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Sin esclarecer, paradero de nuestros hijos: padres de los 43

Sin esclarecer, paradero de nuestros hijos: padres de los 43

Sin esclarecer, paradero de nuestros hijos: padres de los 43

“Necesitamos prueba científica indubitable del destino de nuestros hijos”, señalaron esta tarde las madres y padres de los 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, desaparecidos forzosamente desde el 26 de septiembre de 2014. Durante la marcha conmemorativa de los hechos, rechazaron aceptar que se encuentran muertos: “el paradero de nuestros hijos no está esclarecido. Existen pruebas  técnicas preliminares que deben ser estudiadas y analizadas bajo el más alto rigor científico para que estén consolidadas y pueda sostener la afirmación del gobierno”.

Por ello, señalaron que seguirán con la exigencia de presentación con vida de los 43 estudiantes. “No podemos claudicar en la lucha hasta no tener prueba plena que indique su paradero. Será doloroso para nuestras familias saber de su destino sobre todo si es sin vida, pero si nos dan prueba objetiva, científica e indubitable, nos iremos a casa a llorarles y vivir nuestro duelo. A la fecha estas pruebas no las tenemos; por lo tanto, nuestra exigencia y lucha siguen”.

En respuesta al informe que presentó el pasado 18 de agosto la Comisión Presidencial para la Verdad y el Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa, en el que se afirma que no hay indicios de que los jóvenes estén con vida, indicaron: “no podemos irnos a casa con indicios preliminares que no aclaran a cabalidad dónde están y qué pasó con ellos”.

Frente al hemiciclo a Juárez, en el Centro de la Ciudad de México, destacaron que el informe de la Comisión de la Verdad reconozca “que los hechos acontecidos el 26 de septiembre es un crimen de Estado”, pues consideraron que “es significativo ya que evidencia que diversas entidades estatales participaron en la desaparición de nuestros hijos y que deberán ser investigadas y sancionadas”.

Asimismo, subrayaron “la participación de autoridades de por lo menos cuatro municipios aledaños a Iguala, la Policía Federal y elementos del 27 y 48 batallones de Infantería, así como de la 35 zona militar”.

Los padres y madres indicaron que los “hechos de Ayotzinapa fueron complejos. Se desarrollaron en varios lugares, por lo que fue una agresión de gran magnitud que implicó la participación de diversas corporaciones estatales y grupos delictivos que les permitieron controlar y dirigir la agresión criminal y cobarde contra nuestros hijos”.

Asimismo, consideraron que la detención y vinculación a proceso del exprocurador general de la República y autor de la mal llamada “verdad histórica”, Jesús Murillo Karam, representa un avance en el camino del acceso a la justicia. “Hoy, el juez que tramita el caso nos da la razón: Murillo Karam condujo una investigación turbia, irregular, plagada de tortura, de manipulación y siembra de pruebas, construyendo así una mentira que impidió saber el paradero de nuestros hijos”.

Indicaron que “de haberse explorado otras líneas de investigación a escasos días de la desaparición, el éxito de saber su paradero pudo haber sido más objetivo; sin embargo, la acción criminal e inhumana de este señor y otros funcionarios lo impidieron. Por ello, es importante no dejar impune la actuación ilegal de tales funcionarios, por lo que estaremos pendientes del proceso penal que se le sigue a esta persona”.

Los padres y madres de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa indicaron que el informe del presidente de la Comisión de la Verdad –Alejandro Encinas Rodríguez, subsecretario de Derechos Humanos– “abre nuevas rutas de investigación, de búsqueda y de ejercicio de la acción penal que las autoridades competentes deber seguir y agotar”.

Al tiempo, llamaron “a todas las personas, al pueblo de México a elevar la voz para que el caso Ayotzinapa no se olvide y que no quede en la impunidad. A esta generación nos corresponde luchar por la verdad y la justicia, para que hechos dolorosos como el nuestro no sigan pasando”.

Asimismo, saludaron a todas las organizaciones sociales y personas que de muy diversas formas han acompañado la exigencia de presentación con vida de sus hijos. “A casi ocho años, hemos sufrido tragos amargos y llorado lágrimas de sangre por la desaparición de nuestros hijos. La oscuridad continúa, el alba no aparece en el horizonte. Es como si el tiempo se hubiese detenido esa noche lluviosa y oscura del 26 de septiembre”. Las madres y padres gritaron consignas, entre ellas: “¡porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!”

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