“Y les prometo esto: que conmigo en el 1600 de la Avenida Pensilvania nadie pondrá un dedo sobre sus armas de fuego”, Donald Trump
México está esgrimiendo como variable estratégica en las conversaciones y negociaciones en Estados Unidos, y como factor fundamental para mejorar las condiciones del combate a las estructuras del crimen trasnacional, distintas variables, pero dos esenciales al día de hoy: el reclamo de que sin contención de la venta de armas a las organizaciones del delito, a quienes se venden cada vez armas más sofisticadas, no podrá haber una reversión sensible de la acción criminal multinacional; y la reciente entrega de 29 reos de alta peligrosidad a EU, entre los cuales estaban Rafael Caro Quintero, exlíder del Cártel de Caborca, y el Z-40 y Z-42, exlíderes del Cártel de Los Zetas.
Y en toda esta compleja trama, presentamos un análisis de la industria de armas en Estados Unidos y el comercio regional y global de ellas, que es materia del esfuerzo negociador del equipo de funcionarios mexicanos del primer círculo de colaboradores de la presidenta Claudia Sheimbaum.
La poderosa industria de armas en EU es orgánicamente inseparable de las distintas guerras emprendidas por Estados Unidos en diversas regiones del mundo, desde el siglo XIX a la fecha, en ese decurso histórico ha habido diferentes transformaciones de distinto orden, pero la estructura articulada de origen se mantiene en esencia.
El origen de muchas de las laxitudes normativas que hay en el mercado de armas en EU, tiene una base histórica y constitucional. Data del siglo XVIII.
Una de las 10 enmiendas (disposiciones) constitucionales en tal país establece el derecho de los ciudadanos de comprar y portar armas. En un mercado con restricciones legales ello no sería imposible. A la norma que dispone esto le llaman la Segunda Enmienda Constitucional. Hay dos párrafos muy importantes: “una milicia bien organizada es necesaria para la seguridad de un Estado Libre”. Milicia son ciudadanos armados, así que, el hecho de que los ciudadanos posean armas es garantía de un “Estado libre”. Y “el derecho del pueblo a poseer y portar armas no se violará”.
Es tajante la redacción de este precepto, por lo tanto, para su cumplimiento, se requiere una industria de armas, que pueda abastecer a una población de muchos millones de personas, una estructura de distribución y comercialización al mayoreo y al menudeo, laxa, permisiva, de baja regulación, sin mayores cortapisas. Además, la segunda enmienda, como otras, ha sido ratificada. Junto con otras nueve de ellas (10 en total), que se conocen ya como “Carta de Derechos” (Congressional Research Service, 1992).
De una lista actual de las 100 principales empresas de armas en EU, 42 de las que mayor volumen de ingresos posee, en el año de 2022, y que están enlistadas como contratistas de defensa, las cinco primeras son estadunidenses: Lockheed Martin, Raytheon Technologies, Northgrop Grumman, Boeing y General Dynamics. Cuando se hubiera esperado lo contrario, la caída de la URSS y la implosión del “campo socialista”, el gasto militar en defensa creció más que en tiempos de la lucha entre superpotencias al frente de los bloques militares (OTAN y Pacto de Varsovia) políticos y económicos: durante la guerra fría el gasto militar de EU era 6 por ciento en promedio del PGB (producto general bruto, así le denominan), este rubro presupuestal es el más grande de presupuesto total. Si se considera el presupuesto de defensa, que incluye a todo el sector (armada, marines, ejército, fuerza aérea y fuerza espacial), en 1996, cinco años después del derrumbe soviético, alcanzó el 16.8 por ciento del PGB, hasta la cifra récord de 21.9 por ciento en 2008 (en plena guerra contra el terrorismo global y “crisis de las hipotecas”), lo cual denota con absoluta precisión, que el gasto militar, el gran motor económico dinamizador del crecimiento económico, tiene razones estructurales internas muy poderosas que los conflictos externos potencian al máximo, no lo originan (US Army Public Affairs, 28 marzo, 2022).
Luego de tal caída del bloque socialista, hubo nueve años de aumento consecutivo, y conforme a los datos que aporta el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (Suecia) en 2006 las 100 empresas más grandes del mundo tuvieron un ingreso por ventas estimado en 315 mil millones dólares americanos, con lo cual las ganancias de las más agrandes empresas crecieron un 14 por ciento en 2015 (Merino, Álvaro, mayo, 2024).

De tal manera que la contienda entre los grandes súper poderes no era, no fue, en términos de amenazas de invasión, o sea, ataques masivos imprevistos, la razón de ser y de expansión de los grandes contratistas de defensa. Sino dinámicas estructurales internas de EU. En otra dimensión contemporánea de la estructura orgánica aludida, tampoco el tema es el crimen transnacional organizado, no porque no exista como fenómeno de nuestros días, sino en términos de las armas como instrumentos y medios de solución al mismo, una alternativa fracasada, derrotada por la propia complejidad real del fenómeno.
