No cabe duda que el actual presidente de Estados Unidos provocará graves conflictos interna y externamente a su país, y profundizará la decadencia de la otrora potencia hegemónica, la República Imperial a la que se refirió Raymond Aron. Donald Trump desliza y posiciona gradualmente en distintas regiones del mundo, una concepción absoluta del Estado nacional y de la seguridad nacional de EU, como primeros valorespolítico-estratégicos dentro de los intereses vitales del Estado de la Unión Americana. Expondremos en primera aproximación esta propuesta interpretativa en 10 hipótesis argumentadas ofreciendo nuestros argumentos y evidencias al respecto.
En un libro que marcó las líneas maestras del desenvolvimiento del Orden Global en expansión hacia el año 2004 –El próximo escenario global(2008)–, el consultor internacional más importante de los negocios en la globalización, Kenichi Ohmae, marcaba las líneas de despliegue del escenario mundial hacia fines de la primera década de este siglo. Son dos las grandes fuerzas que ledieron forma y contenidos, nos decía: 1) el mundo ha cambiado “de manera sustancial en las últimas dos décadas”, al forjar “nuevas reglas económicas, políticas, sociales, corporativas y personales ahora vigentes”; y agregaba: “ha surgido una visión más unificada del mundo de los negocios, el cual es visto ahora como una totalidad en sí mismo, sin las restricciones de las barreras nacionales”; y 2) las “alianzas estratégicas internacionales” de “gran importancia, son vitales”, ya que “ninguna corporación podía por sí sola acometer y dar servicio de manera eficaz a todos esos mercados” de cientos de millones de personas en el mundo, dejando a un lado el marketing de posicionamiento gradual por regiones adoptando el “modelo aspersor” penetrando varios mercados simultáneamente”, a partir del “debilitamiento de las fronteras nacionales”. Una visión optimista de la globalización.
Primera hipótesis: la gestión inicial del presidente Donald Trump y sus “órdenes ejecutivas” vulneran las reglas vigentes del Orden Global, no sólo porque se hayan debilitado las políticas nacionales y las tendencias para debilitar las fronteras nacionales, sino porque Trump va en sentido contrario, hacia su fortalecimiento ya que los países a quienes ha amenazado con imponer aranceles, han anunciado “medidas simétricas” ante ello, modificando el contexto global del comercio mundial.
No es nuevo que Trump sea un acérrimo anti globalista, o globalifóbico, pero el poder económico mundial de EU plantea impactos de gran trascendencia en la estructura actual del comercio global. Su propuesta de economía capitalista es la del siglo XX, que se expandió al margen incluso del GATT y que intentó absorber la luego la OMC para darle estructura de gobernanza económica. Es una propuesta del “viejo capitalismo” cerrado, no el del libre comercio, las integraciones económicas, lasalianzas estratégicas internacionales, sino el de las empresas filiales y de las grandes corporaciones multinacionales. Plantea un retroceso histórico en la relocalización industrial y del nearshoring actual.
Los tratados de integración económica regional e interregional, es decir, la competencia capitalista mundial, vía la formación de bloques comercialesplantearon el tema del comercio, la industria, los servicios y la tecnología, como un tema de bloques abiertos preferentemente, es decir, de coaliciones de Estados que a la vez, construían, manejaban y desarrollaban el tema de la seguridad nacional, como seguridad colectiva de responsabilidad compartida, que proyectada, daba como resultado la seguridad internacional con equilibrios de poder.
Segunda hipótesis: la gestión en términos absolutos de la seguridad nacional de Estados Unidos, en la actual administración del presidente Donald Trump vulnera gravemente este otro principio fundamental, que existe con los distintos Estados coaligados y aliados de EU, al anteponer la propia seguridad frente a la de los demás. No le importa demasiado quebrar o debilitar la alianza militar atlántica (OTAN), si ello refuerza la seguridad nacional propia. Quizá piense que, finalmente, la OTAN demostró una gran debilidad frente a la guerra entre Rusia y Ucrania, y frente a Rusia en particular. Pero entre los integrantes de la OTAN europeos y agrupados en la Unión Económica, dicha concepción de la seguridad comunitaria, está totalmente vigente, y se plantean usarla si son agredidos, ya no sólo pensando en Rusia o China, sino por los propios EU por el tema de Groenlandia.Increíble.
