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Bolivia: democracia interrumpida*

Bolivia: democracia interrumpida*

Bolivia

En Bolivia, el siglo XXI se ve marcado por el avance de la democracia. En este contexto el libro Democracia Interrumpida de Julio Peñaloza Bretel, de la editorial Ensayo, es valioso para entender este proceso en el que el pueblo boliviano ha sido protagonista en la lucha contra el colonialismo del imperio español ayer y contra el neocolonialismo del imperio yanqui hoy.

La lucha rebasa 500 años de resistencia indígena y popular, Peñaloza inicia su libro a partir de la gesta de Túpac Katari y Bartolina Sisa. En el siglo XVIII, los métodos de control del colonialismo eran brutales, basta rememorar el cruel descuartizamiento de Tupac Katari, atado a caballos. Él había adoptado su nombre en homenaje a Túpac Amaru II, último inca de Perú (quien lideró la más grande rebelión indígena anticolonial); y Tomás Katari, cacique aymara de Chayanta.

A sangre y fuego reprimían a las naciones originarias. Un 15 de enero de 1781 fue asesinado Tomás Katari, dirigente aymara que reclamaba sus derechos y fue ejecutado atado de manos y tirado a un precipicio en Cuesta de Chataquilla, Alto Perú (actual Bolivia). Lideró junto a sus hermanos una insurrección contra la ocupación española, también participaron su esposa Micaela Bastidas, hijos, parientes y seguidores quienes fueron asesinados. El mismo año, en Perú, la gran rebelión de Túpac Amaru II fue aplastada, él  fue apresado y ejecutado bestialmente.

Casi al mismo tiempo del asesinato de Tomás Katari, es cuando estalla la masiva rebelión del aymara Julián Apaza Nina, que adopta el nombre de Túpac Katari. Este dirigente lideró una de las rebeliones más extensas contra el Imperio Español en el Alto Perú, junto a su esposa Bartolina Sisa; y su hermana menor Gregoria Apaza. Su movimiento fue aplastado. Pero la lucha y su ejemplo han continuado y dado frutos en el siglo XXI.

Hoy ya no vivimos el Colonialismo, sino el Neocolonialismo, la lucha ya no es contra el imperio español sino contra el imperio yanqui. Y en Bolivia, las naciones originarias, los mineros, los trabajadores en general, han continuado una obstinada resistencia contra la explotación de la gente, de la Madre Tierra y el saqueo de sus recursos.

FOTO: 123RF

En el Siglo XX estas luchas han sido reprimidas constantemente, Peñaloza nos recuerda en su libro las matanzas en el pueblo de Jesús de Machaca en 1921 contra la población que defendía sus tierras en la lógica de guerra contra los ayllus y las markas, en ese entonces asesinaron a 119 comuneros. También rememora la masacre de Uncía en 1923, en el centro minero, contra trabajadores de la Federación Obrera Central de Uncía para frenar la sindicalización. Menciona la masacre de Catavi en 1942 producto de la lucha de los mineros exigiendo aumentos salariales y contra los “barones del estaño” al servicio de los intereses de Estados Unidos. En esta gesta se destacaba María Barzola y las mujeres al frente de miles de personas. El ejército disparó contra los marchistas asesinando a más de 20 trabajadores que reclamaban sus derechos. Otro indignante episodio fue la represión de Potosí en 1947 en la que la policía disparó indiscriminadamente contra los mineros del Sindicato de Metalurgistas de la Empresa Unificada.

El libro también recoge la Masacre del campamento Siglo XX en 1949 en la que el ejército asesinó a alrededor de 300 obreros y la masacre de 1965 en Siglo XX y Catavi para eliminar los sindicatos mineros a los que René Barrientos declaró “zonas militares” y  más tarde la Matanza de San Juan en 1967 cuando el Che Guevara se encontraba en Bolivia y el gobierno temía la alianza de obreros y mineros con la lucha guerrillera.

En 1974 miles de obreros y campesinos en Cochabamba realizaron bloqueos que el ejército rompió cobrando más de 200 víctimas. Enfrentaban al dictador Hugo Banzer que devaluó la moneda siguiendo los típicos dictados del Fondo Monetario Internacional y afectando la economía popular.

Ocurre en 1979 la masacre de Todos los Santos contra la resistencia civil decretada por la Central Obrera Boliviana para enfrentar el golpe de Estado de Natusch Busch que cobró más de 100 vidas. Y otras como la masacre de la calle Harrington en 1981 y la de Amayapampa, Capasirca y Llallagua en 1996 para aplastar la resistencia minera contra la entrega del oro a la empresa canadiense Vista Gold en la que la intervención militar ordenada por Gonzalo Sánchez de Lozada reprimió violentamente la protesta cobrando 11 vidas.