Hoy, luego de la guerra Rusia-Ucrania ya todos los ministros de defensa de la OTAN anunciaron incrementos al presupuesto de defensa para este año y el próximo. Ante una sociedad europea irreconocible, impasible ante las trapacerías de una derecha cavernaria y antisocial. A cada conflicto bélico regional o regionalizado, las grandes empresas armamentísticas expanden su producción, sus ventas y beneficios, y su valor accionario en las Bolsas de Valores. Alemania la primera potencia europea, había contraído su gasto militar desde la caída de la URSS hasta llegar a un -60 por ciento, y desde hace tres años, con la guerra en Ucrania, lo ha incrementado severamente hasta llegar este año al 2 por ciento como el de todas las economías de la OTAN respecto a su PIB.
La industria armamentista, en cuanto contratistas de defensa (las más grandes empresas de distintos servicios militares y para la defensa, no sólo armas, que firman contratos de miles de millones de dólares para abasto con el gobierno nacional), como las decenas de miles de distribuidoras y comercializadoras que están a su alrededor, tienen una lógica propia, y ella estriba en que los líderes políticos provoquen, impulsen y aticen los muy diversos conflictos externos, a los cuales les aplican diferentes doctrinas militares (de baja intensidad, contrainsurgencia aplicada el narcotráfico, guerras de ocupación y estabilización, ataques preventivos, narcoterrorismo) con lo cual se genera, para ellos, un círculo virtuoso expansivo que recorre todo el territorio planetario cosechando muerte y destrucción, literalmente.
La resultante histórica de imbricación entre tres lógicas es un verdadero cáncer mundial: i) la lógica capitalista del beneficio incremental; ii) la lógica de la producción industrial armamentística conforme a las doctrinas militares, y iii) la lógica del estallido de los conflictos armados, internos, bilaterales y regionales, que nadie quiere perder y por tanto, los actores demandan más abasto de armas y de mayor sofisticación. La inútil guerra en Ucrania hoy es el máximo ejemplo posible.
El gasto militar en 2024 se ha situado en su punto más álgido desde la caída de la URSS en 1991, hace 34 años. ¿Cuál es la justificación? Difícilmente puede exponerse un razonamiento convincente. ¿Cuál es la explicación? Las armas no se comen ni se beben, se deben vender y usarse, y luego producir más, cada vez de mayor complejidad tecnológica, de mayor precio, también. Es esa la lógica corporativa la que se sobrepone a la lógica del acuerdo, la conciliación y el entendimiento, la convivencia pacífica, solo regulada por un aparato de justicia, no por las armas, por su lógica de violencia sin fin. ¿Cómo que procesos de pacificación, si ello rompe las tres lógicas mencionadas? No. Continuidad de guerras y conflictos prolongados.
Estados Unidos, Francia y Rusia, luego China y Alemania, en ese orden, son los cinco más grandes abastecedores de armamento. Pero EU los supera por mucho: Estados Unidos abastece el 45 por ciento del total, Francia y Rusia apenas superan el 11 por ciento, China y Alemania se ubican sobre un 7 por ciento de ese total, datos para el periodo 2019-2023. Obviamente en la guerra Rusia-Ucrania, EU expandió de manera exponencial dicho abasto, según lo expresó The Wall Street Journal con datos (SIPRI) del mismo Instituto para la Paz de Estocolmo (cita, Karen V Mora, La República, 18 de marzo, 2024).
Estos gigantescos abastecimientos desde EU a Ucrania (unos dicen que suman 100 mil millones de dólares, y Trump habla de 350 mil millones de dólares) son los que le está cobrando a Ucrania por sostener una guerra perdida de antemano, es lo que Donald Trump le está cobrando con el tratado de paz distributivo que ha alcanzado en principio con Rusia. Estados Unidos se cobrará con muy ricos yacimientos de minerales ubicados en ciertas zonas. Esta es una forma peculiar de cobranza: le dieron armas abundantes para una guerra perdida y se las cobran con riquezas naturales para su explotación hacia el futuro. El presidente Volodómir Zelensky pasará a la historia como un político abominable que vendió lo mejor de su país ante los halcones sedientos del pentágono y la Casa Blanca. Los europeos más discretos, pero están sobre lo mismo. La infame aventura le costará al pueblo ucraniano, él, Zelensky, se perderá en posesión de mucho dinero. Se lo dieron a manos llenas unos países occidentales insensatos y estúpidamente soberbios.