Un momento de crisis en la relación atlántica fue durante el auge en el alza de los precios del petróleo en la década de 1970, que afectaba gravemente a Europa Occidental y Japón, y respondieron con una instancia trasnacional de deliberación, resolución y decisiones como fue la Comisión Trilateral e impulsando la transnacionalización económica. Durante la década de 1980, en el auge de la “revolución conservadora” de Reagan-Tatcher, el abultado déficit presupuestario de EU aunado a un déficit comercial creciente, fue atacado por la administración Reagan con alzas constantes en la tasa de interés para el rendimiento de los bonos del Tesoro americano, succionando capital de todo el mundo, lo cual desestabilizó los mercados de capital europeos.
Era la prioridad del gobierno conservador, no importó el efecto en sus socios y aliados occidentales, provocando el default o moratoria en la deuda externa en las economías sobre endeudadas de América Latina y Asia, pero el bloque soviético estaba en caída libre, China no resurgía con la enorme fuerza que tiene hoy, entonces tuvieron tiempo para ajustar las confrontaciones habidas. Durante la crisis geopolítica y geoestratégica de la caída del “muro de Berlín” y de la implosión de la URSS, de la desaparición del Pacto de Varsovia, se mantuvieron muy unidos y coordinados, como alianza triunfadora de una confrontación histórica.
Tercera hipótesis: hoy la situación es otra, y lo planteado por Donald Trump sobre la OTAN de no financiar más una parte sustantiva de la defensa europea, o que los europeos paguen ese servicio a Estados Unidos (el famoso ”paraguas nuclear estadunidense” con todas las bases militares esparcidas por el continente), y sobre sus pretensiones de “comprar” o apropiarse de Groenlandia, tensa la relación al máximo porque si no se la vende Dinamarca, amenazó con tomarla por la fuerza, hoy en un contexto de fortalecimiento sin precedentes de la capacidad militar y diplomática de Rusia y de resistencia a una guerra económica decretada por occidente de más de dos años, sin lograr debilitarla sensiblemente, más el ascenso del reto estratégico que representa China, que supera a EU en varios rubros de la economía globalizada, parece o es una locura.
Es decir, estas iniciativas de Trump de desenvolverse críticamente, conllevan una modificación sustantiva del escenario estratégico, y sitúan a Estados Unidos, Europa Occidental, Japón y a la OTAN, así como sus alianzas asiáticas –Joe Biden deja una de perfil militar en formación que puede revertirse con países como Corea del Sur, Australia, Japón– en el tránsito de un proceso de sustitución del actual Orden Mundial, hacia otro menos jerarquizado y con una alianza de China-Rusia al frente, no parece darle ventaja a Occidente, y difícilmente el gobierno de Donald Trump podrá revertir esta poderosa coalición y la orientación estratégica tomada.
Cuarta hipótesis: en todo ello, la visión que transparenta el presidente Trump, retrotrae el tiempo histórico a los años previos a la formación de la Unión Económica Europea que complementaba la alianza militar con EU (OTAN), pero entonces, sin choques políticos o ideológicos graves entre sí. No ha bastado el predominio de los gobiernos de derecha subordinados a Estados Unidos en Europa recientemente, en los años previos a su llegada por segunda ocasión a la presidencia estadunidense.
Hoy esta crisis severa de la alianza atlántica parece mucho más confrontante con posturas polarizadas, que las antes descritas. Por ello mismo, más riesgosa y desestabilizadora, en un contexto adverso a Occidente, lo cual conlleva una concepción estratégica en Donald Trump de fortalecer como nunca el Estado nacional de la Unión Americana y su seguridad nacional, entendida en términos absolutos como poder nacional y seguridad del Estado frente a la decadencia de los EU, porque ante la imposibilidad de reconstruir estructuralmente la hegemonía estadunidense, está debilitando todo el flanco de sus alianzas regionales y globales para concentrarse en reconstruir un súper Estado nacional de la Unión Americana, en donde el eje de las fortalezas hacia el mundo sea una redoblada seguridad nacional, que tenga una nueva dimensión territorial: Groenlandia, Canadá, el Canal de Panamá, y un México subordinado, coaccionadoa partir de órdenes ejecutivas que le afectan, e incluso, que cuestionan la integración económica regional de 30 años, son apuestas estratégicas drásticas. Adentra al sistema político global y sus frágiles equilibrios internacionales en un camino de gran incertidumbre en donde podemos esperar que hablen y ordenen los poderes nucleares, y no todos, sino los más poderosos.
