Por Trump, cambiaron patrones migratorios en las fronteras de México

Por Trump, cambiaron patrones migratorios en las fronteras de México

Los patrones migratorios cambiaron en la frontera sur de México con la entrada de Donald Trump al gobierno de Estados Unidos
HUIXTLA, CHIAPAS, 03ENERO2025.- Las personas migrantes retoman su camino rumbo al municipios de Escuitla. Piden al Instituto Nacional de Migración (INM) autobuses para poder llegar a la ciudad de México. FOTO: DAMIÁN SÁNCHEZ/CUARTOSCURO.COM

La llegada –por segunda ocasión– de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos ocasionó una serie de cambios abruptos en la migración. Sus discursos de odio y criminalización, las deportaciones masivas y redadas en las calles, han pausado los tiempos en que las personas migrantes se mueven por México, el principal corredor que los traslada a la nación estadunidense. Muchos permanecen en la Ciudad de México, pero también ha disminuido la cantidad de personas que llegan al país

El comienzo del segundo mandato de Donald Trump como presidente de Estados Unidos ha impactado en la migración irrregular, no sólo en su país, sino también en México y Latinoamérica, situación que ha cambiado los ritmos de flujos migratorios, observa Iván Francisco Porraz Gómez, doctor en ciencias sociales y humanísticas por el Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.

Uno de los cambios sobresalientes, dice, es la disposición de las y los migrantes de llegar hasta la nación estadunidense. Últimamente, “a lo mejor ya no están aspirando a llegar a Estados Unidos”. En su monitoreo e investigación a través de la frontera sur, el doctor Iván Porraz ha conversado con integrantes de caravanas, muchos de los cuales le han manifestado su intención de arribar a la Ciudad de México, “y establecerse un rato […], poder sobrevivir unos meses, años, mientras van teniendo algunas oportunidades para cruzar” la frontera norte.

Es algo muy diferente en comparación de las caravanas que salieron el año pasado: “todos querían llegar lo más rápido posible al norte”, apresurados en los últimos meses, y poder atravesar antes del 20 de enero –cuando Trump tomó posesión– “para tratar de solicitar la protección internacional allá” a través de la herramienta CBP One, continúa el también investigador del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur).

Horas después de tomar posesión, el republicano ordenó la cancelación de esa medida, por lo que “muchas de estas personas vieron que sus esperanzas de estar en Estados Unidos se fueron diluyendo”.

De tal manera que, aunado a la política y discursos anti-migración del estadunidense, las y los migrantes “están siendo conscientes de lo complejo que ahora está siendo cruzar”. Por ello, pausan su trayecto y en algunos casos deciden entregarse al Instituto Nacional de Migración para comenzar su proceso de regularización, así como otros “están pidiendo más bien que los deporten ya”, indica el académico.

Por otra parte, si bien todavía hay caravanas que se juntan en el sur de México, se ha visto una reducción en  el número de integrantes. “Hemos estado acostumbrados a ver caravanas con muchas más personas; ahora cada vez son menos, porque también la gente ya no quiere desgastarse, sino que ahora está siendo más estratégica”, apunta el doctor en entrevista con Contralínea.

“El cambio de las políticas [y] de los contextos, configura y reconfigura continuamente estos procesos migratorios: no sólo en cómo transitan o cómo tratan de atravesar México y Estados Unidos”, sino también los tiempos “que tienen que esperar justamente en esa preparación para seguir a otros lados”, complementa Sergio Prieto Díaz, doctor en ciencias sociales y políticas por la Universidad Iberoamericana.

FOTO: DAMIÁN SÁNCHEZ/CUARTOSCURO.COM

México: territorio de paso

México es un territorio estratégico por el tránsito de personas de otras nacionalidades, forzadas directa o indirectamente a salir de sus países, y que buscan llegar a Estados Unidos. Y al mismo tiempo, es el principal territorio divisorio entre el sur y el norte global, señala el doctor Sergio Prieto.