Hugo Banzer y Gonzalo Sánchez de Lozada impulsaron medidas neoliberales intentando la privatización del agua y del gas. En 2003 se promulgó la ley 2029 que entregaba el agua de Cochabamba a la corporación extranjera Bechtel, a pesar de la represión, estalló la Guerra del Agua, la presión de la gente logró que se abrogara la ley que entregaba el precioso líquido. Ese mismo año se desató la Guerra del Gas en la que la población evitó que se entregara el gas al extranjero, la represión del ejército fue brutal, masacraron a 65 personas en El Alto, donde se desarrollaba un Paro Cívico, en la llamada Matanza de octubre.

A raíz de estos movimientos de resistencia se fortalece el campo popular y da pie al triunfo que llevó al gobierno al Movimiento Al Socialismo (Mas) y a Evo Morales.

Después del ciclo de movilización se impulsó la demanda popular de una nueva constitución, no puede haber transformación sin una nueva ley suprema que consagre el cambio de la correlación de fuerzas e implemente medidas que garanticen derechos que sólo estaban en el papel. El 25 de enero de 2009 se realiza el referendo para ratificar la Nueva Constitución con impresionante participación de un 90.3 por ciento del padrón y fue aprobada por un 61.4 por ciento de los votantes.

La Constitución Política de 2009 refundaría el país como un “Estado unitario, social y económicamente de socialismo comunitario”, dividiendo la historia de Bolivia entre República (1825-2010) y Estado Plurinacional (desde 2010). Legalmente cambiaría su nombre de República de Bolivia a Estado Plurinacional de Bolivia. Se dispuso el 22 de enero de 2010 como fecha de la Fundación del Estado Plurinacional, equivalente al de la Fundación de la República del 6 de agosto de 1825. El reconocimiento de las naciones originarias de Bolivia es un paso trascendental a nivel de América y el mundo.

Una gran parte de los países del mundo están conformados por varias naciones y éstas no se reconocen como tales, en Canadá está la nación de Quebec y las naciones originarias, en Estados Unidos decenas de naciones originarias, como también en México, en Chile son reprimidas como la nación mapuche. En Europa por ejemplo, en España están las naciones catalanas y vascas, en Reino Unido Irlanda y Escocia, etc. De modo que el paso que ha dado Bolivia tarde o temprano será mundial, el reconocimiento de las naciones y sus derechos.

Fueron los sindicatos y los pueblos originarios los que con su lucha derrotaron a la oligarquía proyanqui y llevaron al Mas al poder. Benito Juárez y Evo Morales han sido los primeros gobernantes indígenas, ambos permanecieron en el poder 14 años y ambos recibieron grandes críticas de la derecha por este hecho. Pero en sus gobiernos se consolidaron sus países, se rechazó la intervención extranjera y se recobró la dignidad, ambos tuvieron violenta oposición de los conservadores apoyados en imperios extranjeros. Los años del gobierno de Evo fueron de grandes avances para el pueblo. Durante su gestión, Bolivia fue uno de los países con mayor crecimiento económico en Sudamérica, aumentó el producto interno bruto (PIB) en un 5 por ciento anual, valiéndole el mote del “milagro económico boliviano”. La pobreza extrema en Bolivia disminuyó del 36.7 por ciento al 16.8 por ciento entre 2005 y 2015. También se mejoró la distribución del ingreso, disminuyendo la desigualdad con un descenso del índice Gini de 0.60 en 2005 a 0.47 en 2016 según datos del Instituto Nacional de Estadística de Bolivia.

Bolivia rescató en ese período el papel del Estado en los sectores estratégicos: hidrocarburos, electricidad, ferrocarriles; realizó una reforma agraria, rompieron la sujeción a los organismos financieros internacionales y agencias de inteligencia norteamericana, nacionalizó el litio e impulsó una política exterior internacionalista. Por eso promovieron campañas tildando a Evo de “dictador”, nada más absurdo.

Nadie dijo nada a gobernantes como François Mitterrand quien fue presidente de Francia durante 14 años, en Alemania Angela Merkel se reeligió cuatro veces y gobernó 16 años, la difunta reina Isabel fue Jefa de Estado 70 años en Reino Unido sin escándalos en los medios y lo peor es que era Jefa de Estado de países extranjeros como Canadá, Australia, Nueva Zelanda y otros 11 países donde sus pueblos no la eligieron. Ahora, de la noche a la mañana Carlos III es Jefe de Estado sin que los pueblos lo decidan. Pero si un gobernante progresista no se somete a la dictadura de las corporaciones y al neocolonialismo del imperialismo estadounidense entonces quieren que salga rápido del poder.