Quinta hipótesis: un Estado nacional sobredimensionado, re–fortalecido, con una modificada y nueva estructura geopolítica y geoestratégica, más favorable al interés nacional de EU, retrotrae un Orden Global en donde la formación de bloques regionales o interregionales, y en los cuales, la región es la nueva unidad económica que dinamiza la economía mundial, conforma también una unidad geopolítica, de coaliciones de intereses y de vínculos económicos estrechos, de seguridad nacional colectiva a partir de alianzas político-militares, demanda así una modificación sustantiva y un replanteamiento del Orden Global, porque la base nacional de una economía regionalizada o globalizada está ligada estrechamente a los cambios en la estructura, formas y contenidos del Estado nacional en muchos casos hoy, regionalizado, que se expresan en las propias dimensiones territoriales. Hoy Rusia irá a una mesa de negociaciones sobre su guerra en Ucrania de la cual se levantará con una nueva dimensión territorial para la Federación de Rusia.Una guerra y una victoria militarmente sin ocupación y posesión de territorio enemigo, no es realmente una victoria militar.
Canadá es parte de la OTAN, lo quiere Donald Trump como el Estado número 51 de la Unión Americana, planteamiento que es gravísimo porque plantea que desaparezca un Estado de la alianza atlántica en la región de América del Norte. Es algo realmente inaudito.
Canadá no es la misma comunidad social, nacional que dio lugar al Estado de la Unión Americana, tiene diferencias histórico-sociales, económicas y culturales muy importantes, pretender absorberlo en otro Estado es desaparecer las diferencias consustanciales mediante un acto de fuerza, que por lo demás, los canadienses ya dijeron que no permitirán, lo evitarán usando toda su fuerza militar, si es necesario.
Sexta hipótesis: en la concepción clásica, el Estado nacional, no sólo es la expresión máxima del desarrollo de las sociedades humanas, sino que es el que protege y provee, además, es la fuente o principio de la solución a los problemas, por ello, lo que en la historiografía política se llama “la formación de los Estados-nación” pasa por un proceso de integración de unidades económicas dispersas, territorios disociados, comunidades humanos con lazos de distinto tipo y cuerpos armados al servicio de distintas autoridades locales, mediante su integración, unificación, acciones de fuerza y/o acuerdo, que los convirtieron en Estados-Nación, con los atributos que Jean Bodin asentó desde el siglo XVI, en lo esencial. Se quedó atrás la realidad que conformaron las ciudades-Estados, les sucedió una realidad mucho más compleja, incluso como entidad de fuerza armada y organizada.
Una de las expresiones económicas fundamentales del Estado nacional en consolidación históricamente, fue el proteccionismo como arma de desarrollo económico rechazando las intervenciones extranjeras en su economía nacional, un instrumento justamente de defensa del Estado-nación. En aquellos tiempos se les denominó “mercantilismo”. Hoy con el mismo instrumento de política económica se pretende revertir el déficit comercial de una economía que ha perdido la enorme competitividad industrial que le caracterizó después de la segunda guerra mundial, y revertir la tendencia sólida de decadencia histórica que se acelera frente a China y otros competidores. Reniega hoy Donald Trump del asociacionismo económico que en otro tiempo impulsaronfrenéticamente los gobiernos estadunidenses, unos más otros menos. En esta visión, el Estado es el árbitro y omnímodo agente solucionador de sus propios problemas.