Para 2020, un total de 10.9 millones de personas se habían trasladado a través del corredor migratorio México-Estados Unidos, de acuerdo con el Observatorio de Migración Internacional del Consejo Nacional de Población.

Tan sólo en el primer trimestre de 2024, “más de 360 mil personas cruzaron” México hacia la nación estadunidense, señala la Organización Internacional para las Migraciones. De tal manera, a lo largo del sexenio del expresidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), el tránsito de personas extranjeras irregulares por el país fue en ascenso, de acuerdo con el Boletín Mensual de Estadísticas Migratorias, de la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas de la Secretaría de Gobernación.

Según sus informes anuales, en 2019 se identificaron 182 mil 940 personas en esta situación; para 2020, debido a la pandemia ocasionada por la Covid-19, disminuyó esta cantidad a 82 mil 379 migrantes irregulares. No obstante, en 2021 creció el número en poco más de 3.7 veces, al llegar hasta 309 mil 692 personas extranjeras que transitaban por el país.

A partir de 2022, cuando el flujo se ubicó en 441 mil 409 personas, se ha disparado la cantidad de gente que atraviesa México tras salir de sus países de origen. En 2023 habían sido 778 mil 907, número que fue superado apenas en los primeros ocho meses de 2024. De enero a agosto se identificaron 925 mil 85 migrantes irregulares en el territorio, lo cual significa un crecimiento de 131.9 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2023 (398 mil 991), exhibe el documento.

Tan sólo Chiapas y Tabasco conjuntaron el 81.9 por ciento del total de personas extranjeras en situación irregular en 2024. Además, Chiapas fue la entidad donde se ubicaron más inmigrantes en México de 2019 a 2022, y Tabasco ocupó esa posición los siguientes dos años.

La mayor parte de las y los extranjeros provenían –en 2024– de Venezuela en un 28.8 por ciento, seguidos de Ecuador (10 por ciento). Por otra parte, las y los guatemaltecos fueron quienes más sufrieron ‘devoluciones’ por parte de las autoridades mexicanas. Representaron el 50.9 por ciento de las “personas devueltas”, seguidas por hondureñas en un 38.2 por ciento.

Gráfico: elaboración propia con datos de la Unidad de Política Migratoria.

Trump: un discurso de odio

La sociedad estadunidense “se ha establecido en términos identitarios con respecto al resto del mundo”. Se considera “el paradigma del progreso, de la modernidad, del modo de vida; [y] toda esa fuerza de la identidad se construye a partir del reflejo en un enemigo o en varios”, detalla el doctor Prieto Díaz a Contralínea, respecto a los discursos de Donald Trump en contra de las y los migrantes en Estados Unidos, el cual fue muy acogido por el electorado que lo llevó al triunfo en la elección del pasado 5 de febrero.

Se explica, además, porque la hegemonía de Estados Unidos “se sustenta en que hay que prevalecer sobre alguien más, sobre todos los pueblos, sobre otras razas, sobre otras ideologías”, entendido a través del concepto de melting pot; es decir, que todas las identidades del mundo “dejan de ser lo que son para ser estadunidenses”, una vez que están en ese territorio, añade el especialista en movilidades humanas.

Sin embargo, describe, con la llegada de distintas poblaciones migratorias, esa identidad se ha puesto en peligro porque las y los propios migrantes la han cuestionado. Entonces esas personas son perseguidas y expulsadas “por ser las otras, por ser las enemigas”. Y resurge la idea de que “Estados Unidos está en peligro porque viene la gente latina y vamos a perder nuestra identidad”.

Así lo ha manejado en las palabras y los hechos Donald Trump desde su campaña, cuando era presidente electo y una vez que tomó posesión del gobierno estadunidense, el pasado 20 de enero para los próximos cuatro años. Incluso en su primer mandato (2017-2021), amenazaba con construir un muro más alto y reforzado en la frontera con México para impedir los cruces indocumentados. Cuatro años después, a través de órdenes ejecutivas declaró una “emergencia nacional” por el tema migratorio.