Tensar las fuerzas con Rusia le permitió a EU llegar con grandes pedidos de armas a los países antes del Pacto de Varsovia (huérfanos de liderazgo militar ante su pequeñez territorial pero su alta exposición junto a Rusia), especialmente con Polonia, y tensar las relaciones con China, por Taiwán y el Mar de China, le ha permitido a Estados Unidos vender sus cargamentos de armas a sus aliados asiáticos de la ASEAN, al mismo Taiwán, y a otros, e igualmente, en el caso de las tensiones de Corea del Norte. EU da la voz de alarma y los países circunvecinos corren a llamar a la embajada para hacer pedidos importantes ante “las amenazas” visualizadas. La industria militar de Estados Unidos es impensable sin la variedad de conflictos regionales artificiosamente construidos, o extremados por sus líderes. Lo mismo en Medio Oriente en torno a Israel y los “terroristas”. Parece absurdo pensarlo así, pero es la forma y términos en que funcionan estos procesos en la realidad mundial de la geopolítica y la geoestrategia de las grandes potencias.
Cuando era senador por La Florida, Marco Rubio –hoy secretario de Estado– indicaba sobre el fabuloso negocio de la venta de armas de EU a todo el mundo, como líder: “las ventas de armamentos son importantes, no solo por el dinero, sino porque también proporcionan una influencia sobre su comportamiento futuro. Necesitarán nuestras piezas de repuesto, nuestro entrenamiento… y esas son cosas que podemos usar para influir en su comportamiento” (entrevista con CNN, BBC News, marzo, 2019).
Es decir, la venta masiva de armas, además de negocio altamente rentable para las empresas privadas, trae altos beneficios geopolíticos y geoestratégicos para los distintos gobiernos, republicanos y demócratas.
El segmento de las grandes empresas del “top 100” (26 son europeas) refieren complejos militares-industriales y tecnológicos ultra poderosos, incluso vinculados a la industria aérea militar, de misiles, armas nucleares tácticas y estratégicas, son los más grandes proveedores de los sistemas de defensa nacionales en 106 países, algunos en mayor volumen que otros, con los más poderosos departamentos de Investigación y Desarrollo (I&D), científico-tecnológico y varios de los más importantes científicos de cada país trabajando para ellas.
Pero, existen otros segmentos productivos de armas al nivel internacional, mucho menos, al nivel nacional, llamadas “industrias de armas ligeras” o “armas convencionales”. Y aquí ubicamos a los proveedores de gobiernos para sus instituciones armadas y grupos no estatales: “desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial, unos 30 millones de personas han perecido en los diferentes conflictos armados que han sucedido en el planeta, 26 millones de ellas a consecuencia del impacto de armas ligeras. Estas armas, y no los grandes buques o los sofisticados aviones de combate, son las responsables materiales de cuatro de cada cinco víctimas, que en un 90 por ciento también han sido civiles (mujeres y niños en particular). A pesar de representar una parte poco significativa del volumen total del comercio mundial de armamentos, su bajo coste las pone al alcance de una gran cantidad de personas para ser usadas en guerras civiles y en conflictos étnicos, o para fines ilícitos y criminales, aumentando la inseguridad de las ciudades y rearmando a toda clase de grupos, bandas, mafias, clanes, guerrillas paramilitares. Cada año más de medio millón de personas muere víctima de la violencia armada: una persona cada minuto” (Guía temática de Carles Vidal con documento “Campaña contra las armas ligeras”, Cátedra UNESCO).

De acuerdo con el Instituto para la Paz de Estocolmo, entre los años 2014-2018, las importaciones de armas para gobiernos nacionales de México, Centroamérica y el Caribe, aumentaron en un 49 por ciento, con respecto al quinquenio anterior, en tanto, en Sudamérica decrecieron en 51 por ciento. Para el caso de México, las compras de armas representaron el 72 por ciento de las importaciones con respecto al total comprado por sus vecinos centroamericanos (ídem, BBC News Mundo).
Lo fundamental, es que de ese 74 por ciento de armas que llegan a México procedentes de EU, y que provienen de empresas y distribuidores cuyo funcionamiento no está sólidamente regulado, esa es la razón para entrar irregularmente a México, es difícil saber cuáles son las empresas fabricantes, salvo mediante un rastreo muy especializado, y tampoco qué sistema legal para cade grupo de armas, posee normativas férreas al respecto.
La National Firearms Act de 1934 se emitió como respuesta ante el incremento de las actividades, violencia y muertes del crimen organizado, vinculada a la prohibición del alcohol en el contexto de los años posteriores al crack bursátil de 1929 que generó quiebra de empresas en cadena, un aumento brutal del desempleo y la pobreza, es decir, grave crisis social. Fue modificada hasta 1968 luego de los asesinatos políticos de alto impacto, de Martín Luther King, JF Kennedy y Robert Kennedy, entre otros. Siendo su propósito central normar un comercio legal de armas, después de 34 años.
