Durante el sexenio de Felipe Calderón, el entonces secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, puso a disposición del Cártel de Sinaloa tecnología de punta que el gobierno mexicano compró a Israel. La acusación es de Sergio Villarreal, el Grande, el primer testigo, de 70, que la Fiscalía estadunidense presentó contra el exfuncioanrio mexicano en un juzgado de Nueva York.
En el segundo día del jucio contra García Luna, de nueva cuenta fue presentado Villarreal para ofrecer detalles del involucramiento del llamado “super policía” del gobierno de Felipe Calderón con la mayor organización criminal de México. Aseguró que la tecnología que adquirió México del gobierno israelí para realizar actividades de espionaje y contraespionaje fue usada por el Cártel de Sinaloa para beneficio propio y contra sus adversarios.
De acuerdo con información de los medios que accedieron a la sala del Tribunal Federal de Distrito Este de Nueva York, donde se lleva a cabo el juicio, este martes el Grande también aseguró que García Luna fue secuestrado por Arturo Beltrán Leyva. Lo anterior en el marco de la lucha intestina en la organziación criminal.
Y es que Gracía Luna pretendió seguir “trabajando para todos”, luego de la ruptura y escisión de Los Beltyrán Leyva con el Cartel de Sinaloa.
El narcotraficante confeso y testigo colaborador de la Fiscalía estadunidense abundó en que García Luna fue “levantado” por Arturo Beltrán Leyva para demostrarle que “no había nada imposible”.
En su testimonio, Villarreal Barragán detalló que los Beltrán Leyva se sintieron traicionados por las otras facciones del Cártel de Sinaloa: la de Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, y la de Ismael Zambada García, el Mayo. Les pareció sospechoso que los golpes de la autoridad contra la organización sólo se enfocaban contra uina facción. Con la detención de Alfredo Beltrán, el Mochomo, ya no tuvieron dudas.
Los Beltrán Leyva, particularmente Arturo, se enfurecieron porque habían pagado millones de dólares en sobornos a García Luna a cambio de protección. Según el testigo, el secretario de Seguridad mandaba casi siempre a su “mano derecha”, Luis Cárdenas Palomino, entonces subdirector de Seguridad Privada de la Secretaría de Seguridad Pública, a recoger los sobornos.
“Él seguía trabajando para todos: el Mayo y el Chapo, pero también para Arturo”, dijo el Grande. “Hubo integrantes de la Policía Federal que se fueron de su lado y otros se fueron con Arturo. Fue una guerra muy violenta, todos nos empezamos a matar”, agregó.
El secuestro de García Luna habría ocurrido en el estado de Morelos, sin que especificara fecha. Los narcotraficantes llevaron al entonces secretario de Estado a “una oficina” de los Beltrán Leyva para hablar con Arturo. “Después lo dejaron ir: se lo llevaron a donde lo habían levantado”, aseguró Villarreal Barragán.
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