Séptima hipótesis: en una economía abierta con predominio del libre comercio predominan las tasas de incremento de la productividad industrial, agrícola, en los servicios, y la eficiencia gubernamental, incluyendo nulo derroche económico. Todo ello, decayó en EU frente a sus competidores, sobre todo China. Con México las ventajas comparativas tuvieron un rol determinante, pero también las ventajas competitivas y la integración de procesos económicos de menor costo relativo, la competitividad se visualizaba desde una perspectiva regional integradora. Donald Trump ha decidido que la región no, sino la nación es el nuevo espacio del impulso económico para reconstruir la fortaleza extrema del Estado nacional. Los más aguerridos globalifílicos sostenían que la profundización del orden globalizado socavaría la vigencia histórica, en lo fundamental, del Estado nacional. Donald Trump va en sentido contrario. Las fronteras ya no son un obstáculo, son el espacio vital de la reconstrucción del Estado-nación ultra fortalecido. Un vuelco histórico. Su complemento preciso, una seguridad nacional en términos absolutos. Todo ello en conjunto discurre estableciendo las bases de un nuevo paradigma a escala mundial.
Octava hipótesis: el sistema político global ha pretendido sustituir un modelo de organización de las relaciones internacionales basado en la teoría realista. El periodo de entreguerras de severa crisis económica internacional (recesión y ruptura del sistema monetario del parón oro) carecía de la institucionalidad propicia para encauzar ordenadamente la reconstrucción de la primera posguerra y absorber las problemáticas presentes en las relaciones económicas internacionales. Durante la segunda posguerra, la reconstrucción de un orden internacional normativo e institucionalizado corrió a cargo de los vencedores en la contienda bélica. Fue Hans J Morgenthau (1948), quien mejor ofreció los cuerpos teóricos e ideológicos de esta concepción, cuyo auge fue durante la guerra fría, pero más aún,en condiciones de dos grandes poderes enfrentados con coaliciones de Estados, EU y la URSS, por ello, la necesidad de información privilegiada resultaba sustancial para la toma de decisiones tácticas y estratégicas desde el Estado en reconstrucción, para su política interior y exterior.
Como indica Fulvio Attiná:
“La inspiración teórica e ideológica, sin embargo, no fue suficiente. El gobierno norteamericano siempre ha necesitado de un conocimiento aplicado. No resultaba suficiente saber que al poder se le responde con poder, a las alianzas con alianzas y a la disuasión con disuasión. Se necesitan prever las jugadas y movimientos del adversario, inducir cambios internos en países inestables, buscar soluciones para conflictos peligrosos, tener bajo control las situaciones inciertas” (2005:23-24).
Esta función para lograr ventajas y capacidades superiores a las de los adversarios las vienendesarrollando desde hace siglos (Tzun-Tzu yahablaba de la necesidad de conocer la situación y los planes del enemigo) en forma evolutiva, los servicios de información del Estado. Hacer de la información secreta un elemento crucial en las decisiones condujo al desarrollo de estructuras de obtención y procesamiento de información clasificada, conllevó la integración de un aparato de políticas de información al servicio del Estado para desplegar una actividad esencial: la inteligencia de Estado, actividad vinculada desde siglos atrás a la guerra, a la lucha por el poder, y desde el poder para su conservación y expansión.
Es esta información de inteligencia estratégica que le han suministrado las agencias respectivas al presidente Trump, las que le conducen a tomar todas sus iniciativas Los dos grandes ámbitos de utilización de la información secreta y clasificada, son la seguridad interior con cuerpos policiales y la defensa exterior con cuerpos armados institucionalizados y profesionales de ámbito nacional, custodiando la seguridad interior, la seguridad pública y la seguridad nacional.
Igual hoy que antes, para el presidente Donald Trump, no son suficientes las teorías y la ideología que conforman su filosofía política y concepción de gobierno, requiere del más grande y eficaz aparato de inteligencia para defender óptimamente su seguridad interior y su seguridad nacional. Es muy probable que el ejército de Estados Unidos siga siendo el primer ejército del mundo, pero con ventajas cada vez más reducidas, y desventajas en aspectos muy importantes de organización, capacidad bélica, etcétera.
