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 “Ayuda” para Siria que busca derrocar a su presidente

 “Ayuda” para Siria que busca derrocar a su presidente

Berlín, Alemania. La Cumbre de Donadores Internacionales para Siria organizada en Bruselas, Bélgica, el pasado 25 de abril, reunió a 85 delegaciones de países con el afán de recolectar fondos para la reconstrucción de la República Árabe Siria. Sin embargo los grandes ausentes en esta reunión fueron los representantes del gobierno sirio, como también del iraní y del ruso, quienes no fueron invitados. En el programa estuvo la recolección de fondos necesarios para volver a levantar el país después de 7 años de estragos y destrucción producto de la guerra civil, aún en curso.

La Unión Europea y los donadores se pusieron la meta de alcanzar 3.6 mil millones de euros para la ayuda humanitaria para los refugiados sirios, no obstante que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) calcula que harían falta 6 mil millones de euros. El mayor contribuyente de los Estados miembros de la U es actualmente Alemania, quien prometió para este fin 1.8 mil millones de euros hasta 2020. Francia, por su lado, ha prometido aportar 1.1 mil millones de euros. Mientras, Bélgica se comprometió con 26 millones de euros.

La Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini declaró a la prensa que “la Unión Europea y la comunidad internacional solamente se van a involucrar en la reconstrucción de Siria, cuando haya un proceso político bajo los auspicios de la ONU”.

Entre líneas esto querría decir que lejos de apoyar al gobierno constitucional en Damasco, el cual está ganando terreno a la oposición armada y al autoproclamado Estado Islámico, la “comunidad internacional” se reserva el derecho de hacer llegar el dinero recolectado en nombre de la población siria, bajo la condición de que el país emprenda una transición política, si no es que directamente se produzca un golpe que derroque a Al-Assad y ponga en su lugar a gobernantes más afines con Berlín, Washington o París.

El nuevo ministro de relaciones exteriores alemán, Heiko Maas, junto a Mogherini reiteraron que “el objetivo es una Siria democrática. Esto no será fácil. […] La guerra puede conducir a una victoria militar, pero no a la paz”. Con toda evidencia la victoria de la coalición Siria, Irán, Irak y Rusia están en la delantera, mientras que la liberación de territorios controlados por rebeldes en los alrededores de la capital siria ha sido un franco éxito para el Ejército Árabe Sirio. Con los opositores al gobierno en retirada la presión internacional tiene que compensar la pérdida de control efectivo en el país.

No sorprende a primera vista la línea de la conferencia, visto que en el pasado voceros tanto de la Unión Europea como de instituciones afines y algunos gobiernos europeos con mayor o menor insistencia ya han hecho declaraciones análogas en el pasado. Más bien la estrategia empleada parece presionar cada vez más a la Federación Rusa ante su postura de apoyo hacia el gobierno de Bashar Al-Assad.

Se estima que cerca de 6.1 millones de sirios se encuentran en calidad de desplazados de guerra, además de que 13 millones de ciudadanos están necesitados de ayuda humanitaria urgente. Cuando alrededor de 5 millones de sirios se encuentran fuera del país y sobreviven en campamentos de refugiados en el Líbano, Jordania o Turquía, muchos otros buscaron asilo en la Unión Europea, principalmente en Alemania.

“Necesitamos que Rusia e Irán ejerzan presión sobre el régimen de Damasco para que acepte sentarse a la mesa de negociación auspiciada por la ONU”, declaró Federica Mogherini. Agregó que “el dinero de la Unión Europea para la reconstrucción no estará disponible mientras que no haya un comienzo de un proceso de transición política en Ginebra”.

Esta conferencia ocurre el contexto de una creciente tensión internacional, donde una parte de la comunidad internacional ha acusado al gobierno sirio de llevar a cabo ataques con armas químicas en la enclave de Duma, entonces controlada por los rebeldes sin esperar siquiera que una comisión independiente de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW, por su sigla en inglés) verifique tales hechos.

A su vez los ataques coordinados de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido contra Siria sin ninguna aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU el pasado 14 de abril 2018 ponen en evidencia la discordia entre quienes apoyan al régimen sirio y quienes buscan su derrocamiento.

El diplomático ruso acreditado ante la Unión Europea, Vladimir Chizhov, declaró al respecto a la agencia TASS que una delegación del gobierno sirio “debería de haber sido invitada porque estamos hablando acerca de encarar las necesidades del pueblo sirio, así que debería de haber alguien representando al pueblo sirio”. Moscú apoya a Damasco no solamente en el plano diplomático, sino militarmente desde 2015. Además de contar con bases militares en el país desde donde mantiene una flota naval importante en el puerto de Tartus.

La estrategia de forzar a Bashar Al-Assad a la mesa de negociación mediante el chantaje económico demuestra nuevamente la inquebrantable voluntad de un cambio de régimen por parte de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña. Cuando las fuerzas antigubernamentales se debilitan cada vez más y el gobierno recupera terreno perdido, hace falta intensificar la presión mediática como último recurso.

Los fondos recaudados para la futura reconstrucción del país sumido en una guerra civil se están usando con fines políticos claros, para alcanzar tardíamente lo que no se consiguió en el terreno militar. Bajo el eufemismo de una “transición política” se busca afianzar a las fuerzas rebeldes políticamente y poner en entredicho las conferencias de Astana, Kazajistán, las cuales bajo el liderazgo de Rusia han demostrado ser una alternativa viable para alcanzar una solución con la inclusión del gobierno legítimo sirio.

Conforme el ejército sirio se haga con cada vez más territorio perdido a los rebeldes, más fuertes se podrían hacer las voces de quienes apoyan y financian su actividad bélica. Con el precedente de los bombardeos franceses, ingleses y estadunidenses, nada más falta que éstos en un futuro estos ataques produzcan bajas entre los soldados rusos. Entonces finalmente tendremos el casus belli para la confrontación militar abierta entre Rusia y Estados Unidos en Siria que lleve hacía una guerra en toda forma.

Axel Plasa/Corresponsal

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