Por lo menos resulta sospechoso el conflicto legal internacional estallado por la empresa petrolera Oro Negro en contra del gobierno mexicano, por supuestas prácticas de corrupción de funcionarios de la empresa del Estado Petróleos Mexicanos (Pemex), quienes –según ese corporativo privado– les pidieron sobornos para la asignación de contratos, precisamente cuando sólo faltan 4 meses para que concluya la actual administración del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Los tiempos son importantes en este conflicto legal. ¿Por qué es hasta ahora cuando los representantes de la empresa mexicana Oro Negro inician acciones legales en contra de Pemex?, si sus graves problemas financieros empezaron desde hace 4 años, 2014 –apenas 2 años después de ser fundada por Gonzalo Gil White (hijo del exsecretario Francisco Gil Díaz) y José Antonio Cañedo White, también pariente–, debido a su pésima administración y a la drástica caída en los precios del petróleo que obligó a Pemex a ajustar el gasto y los precios.
Oro Negro inició su disputa con una estrategia mediática para golpear a Pemex en la prensa internacional y nacional, a fin de generar presión contra la petrolera estatal y afectar su imagen, y después ir a una corte internacional para denunciar actos de corrupción del gobierno federal.
Lo perverso del caso es que Oro Negro tuvo 4 años para demandar al gobierno federal encabezado por el PRI por esas supuestas prácticas ilegales, pero no lo hizo así porque seguía siendo beneficiado y decidió esperarse hasta conocer el resultado de las elecciones de julio, en donde será un gobierno de oposición, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, el que tendrá que cargar con el problema creado en la administración actual.
Además, Oro Negro acusa que hay prácticas ilegales en Pemex cuando esa misma empresa privada participó de ellas, como lo hizo en sus primeros años de fundación al recibir multimillonarios contratos para la renta a Pemex de plataformas petroleras, sin licitación de por medio.
Sin embargo, ante la crisis internacional de los precios del petróleo que obligó a la paraestatal a ajustar sus compras, adquisiciones y rentas, a Oro Negro no le quedó más remedio que sentarse a negociar una nueva forma de hacer negocios y reducir sus servicios para la empresa del Estado.
Así que no fue en ese momento, 2014 y 2015, cuando Oro Negro denunció los supuestos sobornos de los que hace presumir por su denuncia que también participó, pues tenía la esperanza de que el PRI siguiera en el poder y con ello mantener los jugosos contratos petroleros.
Al ganar Morena la Presidencia de la República, la empresa de Gil y Cañedo White decide que es el momento de demandar, porque ante su descalabro financiero que la tiene al borde de la quiebra y ante problemas legales por la falta de pago a proveedores, espera obtener de Pemex –mediante los juicios– dinero público para resolver sus problemas de insolvencia.
Entonces este litigio internacional que se ha desatado parece más producto de un acuerdo previo entre Oro Negro y el gobierno saliente para trasladar el problema a la próxima administración, por lo que la próxima secretaria de Energía, Rocío Nahle, tendrá que estar muy atenta ante estas prácticas perversas de las empresas con vínculos priístas y panistas que buscan sacar provecho del nuevo gobierno y seguí mamando de las arcas públicas.
Oro Negro
En 2015 esta columna publicó como las empresas privadas beneficiadas por su relación económica con la principal empresa petrolera del país, tenían que enfrentar una reducción de precios de sus servicios y una disminución de contratos ante la cancelación de nuevos proyectos de inversión, así como otros que ya estaban en marcha.
Explicaba hace más de 3 años que uno de los corporativos privados en grave crisis era Oro Negro, empresa constituida en febrero de 2012 por Gonzalo Gil White y José Antonio Cañedo White, había adquirido seis plataformas de 200 millones de dólares cada una (1 mil 200 millones de dólares en total), pero por la crisis petrolera de los precios Pemex les había anunciado que no rentaría sus plataformas y quedarán subutilizadas.
Fuentes cercanas a dichas operaciones contaron en aquel momento que en la contabilidad de la empresa privada el costo se habría inflado hasta 300 millones por plataforma, a fin de obtener contratos de Pemex con mayor monto económico, situación que era revisada por funcionarios la paraestatal.
Otro delicado problema que sigue vigente es que el dinero para financiar la adquisición de las seis plataformas salió de las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore) y por la crisis podría presentarse una quiebra y el dinero de muchos ahorradores estaría en riesgo. Tal y como sucedió hasta ahora.
Además, al disminuir en un 50 por ciento el precio por barril del petróleo, el costo de las plataformas quedaba depreciado y esto debería ser utilizado por Pemex para bajar el precio de los contratos y no aumentarlos como pretendían en ese momento los dueños de Oro Negro.
La historia
Todo se inició por la estrepitosa caída de los precios del petróleo, cuando la Dirección Corporativa de Finanzas de Petróleos Mexicanos (Pemex) redujo en 2015, 58 mil 794 millones de pesos el presupuesto de inversión de todo Pemex. De éstos, 11 mil 650 millones correspondían sólo a tres subsidiarias.
Como era de esperarse por la caída del 50 por ciento en el precio del crudo durante 2015, la principal empresa productiva del Estado mexicano canceló en ese año 64 proyectos de inversión entre los organismos que integran la llamada transformación industrial de la empresa: Pemex Refinación, Pemex Petroquímica y Pemex Gas y Petroquímica Básica.
En ese austero año el presupuesto de las tres compañías pasó de 64 mil 387 millones a 52 mil 737 millones de pesos; además de los puestos de trabajo que se perderían con el recorte.
Aunque Pemex ya contaba con recursos asignados del Presupuesto de Egresos de la Federación de 2015, unos 197 proyectos tuvieron modificación en su tiempo de ejecución. No obstante esos ajustes, las tres subsidiarias decidieron fortalecer –con un presupuesto de 7 mil 218 millones de pesos– 142 proyectos.
De acuerdo con información interna de la empresa petrolera mexicana, de los 409 proyectos de inversión que se tendrían este 2015, 64, cuyo gasto ascendía a 2 mil 356 millones de pesos, fueron totalmente cancelados; 197 fueron modificados en su ritmo de ejecución, por lo cual pasaron de un presupuesto asignado por 44 mil 304 millones de pesos a 27 mil 793 millones; seis no registraron ningún cambio presupuestal, por lo que gastarán 61 millones; y 142 resultaron, paradójicamente, fortalecidos, al pasar de 17 mil 665 millones de pesos a 24 mil 883 millones.
Es decir que la pésima administración y la apuesta de enriquecimiento rápido que pretendió Oro Negro a costa del erario vía Pemex no resultó, y en lugar de exigir al gobierno de Peña Nieto lo pactado, ahora quiere cargarle el muerto al próximo gobierno que, dicen los directivos de esa empresa, “es novato e inexperto” y pueden ganarle en tribunales para resarcir en algo sus cuantiosas pérdidas. Ya veremos.
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