Quiere proteger al Estado de la Unión Americanadesde Groenlandia por la actividad militar estratégica que viene desarrollando la Federación de Rusia desde hace dos décadas y por la enorme riqueza energética que guarda la zona del planeta llamada región del Ártico, hacia los confines planetarios. Quiere recuperar el control absoluto del Canal de Panamá ante la amplia presencia de China en Centroamérica por su alianza con Nicaragua, en donde se construye un “canal interoceánico” con capital chino que facilitará el movimiento comercial de uno y otro lado de los océanos Pacífico y Atlántico, así como, en su caso, los movimientos militares. En menor medida le preocupa la interconexión interoceánica que desarrolla el gobierno mexicano a partir del Istmo de Tehuantepec hacia el Océano Atlántico, rumbo a la entrada a EU por el golfo de Texas.
Quiere integrar a Canadá como un Estado más de la Unión Americana, precisamente para hacer un corredor desde ese territorio con Alaska y controlar toda esa región del Polo Norte y del Ártico. Estar rodeada de tramos oceánicos controlados por el Comando Norte y el Comando Sur de su fuerza militar, ponderando que la seguridad nacional es condición y meta fundamental para la existencia soberana de los Estados-nación dentro de un Orden Global de Estados, no obstante que el concepto y la praxis histórica de ello ha evolucionado, cambiado.
En una época de decadencia de largo plazo de una superpotencia antes hegemónica, frente a los intentos de reconstruir, si no una hegemonía in contrastada, sí detener la caída histórica y fortalecerse ante sus rivales estratégicos. La vía seleccionada para ello ha sido el robustecimiento del Estado nacional y reforzar la seguridad nacional en su vertiente estratégica dentro de los nuevos proyectos expansivos del gobierno de Trump.
El enfoque de la seguridad nacional que posee el gobierno actual estadunidense, trata de combatir las amenazas que representa China en el Caribe, Suramérica (Venezuela, Brasil), en Centroamérica y en México, y Rusia en el Ártico, en el Caribe, en Centro y Suramérica también, para dejar en este momento de lado el problema europeo. Se trata para Donald Trump de un modelo de seguridad nacional ampliada y profundizada, sobre determinante.
Novena hipótesis: la fijación de aranceles a la exportación de productos mexicanos y de productos canadienses ya firmada para entrar en vigor en el mes de febrero, lesiona los términos del tratado de integración económica con ambos países, pero el objetivo es hacer retroceder a México en los temas de seguridad y migración irregular, y a Canadá en su resistencia de integración territorial al Estados Unidos. Se trata de un recurso de coerción económica al considerar que el comportamiento de la economía estadunidense al interior del T-MEC, conforma también un tema de seguridad nacional para el Estado de la Unión Americana, de tal manera que el déficit comercial abultado con sus socios integracionistas, desde su óptica, amenaza la estabilidad de la economía nacional, conforme a este razonamiento. Se ataca así uno de los campos de poder de los Estados, de Canadá y México, una parte fundamental de ellos que es la estructura económica.
Tras el anuncio del 1 de febrero, la presidenta Claudia Sheinbaum respondió a los aranceles del 25por ciento para las exportaciones mexicanas, al establecer un plan detallado de respuesta que contempla medidas de protección arancelaria y no arancelaria, como las del tipo fitosanitarias, ecológicas, etcétera, y las que quieran aducirse. Se trata de aranceles estratégicos que golpearían la base social de apoyo del presidente, porque, aunque no se han dado a conocer al detalle, es perfectamente previsible, porque la presidenta de México ha estado actuando con un claro sentido estratégico. En realidad, estas medidas de protección comercial a sus dos socios regionales, de durar un tiempo relativamente largo, pondrían en tela de juicio el T-MEC, lo sentenciarían. Escenario que se superó al menos por este mes, tras el acuerdo que pactaron Sheinbaum y Trump el 3 de febrero, por el cual se suspendieron los aranceles por un mes.
La economía de EU tiene un problema estructural de incremento insuficiente de la tasa de productividad, es una tendencia también de largo plazo. Los indicadores que se dieron a conocer en la década de 1990 del siglo pasado establecían la perdida relativa de competitividad frente a sus principales competidores. Igualmente, la relocalización industrial y el comercio intra firma bajan el costo de producción de muchas empresas que exportan a Estados Unidos productos terminados o segmentos de manufactura globalizada.