El gobierno de Evo se aplicó en la educación, con un nuevo tipo de formación y logró disminuir radicalmente el analfabetismo. En materia de salud, se estableció el Sistema Único de Salud para ofrecer sanidad universal y gratuita. En derechos humanos, destaca el reconocimiento de los derechos indígenas contemplados en la Constitución de 2009 y la Ley de identidad de género aprobada en 2016.

En Bolivia se han registrado alrededor de 30 golpes militares durante su historia y habían gobernado sujetos al dominio neocolonial de Washington, a la oligarquía proyanqui y a las empresas extranjeras, con grandes excepciones como fue el caso de Juan José Torres en 1970.

Hubo sucesivos gobiernos represivos y autoritarios que se autonombraban nacionalistas, realizaron algunas reformas y seguían la vía electoral como los de Víctor Paz Estenssoro o Hernán Siles Suazo, pero siempre sujetos a la lógica de Washington. Durante un largo período Estados Unidos impuso regímenes militares educados en la Escuela de las Américas para que siguieran la línea que les marcaban, gobiernos que se imponían por la fuerza militar como los de Hugo Banzer, René Barrientos, Luis García Meza. Podían pasar 14 años con diferentes presidentes pero todos fieles a la dictadura de las corporaciones y a Washington.

En el mundo todo cambia y los viejos métodos de dominación se transforman, una vez desprestigiados los golpes militares, se impuso la “democracia” para esconder los viejos intereses y estos gobiernos emanados de sistemas electorales de viejo tipo que garantiza los grandes intereses siguieron la línea de sometimiento y represión, con nuevas formas que garantizaban el mismo fondo, de este modo pudo volver a la presidencia por la vía democrática Hugo Banzer.

Los gobiernos de Gonzalo Sánchez Lozada, poderoso dueño de minas de estaño, zinc, oro y plata, neoliberal que desmantela la industria petrolera, llevaron a la privatización y enfrentan el repudio popular. Curiosamente fue a juicio en Estados Unidos por violación a los derechos humanos por la Matanza de octubre, en uno de los procedimientos habituales de lavado de cara de Washington.

Los expresidentes Tuto Jorge Quiroga y Carlos Meza que se dicen demócratas, enardecidos por que se había roto el ciclo neoliberal y como siempre han fracasado en las elecciones fueron instigadores del golpe de Estado contra Evo Morales en noviembre de 2019. Una vez más recurren al golpismo aunque trataron de disfrazarlo.

En 2019 viene un retroceso. La oligarquía, el imperio yanqui y la Organización de los Estados Americanos, OEA (ministerio yanqui de sus colonias), patrocinaron y apoyaron un golpe de Estado en el que se impuso el gobierno de Jeanine Áñez que masacró en Sacaba-Huayani, Senkata y Pedregal a 37 ciudadanos bolivianos durante las protestas sociales contra los golpistas que volvieron al régimen de la corrupción y el entreguismo al extranjero.

Pero en tan solo un año el pueblo de Bolivia logró revertir el golpe de la derecha en una hazaña que sorprendió y alegró al mundo, el Mas gana las elecciones y llega al poder Luis Arce Catacora para seguir el proceso popular de transformación.

En 2021, la retoma y aplicación del Modelo Económico Social Comunitario y Productivo en Bolivia redujo la pobreza moderada a 36 por ciento y la extrema a 11 unidades sobre 100.

Bolivia sufrió en 2020 un retroceso a lo logrado en 14 años de gestión del Mas. Al reasumir el gobierno su primera medida fue el Bono Contra el Hambre, que benefició a más de cuatro millones de personas. Esto contribuyó al ingreso de las familias y a dinamizar la demanda interna.

En la crisis económica, de salud y alimentaria el presidente Arce se ha manifestado en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra la mercantilización de la salud y por sistemas universales de salud, por un programa global de soberanía alimentaria en armonía con la madre tierra, reconstruir la capacidad productiva y la soberanía económica de los países de la periferia. Además, por el respeto a la naturaleza para enfrentar el cambio climático y destruir el patriarcado. El vicepresidente David Choquehuanca Céspedes se ha manifestado por la revolución de las ideas.

El libro Democracia interrumpida de Julio Peñaloza Bretel nos da una información esencial sobre el marco histórico, además de explicar puntual y claramente cómo operó el golpe de Estado que se presentó por los grandes medios como “renuncia de Evo Morales”, tras los disturbios por un “fraude electoral”. Nos documenta y explica cómo fue el golpe y la usurpación del poder por Jeanine Áñez, las prácticas represivas de los golpistas, su corrupción y desatinos. Es una lectura obligada para aprender de la experiencia boliviana, tan importante para América y el mundo que aspira a una transformación democrática, a la justicia, a la paz y a la liberación plurinacional y social.

*Texto leído en la presentación del libro en la FIL del Zócalo de la Ciudad de México el domingo 9 de octubre de 2022