto acusador directo fue nada menos que Sergio Enrique Villarreal, el Grande, a quien ni siquiera conocía.

Calderón sostiene no haber tenido conocimiento de las rapacerías de su exsecretario de Seguridad. Sin embargo, desde el sexenio de Vicente Fox, el titular de la Seguridad Nacional, Alejandro Gertz Manero, denunció a García Luna ante la entonces Procuraduría General de la República (PGR).

La acusación se debe a la desaparición sin justificación alguna de más 50 millones de pesos, supuestamente asignados al pago de testigos protegidos. El entonces procurador, el general Rafael Macedo de la Concha, debió hacer mutis cuando el propio Fox ordenó congelar el caso.

FOTO: 123RF

¿Acaso tampoco supo Calderón del montaje armado por García Luna en el Rancho Las Chinitas, por el rumbo de Topilejo, en la detención de la francesa Florence Cassez, acusada de pertenecer a los Zodiacos, presunta banda de secuestradores?

Como se recordará, el 9 de diciembre del 2005, y con el apoyo de periodistas corruptos y faltos de ética como Carlos Loret de Mola, el entonces titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), urdió una patraña para aparecer como el defensor de la seguridad de los ciudadanos ante la opinión pública.

Transmitiendo en vivo y con el guión del engaño bien ensayado, las cámaras de Televisa siguieron paso a paso a los “valientes” agentes en la detención de la ciudadana gala y su novio, Israel Vallarta, supuestos cabecillas de los criminales.

En el proceso legal y diplomático para obtener la libertad de su ciudadana, las autoridades francesas comprobaron que la detención había sido un día antes del señalado en la pantomima. Por vicios al debido proceso ocasionados por el “súper policía”, es que los ministros de la Corte determinaron otorgarle su libertad.

Otra voz que le advirtió a Calderón sobre la relación de Genaro García Luna con el narcotráfico fue el general Tomás Ángeles Dauahre, en 2007. Su franqueza militar y honestidad en la defensa de las instituciones le costó su libertad. Y vaya casualidad, también se le acusó de tener vínculos con el Cártel de Sinaloa, a través de los hermanos Beltrán Leyva.

Una vez concluido el sexenio del narcopresidente, el general obtuvo su libertad al comprobarse la falsedad de las acusaciones en su contra. Igual situación se dio en el caso de Javier Herrera Valles, quien salió de prisión el 6 de septiembre del 2012. Los jueces no validaron ninguna de las pruebas falsas con que fueron incriminados.

Imposible que un presidente no supiera los motivos verdaderos de la reclusión de un general de tal nivel, ni de un coordinador de primer orden en la Policía Federal Preventiva.

Y ahora que el Poder Judicial corrupto está por irse, Calderón Hinojosa y otros de sus exfuncionarios, como la entonces titular de Energía, Georgina Kessel, dejarán de gozar de impunidad.

Será el momento de llamarlos, porque la complicidad siempre existió en beneficio del narcopresidente y su gabinete. A tal grado que, al término de su gestión, Calderón y Kessel fueron contratados por la firma Avengrid, filial de la trasnacional Iberdrola, a la cual tantos contratos millonarios y compra de energía le fueron otorgados.

Son muchos los delitos cometidos por el espurio Calderón, que ahora finge demencia: miles de asesinatos y desapariciones; un incontrolable tráfico de drogas, y la brutal represión contra los 44 mil agremiados del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).

Fueron lanzados a la calle en las sombras de la noche mediante un operativo de miles de elementos policiales y castrenses, bajo las órdenes del hoy sentenciado, Genaro García Luna, para imponer el Decreto de Extinción de Luz y Fuerza del Centro, infamia que este 11 de octubre cumplió 15 años.

Es así que el rompecabezas comienza a tomar forma. En éste, va apareciendo la figura de Calderón tras las rejas. Cuestión de unos meses para que el pueblo de México exija justicia ante un renovado Poder Judicial, al cual no debe temblarle la mano para enjuiciar a un expresidente.

Martín Esparza Flores*

*Secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas

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