“No aceptamos sobras. Queremos un sistema alimentario justo, universal y permanente. No queremos discursos autocomplacientes”, declaró el Frente Alimentario Estudiantil (FAE). Ello, en respuesta al boletín de la Universidad Nacional Autónoma de México, emitido tras la auditoría en la que se presentó la Cuenta Anual 2024, y en el que Leonardo Lomelí Vanegas, rector de la UNAM, anunció que se realizará un esfuerzo extraordinario para reasignar recursos a un programa complementario de apoyo alimentario.
No obstante, el funcionario universitario se quejó de que el presupuesto de la máxima casa de estudios del país sufrió una reducción en términos reales este 2025. El doctor Lomelí Vanegas detalló que el presupuesto 2024 fue de más de 59 mil millones de pesos. Agregó que cerca del 48 por ciento se destinó a la docencia, alrededor del 26 por ciento a la investigación, casi el 8 por ciento a la difusión cultural y extensión universitaria, y se atendió una matrícula de 374 mil estudiantes.
Además, el rector de la UNAM destacó que menos del 5 por ciento del presupuesto se utilizó para la gestión institucional, lo que –según dijo– “afianza el compromiso de la universidad, con una administración eficiente, austera y orientada al servicio de su comunidad”.
Sin embargo, el FAE manifestó su inconformidad con la supuesta austeridad que sostiene la Universidad. Aseguraron que el ejercicio de rendición de cuentas se encuentra manipulado por el personal administrativo.
“La transparencia que presumen es una mentira cuidadosamente administrada. No se trata de rendición de cuentas, sino de rituales anuales de entierros financieros, donde acomodan los números con esta compasión discursiva para ocultar que no quieren redistribuir el dinero porque eso implica renunciar a sus privilegios autor otorgados, a sus viáticos insultantes y a sus puestos comprados y heredados”, advirtieron los estudiantes del Frente.
En su comunicado, el rector también expresó que detrás de cada peso invertido en la Universidad se encuentran los rostros de alumnos que acceden a becas, docentes que forman nuevas generaciones, investigadores que formulan soluciones nacionales e internacionales y una comunidad que trabaja en su entorno. Ante esto, el FAE respondió que donde el rector ve el rostro de un joven que accedió a una beca, en la realidad hay “un estudiante que no puede estudiar porque tiene hambre”, que tiene que decidir entre transportarse o comer.
Detrás del rostro de un académico entusiasta –añadieron los alumnos– están los docentes que viven con sueldos precarios, mientras los altos cargos “corruptos ganan sueldos obscenos, lucran con la autonomía universitaria, mientras explotan a la comunidad a su servicio”.
También señalaron que las investigaciones universitarias quedan “sepultadas por falta de fondos, mientras se despilfarran recursos en simulaciones académicas para el ranking y la autopromoción”.
El Frente Alimentario Estudiantil acusó que la UNAM utiliza a su comunidad para generar estadísticas que alimentan el prestigio institucional. “Somos nosotros y nosotras quienes construimos el prestigio de esta universidad, con nuestra precariedad, nuestra energía y nuestro talento maltratado”.
Asimismo, denunciaron que la negativa de crear comedores subsidiados bajo el argumento de la falta de recursos responde más a una decisión política que presupuestaría. “No se trata de que no existan los recursos, se trata de que no quieren soltar el poder que les dan los recursos”.
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