No obstante, la tendencia productiva fue pronunciadamente incremental: en 1986 (los años de las guerras de baja intensidad) se fabricaron 3.04 millones de armas de fuego, similar a la cifra de la década de 1990, pero visto en un periodo extenso, entre 1986 y 2008, se fabricaron 3.8 millones de armas de fuego cada año (ya ubicados en “la guerra global contra el terrorismo”), y el gran salto se produce entre 2008-2019 que creció hasta 8.4 millones de armas anuales (ahora el contexto es la guerra contra el narco-terrorismo).
Principalmente se han fabricado, rifles y pistolas, granadas, ametralladoras, y su abastecimiento en parque y municiones. La principal empresa fabricante es Smith & Wesson fundada desde 1856, y le siguen Sturm, Rugar & Co. y Sig Sauer Inc. Estas tres empresas fabricaron el 60 por ciento de las pistolas existentes en los mercados, entre 2008-2018. Y el 45 por ciento de los rifles fabricados los produjeron dos empresas: Remington Arms, y Sturm (Domínguez, Iñaki, ETHIC, junio, 2022).
Tales empresas casi no encuentran barreras legales a la producción de armas, sólo requieren tener una licencia para su manufactura –la cual la expide la ATF (Agencia de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego y Explosivos)– y es obligatorio para obtenerlo, tener una antigüedad mayor a 21 años, aptitud para ser productor de armas de fuego en los términos de la Ley Federal, y haber observado las regulaciones respectivas al respecto, mínimas.
Estados Unidos es también importador de armas de fuego, entre 1986 a 2008 importó en promedio al año 1.5 millones de armas de fuego, pero se disparó en el periodo de 2008-2018, al ser de 4.2 millones de armas anualmente (Ídem).
Smith & Wesson es una fábrica de armas ubicada en Maryville Tennessee, conocida por la variedad de sus cartuchos. Su rifle Winchester es de los más buscados, fue algún tiempo el nombre de la empresa, cambió a Smith & Wesson Triple Lock. Fabricó entonces la célebre Magnum y los chalecos antibalas, y las pistolas semi automáticas. Hacia finales de la década de 1980 hubo diversas demandas contra fabricantes de diferentes armas, incluidos S&W, Lo que provocó caída en los ingresos y problemas severos.
El 17 de marzo de 2000, Smith & Wesson llegó a un acuerdo con el presidente estadounidense Bill Clinton . Aceptó realizar cambios en el diseño y la distribución de sus armas de fuego a cambio de un “programa de compra preferencial” para compensar la pérdida de ingresos como resultado del boicot previsto. Todos los distribuidores y comerciantes autorizados de S&W tuvieron que seguir un “código de conducta” para eliminar la venta de armas de fuego a personas prohibidas. Los comerciantes tuvieron que aceptar no permitir el acceso a ellas a menores de 18 años en las tiendas de armas o de las secciones de las tiendas que contenían armas de fuego (boletín de prensa de la Casa Blanca, 24 de julio, 2001).
Después de una campaña organizada por la NRA (Asociación Nacional del Rifle) y NFSS (Fundación Nacional de Deportes de Tiro, asociación comercial nacional para la industria de armas de fuego), por los grandes impactos causados, fue realmente una operación de rescate, debido a que miles de minoristas y decenas de miles de consumidores de armas de fuego boicotearon a Smith & Wesson por reglamentar más estrictamente la venta de sus armas. Observemos la resistencia de distribuidores mayoristas, vendedores minoristas y consumidores ante una norma restrictiva. Fue entonces, un inmenso precedente.
La empresa fue vendida a Saf-T-Hammer Corporation y cambió su nombre a Smith & Wesson Holding y así adquirió Battenfeld Technologies, un consorcio que ya vale cientos de millones de dólares, cambiando su sede a Columbia, Misuri, y luego se fusionó con Thompson Centre Arms. Luego compró Crimson Trace y Taylor Brands y UST Brands, en 2016. Cambiaron entonces nuevamente su nombre, American Outdoor Brands Corporation. (Handley, Lucy, CNBC, diciembre, 2016). Trasladó entonces su sede corporativa desde Springfield Massachusetts, a Maryville Tenneesse, en octubre de 2023.
La época de prosperidad en la demanda permitió una concentración corporativa que ha llevado a la presencia de grandes corporaciones poderosas que imponen condiciones en el mercado y resisten intentos de regulación de los gobiernos, ante la posibilidad de enfrentar una marginación del mercado que le lleve a la ruina.