En su escrito acusaba, sin pruebas, que la frontera sur de México “está invadida por cárteles, pandillas criminales, terroristas reconocidos, traficantes de personas, contrabandistas, hombres en edad militar provenientes de países que son adversarios”, a quienes advertía que iba a deportar en millones.

Para su administración, todas las personas indocumentadas son delincuentes bajo el pretexto de faltar a la ley desde el momento en que cruzan la frontera de forma irregular, como ha señalado Karoline Leavitt, vocera de la Casa Blanca, en conferencias de prensa, sin hacer distinción alguna.

De acuerdo con el Instituto de Política de Migración de los Estados Unidos, en 2023 había alrededor de 47 millones 831 mil migrantes en su país. De éstos, 10 millones 918 mil nacieron en México, quienes representaban el 22.8 por ciento del total.

El pasado 7 de enero, en la conferencia de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, se anunció que habían llegado alrededor de 11 mil personas deportadas desde Estados Unidos, más aquellos enviados directamente a otros países, en los primeros 18 días del gobierno republicano.

“Las imágenes que hemos visto son discursos hechos práctica”, que se logran por la “instrumentalización de los medios” de comunicación que están aliados a él debido a sus dueños, subraya el doctor Iván Porraz. Ejemplo de ello es la red social X, de la cual el multimillonario Elon Musk es propietario.

Trump está vendiendo las acciones que quería ver la gente que votó por él. “Es parte de este espectáculo también que quiere dar, como decir: ‘estamos cumpliendo [con] la seguridad, estamos iniciando lo que prometí en campaña’”. Ello, la masificación de las acciones, como describe el académico, genera mucho impacto, que se agrava por su discurso intimidatorio, lleno de odio y xenofobia, agrega el investigador de Ecosur.

“Yo creo que es eso lo que explica el miedo: una alta desinformación y una agenda” que culpa a la gente que viene de afuera, y es muestra de un sistema capitalista en declive que da paso a los pensamientos de ultraderecha en el mundo”, agrega el doctor Sergio Prieto.

FOTO: DAMIÁN SÁNCHEZ/CUARTOSCURO.COM

Criminalización de la migración

Las sociedades eurocéntricas y capitalistas convirtieron la migración en un problema social. El “desplazamiento forzado involuntario de poblaciones es constitutivo de las distintas etapas del capitalismo, desde la esclavitud […], no interesa que las poblaciones se muevan, sino que más bien se muevan para que puedan ser más productivas”, entendido como el aprovechamiento de personas y territorios de origen “como un mercado al que se puede explotar, violentar, traficar”; lo que evidencia “la expansión de las fronteras del capitalismo” hacia otros territorios”, analiza el doctor Prieto Díaz.

El gobierno de Donald Trump condujo la criminalización de la migración a tal punto que fue esta una de las razonas por las cuales comenzara una serie de amenazas a diferentes países –principalmente del Continente Americano– por el número de personas que llegan al país vecino del norte.

Desde finales de noviembre de 2024, ya como presidente electo de los Estados Unidos, advertía de la imposición arancelaria de 25 por ciento a todas las importaciones desde México –junto con Canadá– a causa del tráfico de fentanilo y la migración indocumentada. “En este momento, una caravana que viene de México, compuesta por miles de personas, parece imparable en su búsqueda por pasar por nuestra frontera actualmente abierta”, compartió en la red Truth Social.

Hace unos días, luego de conversar directamente con la presidenta Claudia Sheinbaum, se pausaron los aranceles –que había establecido el 1 de febrero­– durante un mes, en los cuales ambos países acordaron trabajar de la mano. México movilizó 10 mil integrantes de la Guardia Nacional hacia la frontera norte para evitar el tráfico de drogas sintéticas, así como trabajar en la contención migratoria.

