Sheinbaum se dice comprometida con el cuidado de maíces criollos

Sheinbaum se dice comprometida con el cuidado de maíces criollos

Sheinbaum Pardo externó que “el objetivo principal es cuidar al maíz criollo, protegerlo, conservarlo y que se siga sembrando maíz criollo
FOTO: J GUADALUPE PÉREZ/CUARTOSCURO.COM

En lo que podría ser una traición a la presidenta Claudia Sheinbaum y al movimiento de la cuarta transformación, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural –a cargo de Julio Berdegué– ha insistido en que la iniciativa de reforma para, supuestamente, proteger al maíz se destine únicamente a prohibir los transgénicos, y no los organismos genéticamente modificados. De aprobarse en esos términos, se abrirá la puerta para que trasnacionales como Bayer-Monsanto tengan permisos en un futuro para sembrar semillas genéticamente modificadas.

Consultada por Contralínea al respecto, la primera mandataria explicó que esa ha sido la recomendación que le hizo el secretario Berdegué. “No soy experta en el tema, pero hay maíces híbridos que se siembran en México. Híbrido pues es… no es criollo, digamos, son maíces que tienen, que se siembran bastante en nuestro país, en donde se compra la semilla que ha sido modificada, pero no modificada en laboratorio, sino a través de la siembra, mejorando la semilla. Entonces, de acuerdo con los expertos, ahí puede haber un problema si es ‘genéticamente modificada’ o si es ‘transgénico’. Yo preferiría que vinieran ellos a explicar”.

Sheinbaum Pardo externó que “el objetivo principal [de la iniciativa de reforma al artículo 4 constitucional] es cuidar al maíz criollo, protegerlo, conservarlo y que se siga sembrando maíz criollo, por tres razones: conservación de la biodiversidad; razones culturales, y salud”.

Acerca del tema cultural, explica que “la biodiversidad genética del maíz criollo viene de la domesticación milenaria en nuestro territorio para hacer el maíz, porque el maíz no nació de forma silvestre, sino fue gracias a la modificación genética que se hizo a través de la siembra de los primeros pobladores de Mesoamérica”.

Y sobre las razones de salud, la titular del Ejecutivo federal detalló que, a pesar de la controversia, prevalece el tema sanitario. Ello, en clara referencia a que las trasnacionales argumentan que sus tecnologías no causan cáncer.

La presidenta Claudia Sheinbaum descubrió que “todos los que trabajaron en el equipo para poder enviar esta iniciativa, consideran que ‘transgénico’ es la palabra que debe usarse. Entonces, mejor que vengan los expertos a poder explicar estas características para que tengan la certeza de que lo que estamos es protegiendo al maíz criollo y la salud de los mexicanos”.

Como este semanario lo documentó, establecer sólo el término transgénico desprotegería de forma inaudita al maíz y todas sus variedades, en beneficio de las trasnacionales y en perjuicio de los intereses de los mexicanos y de la soberanía alimentaria, poniendo en grave riesgo incluso la seguridad alimentaria de la humanidad.

Y es que la propuesta de reforma constitucional no incluye ⁠prohibición de consumo humano del grano genéticamente modificado, ⁠prohibición de siembra de maíz genéticamente modificado (aunque sí prohíbe siembra de maíces transgénicos, que son sólo uno de los tipos de OGM), ⁠la obligación de solicitar un análisis de riesgos –con las condiciones de cultivo y de consumo en el país–, ni ⁠la obligación de quebrar el grano modificado genéticamente que se importa para forraje e inviabilizarlo como semilla. De aprobarse en esos términos, el riesgo es mayúsculo para la soberanía alimentaria de la nación y la seguridad alimentaria del mundo, pues abre la puerta a futuros permisos para siembra y consumo de OGM –dañinos para la salud humana y el medio ambiente– y porque México es el centro de origen de ese alimento. Así se lo manifestó Contralínea a la presidenta, en espera de que haya sensibilidad y se corrija el error.

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