Es necesario asentar también en este análisis que distintas empresas que venden armas a “grupos armados irregulares no estatales” (narcos, terroristas, guerrillas) se asientan en el territorio y mercado de Estados Unidos precisamente por la laxa regulación existente, pero no son empresas estadounidenses por la composición de su capital, sino austriacas, alemanas, inglesas, y de otras naciones, y venden masivamente sus armas desde EU.
Igualmente, una parte de las amplias importaciones de armas a Estados Unidos, que antes referimos, se reexportan a otros países y al tipo de grupos armados antes mencionados. El otro tipo de abasto que dichas organizaciones logran conectar, es mediante el contrabando ilegal de armas, no sólo en las fronteras de América del Norte, sino también en el sur del continente, en la triple frontera Argentina, Brasil y Paraguay, en menor medida debido a los problemas de transporte que conlleva. Volveremos sobre estos tópicos más delante.
Otra de las empresas legalmente abastecedora de armas estadounidenses, es Sturm, Rugar & Co., con sede en South Port, Connecticut, y fábricas filiales en Newport (New Hampshire), Prescott (Arizona) y Mayodan (Carolina del Norte). Observen como sus asentamientos en puertos y cercanía a la frontera mexicana, resulta estratégica para la exportación. Empresa fundada luego de la Segunda Guerra Mundial en 1949, en el despegue de la Guerra Fría, produce fusiles de cerrojo, semi automáticos, de mono tiro, revólveres de doble acción y silenciadores. Según las propias estadísticas de la ATF de EU, Ruger Co (como se le abrevia) en 2015 fue la empresa más grande en producción de armas en EU, y el segundo fabricante de revólver, detrás de S&W, y de fusiles (detrás de Remington), su variedad de armamento es amplísima, unos 100 productos distintos (BATFE Annual Firearms Manufacturing And Export Report 2015).
Se ha estimado en una cifra cercana a 2 mil 300 empresas de armas de fuego civiles en EU, y ya en 2010, Ruger Co encabezó la lista con una producción de 15.3 millones de armas en ese año, en 2011, solamente, produjo 1 millón 114 mil 687 armas de fuego, su meta era producir 2 millones anuales. Strum, Ruger & Co fue premiada por la excelencia de sus productos en distintos años durante la década de 1990, por la Academia de Tiro Industrial (Rich, Duprey, marzo, 2017).
Hasta fechas recientes, se estima que Ruger Co ha fabricado unos 30 millones de armas de fuego y otros pertrechos. También ha ido a procesos de concentración corporativa: en 2020 compró la empresa Marlin Firearms Co que había pertenecido al grupo de Remington (ídem).
La otra empresa dominante en este mercado de pistolas y rifles, es SIG Sauer GmbH, que fue subsidiaria alemana de una firma suiza (L&O Holding, también propietaria de Swiss Arms AG), inicialmente establecida en EU como SIGARMS en 1985 y así permaneció hasta 2007, siendo SIG importadora de armas de fuego en EU. Desde el año 2000, SIG Sauer Inc se separó administrativamente de SIG Sauer GmbdH, y ésta última se separó a su vez, del mercado estadounidense, quedando sólo la empresa SIG Sauer Inc.
En 2022, el Ejército de Estados Unidos seleccionó a la compañía SIG Sauer para abastecerse de fusiles de asalto y ametralladoras dentro del programa “Sistema de Armas de Próxima Generación”. Los fusiles de asalto que fabrican, los M4, han sido sustituidos por otra arma tecnológicamente más avanzada, el XM5, y fabrica también el rifle automático XM250 muy demandado, que sustituye a su vez, a la ametralladora ligera M249 fabricada por S&W. Y así, una variedad de armas amplia, en pistolas y fusiles de asalto, ametralladoras, que disparan un cartucho de 51 mm, etcétera, como las que hay en México (About Us, SS, marzo, 2013).
Sin embargo, el contrabando de armas en la frontera norte, particularmente, aunque en menor medida en la frontera sur de México, más lejanamente, en la triple frontera, de Argentina, Brasil y Paraguay, es en donde suele ser abundante, pero para México se complica el transporte. Los flujos de armas ilícitos, son también abundantes en distintas regiones del planeta. Las drogas ilegales y los flujos de armas, junto al blanqueo de capital, configuran una tríada diabólica para el orden constitucional, y dentro del mismo, con efectos severos hacia las frágilmente articuladas instituciones de las repúblicas latinoamericanas, pero su articulación es orgánica, también, no aislada.