Ni política ni ideológicamente, esto es aceptable para demócratas ni republicanos, y por ninguno de los presidentes estadunidenses, lo atribuyen a otros factores, el presidente Trump ha dicho que “no permitirá más el abuso de EU” por varios países que se han beneficiado del comercio con la Unión Americana.
El tema fundamental de los ordenamientos jurídicos materia del Derecho Internacional, es que, en un momento dado, desde el poder nacional, un jefe de Estado por sí o coaccionado por otras fuerzas nacionales, decide no respetar tal ordenamiento, esto se resuelve por una negociación cupular o mediante guerra.
La estructura internacional –concepto usado en el enfoque neorrealista por Kenneth Waltz (1979)–como elemento fundamental explicativo, expresa loque hoy está claro ante las guerras interminables en Europa oriental y las reiteradas en Oriente Medio, que es la “estructura del Orden Global”, la cual estácediendo ante las distintas embestidas de los mega actores nucleares, precedidos por la guerra de los Balcanes, la guerra en Chechenia, las invasiones a Irán e Irak, etcétera, y ello nos ubica en la ruta de una transición global, porque las instituciones globales hoy son incapaces de manejar y resolver un solo conflicto.
Décima hipótesis: el crimen transnacional abastecedor de drogas para 49 millones de estadunidenses que las han usado reiteradamente, es el problema fundamental que nunca aceptarán en EU está en sus manos resolver socialmente.Declarar a las organizaciones del crimen transnacional “organizaciones terroristas” y hacerlas susceptibles de un ataque militar en territorio mexicano, a partir de una ley extraterritorial del sistema jurídico estadunidense, no resuelve nada, ni siquiera adelanta una posible solución, porque aunque las ataquen no las van a derrotar fácilmente:en Colombia, Estasdos Unidos, estuvo más de 20 años con fuerzas militares de élite y todas sus agencias de inteligencia, y destruyeron al Cártel de Medellín, pero se re fortalecieron otros y continúan vendiendo cantidades descomunales de cocaína al mundo. En Afganistán estuvieron otros 15 años con una ocupación militar y se fueron y se reanudó el abasto mundial de goma de opio. Durante su ocupación militar Afganistán volvió a ser el líder en la generación de adormidera y goma de opio para la heroína que ahora se mezcla con opiáceos como el fentanilo y resulta una droga letal en EU. No se acepta el aprendizaje histórico.
Hacer responsable a México de lo que son cadenas mundiales de suministro y comercialización, y millones de consumidores en el mundo occidental, es tratar de golpear a la 4T-4R usando muletillas ideológicas y políticas, a partir de una realidad para llegar a una falsa conclusión. Es evidente que hay también una intencionalidad política e ideológica contra el gobierno actual en México.
De esta manera, las órdenes ejecutivas contra México de Donald Trump, constituyen nuevasamenazas a la seguridad nacional con viejas políticas de agresión contra nuestro país. Los argumentos del presidente Trump son insostenibles bajo la lógica y el razonamiento más elemental. Echa a México en brazos de los BRIC a mediano plazo y los conduce a fortalecer sus lazos de todo tipo con las grandes potencias asiáticas que emergen como nuevos poderes planetarios, aunque pueda hacerse sin contenidos militares riesgosos.
La demencial política de EU-OTAN de querer cercar a Rusia con bases militares y dispositivos de ataque en sus fronteras llevando la estructura militar de la alianza atlántica hasta sus puertas, las provocaciones del gobierno seudo nacionalista de Taiwán al hablar de independencia con respaldo de Estados Unidos, y las distintas maniobras militares en el Mar de China, sólo condujeron a la alianza China-Rusia, el gran factor de cambio en los equilibrios mundiales del poder, una alianza en el terreno militar avanzado que en aspectos concretos supera ya a la alianza atlántica.
El profesor Jeffrey Sachs connotado economista estadunidense, afirmó recientemente: EU quiere hacerle a China con Taiwán lo que le hicieron a Rusia con Ucrania: meterlos en una guerra de desgaste. Pero nuevamente saldrán derrotados con todos sus aliados. Urge la sensatez y la mesura en el actual gobierno de Estados Unidos. La fiera está mal herida y lanza zarpazos a diestra y siniestra.
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