APEC en América Latina, más de lo mismo salvo por China

APEC en América Latina, más de lo mismo salvo por China

La cumbre de Lima finalizó sin mayores expectativas para América Latina, salvo las del vigoroso avance de China en la región.
FOTO: 123RF

Santiago, Chile. La cumbre de Lima, que coincidió con el primer cuarto de siglo de existencia del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC por sus siglas en inglés), finalizó sin abrir mayores expectativas para América Latina, salvo aquellas que se desprenden del vigoroso avance de China en la región.

La reunión del APEC concluyó el 17 de noviembre, con 20 documentos consensuados.Éstos incluyen 11 declaraciones ministeriales; ocho instrumentos técnico-políticos, y la Declaración final de los líderes de las 21 economías que integran el foro.

Esta última reafirma el propósito del foro de “construir una comunidad Asia-Pacífico que sea próspera, pacífica y resiliente, empoderando a las poblaciones más vulnerables y actores económicos para que reciban los beneficios de la economía global”.

Un compendio de buenas intenciones, como tantos de los que emanan de cónclaves internacionales, que adoptan propuestas frente a los grandes desafíos actuales de la humanidad, como el cambio climático, las migraciones y la seguridad global, cuya implementación va a la zaga del empeoramiento de los problemas.

Loas de un comunista al libre comercio

Lima acogió un foro económico en que la mira de los analistas se vio teñida por la política, en tanto el protagonismo del presidente chino Xi Jinping tuvo el contrapeso de un ausente: Donald Trump, quien asumirá el gobierno de los Estados Unidos el 20 de  enero, con una guerra comercial contra Pekín, como caballo de batalla.

Quien estuvo presente fue el presidente saliente, Joe Biden, el cual se despidió de la escena internacional primero con la cumbre de la APEC, y luego en el G20. De igual manera, Xi Jinping realizó la misma acción en un encuentro bilateral en la capital peruana.

Paradoja de paradojas; Xi, líder de la gran potencia que en su sistema político mantiene un régimen estatista con un Partido Comunista hegemónico, exaltó las bondades del libre comercio frente a la amenaza cierta del próximo gobernante del país modelo del capitalismo avanzado.

No está de más recordar que el APEC nació en el marco del naciente auge de los tratados comerciales, que acompañó la disolución de la Unión Soviética y la debacle de los socialismos reales.

Durante ese mismo año, 1989, el Consenso de Washington proclamó un ambiente propicio para el capital financiero y con el Estado reducido a un papel subsidiario. Esto bajo el supuesto de que propiciaría la superación de las crisis financieras.

Eran los años en que el mundo se pintaba de globalización y se anunciaba el fin de la Guerra Fría. El libre comercio sería el articulador de armónicas relaciones internacionales, con tratados que pondrían término al proteccionismo con una gradual eliminación de aranceles, lo contrario del arma que hoy esgrime Trump.

FOTO: 123RF

Presencia latinoamericana

Los primeros signatarios del tratado del APWC fueron dos países americanos, Estados Unidos y Canadá, acompañados por Australia y Nueva Zelanda en Oceanía, más ocho socios asiáticos: Brunei, Indonesia, Japón, Corea del Sur, Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia.

En 1991, se incorporaron China, Taiwán y Hong Kong, ocasión en que el APEC fortaleció su perfil de foro de economías y no de Estados. Se volvió en una de las pocas instancias, donde conviven los dos países chinos y, además, participa con plenos poderes el antiguo protectorado británico.

México fue el primer socio latinoamericano, adherido en 1993, el mismo año en que Oceanía aumentó su representación con Papúa Nueva Guinea. Chile se convirtió en el segundo partícipe de América Latina en 1994, y Perú en el tercero, en 1998, el mismo año que se sumaron Rusia y Vietnam.

La carta oficial de presentación del foro Asia Pacífico resalta que sus 21 miembros concentran casi la mitad del comercio y el 60 por ciento del producto interno bruto (PIB) del planeta. Cifras impresionantes que a la postre otorgan prestigio, pero cuyos réditos reales son difíciles de cuantificar.

El mundo es hoy un mosaico casi interminable de tratados de libre comercio, ya sea por bloques, interregionales o bilaterales. Chile cuenta hoy con 34 tratados comerciales; Perú, con 24, y México, con 14.

¿Son más prósperos estos tres países latinoamericanos que antes de su ingreso al APEC? Si se busca una respuesta a través de sus tasas de crecimiento del producto se advierte, como en el caso de Chile, un aumento del potencial exportador. Sin embargo, no se replica en otras áreas de la actividad económica.

Lo cierto es que en la economía global aumenta la exposición de los países a las crisis financieras, como ocurrió en 2008, y el libre comercio no es un antídoto contra esta dependencia.

La adhesión a grandes tratados comerciales es polémica en la balanza de costos y beneficios. México, Chile y Perú son los tres socios latinoamericanos que están ingresando al TPP-11, el tratado de 11 países de la cuenca del Pacífico.

Dorotea López, del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, dijo en septiembre de 2022, a propósito del TPP-11, que en los acuerdos comerciales existe una mezcla de urgencia por firmarlos y “una posterior amnesia”. Por ello, son convertidos en hitos políticos más allá de su papel como instrumentos comerciales.

Chancay ¿símbolo de nuevos tiempos?

Un hito político es la más certera caracterización que se puede hacer de estas cumbres del APEC y del G20, en un escenario mundial en ascuas por el cambio de timón en la Casa Blanca, simultáneo a conflictos armados en Europa oriental y en el Oriente Medio, a los que Trump planea sumar una guerra comercial.

Durante su visita a Lima, Xi Jinping limó asperezas con Joe Biden, quien también inició hace cuatro años su periodo prometiendo mano dura contra la competencia económica de China. Ahora, el líder asiático parece estar en mejor pie para resistir los embates arancelarios del futuro gobierno estadunidense.

Trump pretende castigar las importaciones chinas con gravámenes arancelarios del 60 por ciento. Asimismo, se anuncian alzas de aranceles de 25 por ciento contra los productos de México, cuya presidenta Claudia Sheinbaum no estuvo en la cumbre del APEC,  pero sí en la reunión del G20.

“Hacer grande a América otra vez” es una consigna que desde ya pronostica costos inflacionarios para el pueblo estadunidense. Sin embargo, también puede deteriorar las siempre precarias relaciones de Estados Unidos con América Latina, más allá del simbolismo de Marco Rubio, hijo de cubanos, como secretario de Estado.

Otro panorama, que favorece los profundos vínculos comerciales de China con América Latina, es el megapuerto de Chancay en la costa central peruana, inaugurado por el gobernante del país asiático en su visita a Perú.

¿Habrá una mayor integración portuaria en América del Sur? ¿Chancay favorecerá la habilitación de corredores bioceánicos con los países del Atlántico? ¿El aislacionismo de Trump y la presencia china despertará interés en los gobiernos latinoamericanos por el bloque BRICS+ (encabezado por Brasil, Rusia, China y Sudáfrica)?

Preguntas válidas de pronóstico por ahora reservado.

Gustavo González/Inter Press Service (IPS)*

*Visite esta noticia en https://ipsnoticias.net/2024/11/apec-en-america-latina-mas-de-lo-mismo-salvo-por-china/

Te puede interesar: El Sur global en la COP29: Reírse para no llorar