Y aunque todavía haya quién lo dude, esta tríada criminal (drogas, armas, dinero ilegal) ha representado un factor de impulso económico y crecimiento para las potencias coloniales primero, y después, para las potencias del capitalismo occidental desarrollado, como demuestra Jürgen Roth en su libro “Mafias de Estado” (2001), puede leerse la explicación que al respecto ofrece para nuestros tiempos, En otro ensayo nos ocuparemos de ello. Daniel Estúlin lo recuerda así: “el comercio del opio no fue tan sólo una aberración del imperio británico. Fue uno de sus componentes cruciales. El imperio británico, el tráfico de opio y el crecimiento del capitalismo se dieron al mismo tiempo (…) Las ganancias provenientes de la droga pagaban las facturas y proporcionaban una fuente regular de ingresos de alta calidad que hacían posible que la colonia india siguiera adelante (…) También fue el producto de importación más relevante durante los primeros setenta años del siglo XIX (…) también creó una estructura financiera global sin la cual no habría sido posible nada de lo que ocurrió a continuación. Esta situación se dio primero en Londres y luego en Boston y Nueva York” (cita a Carl Trocki, 1999, p.138).

Las armas británicas de conquista, la gran armada inglesa para la defensa de un imperio, las empresas de transporte marítimo, las de seguro de los cargamentos de opio, cerraban el círculo virtuoso usado para potenciar la expansión capitalista en el siglo XVIII apoyado en la criminalidad organizada, ya fueran los corsarios o las empresas de comercio exterior, era una actividad que proporcionaba inmensa liquidez a todos los involucrados, como ahora. Tenemos allí una droga ilegalmente producida, distribuida y consumida (el opio) que ayudaba a financiar la producción agrícola, la construcción, el empleo, la fiscalidad del Estado, y otras ramas legales del comercio. ¿Podíamos decir que ya entonces, surgió el embrión de los primeros “narco Estados”? Sin duda alguna.
Nuevamente, estos episodios históricos, contienen distintas similitudes con la fase contemporánea de las estructuras criminales articuladas con las instituciones privadas y públicas. Hoy las inmensas cantidades de capital líquido que acompañan a las múltiples actividades delictivas a nivel transnacional, son uno de los ejes principales de la economía legal potenciada por la economía criminal en todos los rincones del planeta. Banco Wachovia ha sido acusado formalmente de blanquear 380 mil millones de dólares de mercados ilegales de dinero, igualmente HSBC (aunque una cantidad mayor, fue encontrado culpable y pagó una multa millonaria), y otros más. Al banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI con sede en Inglaterra), algunos autores como Clark Clifford le llaman “el banco de la droga de la CIA”, para indicar su involucramiento en lavado de dinero proveniente de mercado de drogas. Allí los más grandes servicios de inteligencia aparecen referidos y cuestionados en su honestidad, legalidad e institucionalidad.
Después del tráfico de drogas, el tráfico ilegal de armas es el más profundo mecanismo de blanqueo de capital. Según la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito, esta actividad mueve entre 170 y 320 mil millones de dólares cada año alrededor del mundo (citado por el Instituto de Estudios Estratégicos de España). El “mercado negro” de armas es un inmenso mercado. En México se estima que circulan poco más de 15 millones de armas, y que el 85 por ciento han sido adquiridas de manera ilegal, fraudulenta, y recientemente sabemos, que cualquiera que haya sido su forma de adquisición, el 74 por ciento provienen de EU (lo reconoció el gobierno). Este es hoy el dato crucial para el gobierno mexicano.
En el tráfico ilegal de armas ligeras estructurado igualmente, como crimen transnacional organizado, tiene un entramado formado por dos grandes apartados: i) la base de “corredores de armas” encargados de reunir a vendedores, compradores, financiadores, aseguradores para cerrar los tratos de compra-venta, más; y, ii) el integrado con los agentes de transporte que contratan vehículos con personal de carga y descarga, autoridades y tripulaciones para llevar la carga comercial al puerto de destino, u otra modalidad (Chaves, Esther, septiembre, 2016).
Las armas convencionales se clasifican en dos tipos: armas convencionales mayores y armas pequeñas o ligeras. Las armas convencionales mayores incluyen tradicionalmente categorías como tanques, artillería pesada, aeronaves y buques de guerra. Las armas más pequeñas o “ligeras” incluyen armas más fáciles de transportar, como fusiles, granadas, minas, artillería ligera (por ejemplo, morteros) y misiles montados en el hombro. Los artículos de “doble uso”, con aplicaciones tanto civiles como militares, como camiones, computadoras, aviones de transporte, embarcaciones pequeñas, machetes y otros artículos potencialmente letales plantean un problema de definición para quienes contabilizan las ventas de armas. Excluidas de este análisis de “armas convencionales” están las armas de “destrucción masiva” (ADM), denominadas “armas no convencionales”.
