Es reprobable que medios de comunicación y periodistas trafiquen con el dolor de las víctimas, consideró esta mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador. En su conferencia matutina, indicó: “independientemente de lo legal, de lo jurídico, es inmoral lo que se hace de traficar con el dolor de la gente y de sacar provecho noticioso de asuntos que causan mucho dolor en las familias, en los amigos, en la sociedad”.
Por ello, llamó a comunicadores y medios a comprometerse a cuidar la dignidad de las personas, el dolor ajeno, no sacar raja de las tragedias y no ir por la fotografía más dramática.
Al referirse al manejo informativo que se le ha dado a casos de feminicidios –como el de Debanhi Escobar, criminalizada por ser joven en algunos espacios noticiosos–, desapariciones y violaciones, el primer mandatario consideró que se trata de una inmoralidad.
“No es sacar la nota a cualquier costo y mucho menos manipular. Esto tiene que ver con la actitud ética de los medios. En algunos medios de información hay códigos de ética, en otros no y se permite mentir, calumniar, traficar con el dolor ajeno, el sensacionalismo, el amarillismo, la subordinación al poder, al dinero, pues eso ya lo sabemos.”
López Obrador expuso que esto ya es más visible porque el pueblo está más consciente, más participativo, más politizado, más despierto, denuncia lo que está mal y sólo unos pocos siguen dormidos. Por ello, dijo, con este debate social “los medios de información convencionales ya no van a poder hacer lo que hacían”.
Recordó que “hacían montajes y pasaba de noche, era parte de la normalidad política, entre comillas. Ahora no, cualquier cosa se denuncia y hay mucha libertad, hay miles, millones de personas que son comunicadores. Y celebro mucho lo de las redes sociales. Los programas de redes sociales nuevos, y todos los programas, son muy vistos. Yo no conozco personalmente a muchos de los que interactúan en redes sociales, que informan, pero son muchos muy inteligentes. Un día, ofreciéndoles disculpa por adelantado, voy a dar a conocer sus nombres porque son muy buenos, nada que ver con el periodismo de antes”.
No obstante, el presidente reconoció que esas viejas prácticas aún no se terminan: “eso de que un periodista famoso le hable a un gobernador, a un procurador o al secretario particular del gobernador o al de prensa de un estado:
“—Oye, a ver ¿qué pasó?
“—Pues, está así, así y así.
“—¿Y cómo lo van a manejar?
“—Oye, ahí te pedimos que nos ayudes.
“Y son capaces de distorsionar las cosas. Pero eso ya no es la regla, ya eso es la excepción, ya no es así, los medios no convencionales en las redes sociales de inmediato empiezan a conocerse otras versiones y se aclaran las cosas, ponen en entredicho a las personas, ya es otra cosa.”
No obstante, descartó que su gobierno vaya a regular el tema. “No, eso se regula con la misma prensa, así decían los liberales, se le atribuye a Lerdo, que decía que la prensa se regula con la prensa. Y así está sucediendo, porque ya no es tan fácil que un periodista famoso se lance, porque le va como en feria, o sea, tienen que medirse, tienen que autolimitarse; antes no”.
Como ejemplo, citó la campaña en redes con el hashtag “todos somos Loret”: “¿en qué terminó? Ya nadie quiere ser [Carlos] Loret. Pero así hay otros casos. Antes no, antes calumniaban impunemente, inventaban y no había ningún problema; ahora no. Entonces, yo celebro que la gente está muy despierta, muy consciente, no se dejan manipular”.
De esto último, indicó que lo ha notado hasta en sectores de clase media muy conservadores: “es tanta la campaña en contra de nosotros, tan irracional, extrema, exagerada, intensa, rabiosa, que ya algunos ‘¿será cierto?’, ya empiezan a reflexionar y a hacer un lado el fanatismo, el dogmatismo y a ver las cosas con objetividad, porque es una exageración y al pueblo se le puede engañar una vez, dos veces, decía Lincoln, pero no se le puede engañar toda la vida. Entonces, hay que tener confianza en la gente y esperar a que las cosas se vayan manejando de otra manera”.