Otro desencuentro ocurrió el 26 de enero, esta vez contra el gobierno de Colombia y su presidente Gustavo Petro, debido a que éste negó la entrada “de aviones norteamericanos con migrantes colombianos a nuestro territorio” por el trato indigno que recibían al ser deportados. La respuesta del republicano fue imponer aranceles de 25 por ciento a todo lo proveniente del país latino, a lo que su homólogo colombiano respondió en los mismos términos. Al final, llegaron a un acuerdo y los aranceles desaparecieron.

El asunto con el presidente de Colombia funcionó como una mediatización del miedo e incertidumbre sobre lo que puede pasar si no “te ajustas a lo que Trump está convocando”, expone Iván Porraz, quien considera que la mayor parte de los gobiernos “le temen mucho a los aranceles” porque eso sí puede llevar a una inestabilidad económica en estos momentos.

La migración, para el gobierno de Estados Unidos, se convierte en “una moneda de cambio fuerte […] Hay imposición o no de medidas económicas arancelarias bajo la presión del control migratorio”, añade Sergio Prieto.

Un disparo en el pie

Para el doctor Porraz Gómez, lo hecho hasta ahora por el gobierno de Estados Unidos “ha paralizado a muchas personas” por el miedo. Y todo ello incluso cuando saben que necesitan a la población migrante porque tienen que cubrir los altos niveles de consumo. Por tanto, el académico observa que, quizás, poco a poco se podrían ver “qué tanto comienza a afectar a algunos empresarios que ocupan más esta mano de obra. Yo creo que ahí veremos en un mediano plazo la respuesta” tanto de migrantes como de locales “en términos de protesta”.

Ello, porque la competitividad de las empresas de Estados Unidos “depende mucho de la fuerza de trabajo barata que tienen de México y también de Canadá, y de cómo se han estructurado las cadenas productivas del bloque de América del Norte. Perdería la competitividad –que ya la estaba perdiendo– con China”, explica, por su parte, Raúl Delgado Wise, director del Programa de Doctorado en Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas.

No obstante, de acuerdo con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, en los meses de noviembre y diciembre de 2024, las autoridades de aquel país tuvieron un menor número de “encuentros” con personas que intentaban cruzar la frontera indocumentadamente (125.1 mil y 124.8 mil, respectivamente), en comparación con los tres años anteriores inmediatos (2021-2023).

Momento de cambiar paradigmas

“Lo evidente es que Estados Unidos, con todos los países, sobre todo los llamados desarrollados, necesitan las migraciones para rejuvenecer sus poblaciones [y] para atender los trabajos peor pagados. Es la base fundamental del sostén de esas sociedades envejecidas”, por lo que a esos países “tampoco les interesa como tal terminar con el problema migratorio”, exhibe el doctor Sergio Prieto Díaz.

Por su parte, Delgado Wise, también doctor en ciencias sociales y filosóficas por la Universidad de Pensilvania, menciona para Contralínea que la migración no se va a poder regular humanamente “si no se regulan los flujos migratorios con medidas que contribuyan al desarrollo de los países de origen que están expulsando población”, como lo propuesto por el entonces presidente López Obrador, y retomado por la actual administración, de llevar hacia los países más vulnerables ciertos programas sociales como Sembrando Vida.

Y aunque es un problema grave en la región, es una oportunidad para que el gobierno mexicano busque cómo zafarse “de esta forma en que estamos articulados con Estados Unidos, que no es exactamente la mejor para México”, continúa el académico y especialista en migración.

Más allá del Tratado de México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), hay que pensar “cómo desarrollamos lo que decía el Plan México, y cómo vamos avanzando en esa otra dirección”, para lo que se requiere “también el movimiento a las universidades públicas”, que “contribuyan al cambio estructural del país”, así como también se puede avanzar junto a migrantes que transitan por el país par que contribuyan al desarrollo, con una lógica distinta a la estadunidense, concluye el doctor.

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