El comercio mundial de armas es un negocio de miles de millones de dólares. Se estima que el valor de las ventas legales de armas pequeñas es de 4 mil millones de dólares por año, a los que se suman 1 mil millones o más de ventas ilícitas, que a menudo implican contrabando transfronterizo o ventas en bazares de armas. La red general de suministro de armas, incluidas las armas usadas o de segunda mano que se abren paso por canales complejos de una guerra a otra, es difícil de rastrear. Son regularmente, armas sin licencia que no están registradas, y, por lo tanto, su destino tiene que ser el mercado ilegal.
No todas las armas de fuego son iguales, por lo que los Estados tienden a regularlas y clasificarlas de acuerdo con el uso legal que desean asignarles, por ejemplo, armas de uso militar, armas para cacería o armas de uso civil, o bien, según su carácter legal (armas autorizadas/permitidas, o prohibidas/restringidas). Por consiguiente, una misma arma puede pertenecer a diferentes categorías en distintos países, lo que puede generar confusión, vacíos legales, problemas en la identificación y el registro de armas, y preferencia por el contrabando ilegal.
Todo ello, desde luego, desborda el histórico Tratado sobre Comercio de Armas (TCA) que pretendió regular el comercio internacional de armas convencionales, que entró en vigor el 24 de diciembre de 2014, no obstante que lo firmaron 130 países al seno de la ONU. Ha sido ampliamente vulnerado.
Ahora bien, los pedidos a armerías legales o a brokers o a contrabandistas desde “grupos armados irregulares”, tienen que ver con su estructura de organización y de operación, así como el tipo de terreno y el entorno en que se mueven o están asentados y actúan. Un tipo de armas son útiles para los que están en rancherías, en la sierra y en áreas de muy difícil acceso, y otras para quienes actúan cerca o en las ciudades. En un trabajo de inteligencia correctamente estructurado y operado, debe tenerse claridad en ello para detectar de dónde y quiénes están suministrando las armas que usa un grupo criminal y determinar un mecanismo eficaz de bloqueo, captura y decomiso.
Los llamados “mercaderes de la muerte” son los brokers mayoristas, y aquí hay nombres hasta célebres: en nuestra región, Basil Zaharoff de origen británico, en los años previos a la Segunda Guerra Mundial abasteciendo a los países en conflicto de nuestra región (guerra del Chaco, Perú y Bolivia), en México el exnazi Gerhard Mertins, que puso sus oficinas en México, con relaciones amplias en nuestro país, para enviar armas a Centroamérica (en la década de 1980).
Y más recientemente, uno de ellos es Víctor Bout, un empresario de origen ruso del negocio armamentístico, que en distintos países fue perseguido para meterlo a la cárcel, y desde otra perspectiva, aparecía con ligazones importantes con funcionarios del entonces gobierno de EU, durante la primera etapa de la “guerra global contra el terrorismo”. Pero en la mayoría de los casos los grandes o medianos brokers cuando compran en los “mercados negros”, no revelan sus proveedores, directos o indirectos. Actúan regularmente en red, por ello es muy complejo identificar la procedencia, a pesar de los datos que contienen las armas.
Como parte de la guerra asimétrica contra los cárteles del narcotráfico mundial, el uso de drones es cada vez más común. Los cárteles mexicanos, no sólo los usan regularmente, sino que efectúan también adaptaciones rudimentarias, pero muy dañinas: colocan en los drones (técnicamente son un vehículo aéreo no tripulado, UAV, por su sigla en inglés) pesticidas muy tóxicos, como se comprobó en los drones localizados por grupos de autodefensas en Michoacán que los entregaron al Ejército, lo cual intoxica a grupos humanos. En ese y en otros casos con drones más sofisticados, el Ejército mexicano está usando sistemas anti drones, con un radar que primero los detecta, luego, reducen considerablemente su altura, los baja, y después disparan contra ellos para destruirlos, dicho escuetamente.
Son parte ya usualmente de la guerra antinarco para las fuerzas federales, de éstas últimas contra la criminalidad, y de los grupos delictivos contra las fuerzas federales, usados como un recurso táctico muy relevante en ambos campos de acción. Las estructuras del narcotráfico multinacional los usan también como coadyuvantes para el tráfico fronterizo de estupefacientes, atacando con ellos a las policías o militares en esas fronteras, pero especialmente, para vigilancia de zonas por ellos ocupados, para detectar la presencia de fuerzas ramadas de los gobiernos. Lo han hecho en Colombia y ahora en México.
Hay información de prensa que establece que desde 2014, la criminalidad mexicana contrató técnicos especializados para diseñar sus propios drones ad hoc, lo cual les permitiría reemplazar los túneles muy identificados como medios localizándose unidades de producción en Nuevo León, Querétaro, Guadalajara y Ciudad de México, desde donde se cargaban los drones con drogar hacia EU. La DEA los detectó, y el objetivo hoy es fabricar drones más grandes para cargas más pesadas (Florencia, L Heguy, Pucará Defensa, abril, 2024).
Los más avanzados son como los empleados en Ucrania y Medio Oriente, son capaces de lanzar misiles con alta precisión a decenas de kilómetros de distancia en un teatro de guerra, con ellos eliminó Israel a dirigentes de organizaciones enemigas, de Hamás y Hezbolhá.
¿Desde EU, quiénes abastecen, puesto que la inmensa mayoría del armamento se obtiene en el mercado negro? Si esta información la tiene México en lo fundamental, existe entonces una ventaja para defender mejor la necesidad de una estricta regulación y el ataque eficiente y contundente al comercio ilícito. Incluso, cuáles armas llegan de importación a Estados Unidos y son revendidas, en el mercado legal o criminal. Es muy probable que los cárteles compren ilegalmente a intermediarios que simulan compras legales y luego les revenden. El tiro sobre este tema debe ser certero desde México.
Porque hoy estamos en una nueva fase de las capacidades militares de las estructuras del delito transnacional, la de la defensa y ataque con drones. El primer ataque con drones se registró en 2020, en dos Estados del Pacífico mexicano, en Michoacán por parte del CJNG, y en Guerrero por la Familia Michoacana, en ambos casos se usaron, siendo adaptados con explosivos, fueron tirados en localidades marginadas, como, Buenavista de los Hurtado en Guerrero, un pueblo prácticamente deshabitado, se estaba haciendo un ensayo. Pero en adelante se han multiplicado exponencialmente.
Por ello, las estructuras criminales no son sólo organizaciones para el narcotráfico y el blanqueo criminal con grupos armados, sino estructuras que incluyen una subestructura paramilitar cada vez más sofisticada, gracias a su enorme capacidad financiera. Ello eleva considerablemente el costo social de la represión y los episodios de ofensiva en contra de tales estructuras para l gobierno nacional.
Según información del ejército mexicano, se ha pasado de cinco bombardeos con drones en 2020 a 107 en 2021 y a 233 en 2022. En 2023 durante el primer semestre, se contabilizaron, 260 ataques. Les colocan pólvora mediante un tubo y balines, con un detonante C4, son los DJI Mini 3; otros más sofisticados como los que usa el CJNG, son los DJI Agras T40 (su costo es de 25 mil dólares). Hablamos así, en este caso, de una inversión en pertrechos militares para la guerra en México contra el gobierno nacional.
Otras fuentes distintas al Ejército Mexicano afirman que: “el primer caso registrado de uso de un dron como arma ocurrió en julio de 2018 en la ciudad fronteriza de Tecate, en el estado mexicano de Baja California. Se trató de un ataque organizado por un grupo no identificado a la residencia del entonces Ministro de Seguridad Pública de Baja California, Gerardo Sosa Olachea. Uno de los drones usado en el ataque estaba equipado con un artefacto explosivo que no detonó; se sospecha que el ataque tenía fines intimidatorios” (Heguy, Florencia, ídem).
Es muy posible que los drones que adquieren los cárteles para la utilización de explosivos son de origen comercial, en su mayoría, de la marca china DJI, y que estén disponibles en el mercado la cual cuenta con una amplia gama de modelos de última tecnología que pueden grabar video en resolución 4K, además de que puede ser operados hasta 20 kilómetros de distancia. El modelo que más predomina es el Mavic, el cual se subdivide en varias versiones como el Pro, Pro Platinum, Mavic 2, Mavic 3, Mavic 3 Classic y Mavic 3 Pro. Cada uno cuenta con diferente capacidad de tiempo máximo de vuelo (alrededor de 40 minutos), resolución de transmisión y estabilidad aérea.
A partir de lo anterior, el expresidente Andrés Manuel López Obrador envió en agosto de 2023 una iniciativa de ley al Congreso para sancionar el uso de dispositivos aéreos con fines ilícitos o para transportar explosivos. La propuesta del mandatario contempla penas de hasta 53 años de cárcel para quienes resulten culpables (Vela, Roger, WIRED, 25 de enero, 2024).
El uso de los drones de la variedad china, y otros más los diseñados y fabricados por los propios técnicos contratados por las organizaciones delictivas, pueden explicar en lo fundamental la presencia de ellos en la guerra asimétrica presente en México, pero la variedad de las armas de fuego usadas, del tipo ligeras y no convencional, es otro tema, es fundamental conocer la procedencia y es la carta fuerte de México. Y es a la vez un puno vulnerable del gobierno de EU.
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